Un ciudadano de Ponticac (Michigan), una localidad a unos 30 kilómetros de Detroit, evitó durante unas horas que demoliesen su casa. Max Garza sabía que su casa tenía fecha de caducidad, iba a ser demolida el pasado 5 de septiembre. Desesperado, se le ocurrió una idea para salvar su hogar: cambiar el número de su casa con la del vecino, que estaba semiabandonada. Al día siguiente, los servicios de demolición derribaron la casa de su vecino. Las excavadoras llegaron al amanecer y apenas en un par de horas habían hecho añicos la casa de madera situada en el número 398 de la calle Edison, según idealista.com.
El plan parecía ir sobre ruedas hasta que alguien avisó al dueño de la casa que había sido demolida por error. Cuando Mike Anderson llegó al solar donde antes estaba su vivienda no podía creer lo que estaba viendo: su propiedad era poco más que un montón de escombros. El vecino que perdió su casa explicó a los agentes de policía que tenía planes para hacer algunas mejoras en la residencia e intentar alquilarla al mes siguiente mes, pero ya no podrá hacerlo.
Algunos vecinos celebraron la demolición. "Cuando vi que estaban tirando esa casa estaba tan feliz que pensé en regalar a los obreros un paquete de cervezas", aseguró ante las cámaras de la cadena de televisión ABC Fred Sargent, uno de los vecinos. De hecho, según él, la casa demolida por error estaba mucho peor que la vivienda sobre la que pesaba la orden.
Anderson no parece estar de acuerdo con la opinión de sus vecinos y ha demandado a la ciudad por la destrucción ilegal de la casa y espera que las autoridades le compensen donándole otra propiedad. Mientras, las autoridades locales intentan demostrar que fue Max Garza quien cambió la dirección para evitar la destrucción de su vivienda. En cualquier caso, el plan de Garza no obtuvo el resultado esperado, ya que apenas 24 horas después se demolió, finalmente, su hogar. Además, el desesperado e ingenioso propietario se enfrenta a posibles cargos y una más que probable sanción económica.