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El BCE y Bruselas alertan: la deuda pública expulsa al crédito privado

El informe de la Comisión Europea admite que todos los bancos superan los niveles mínimos de solvencia, pero advierte de riesgos a corto plazo.

El informe de la Comisión Europea admite que todos los bancos superan los niveles mínimos de solvencia, pero advierte de riesgos a corto plazo.
Mario Draghi, junto a Luis de Guindos, en una imagen de archivo, durante un encuentro en Bruselas. | Cordon Press

La banca española está mejorando de salud, pero no se puede asegurar que esté totalmente recuperada. Sí, presenta unas ratios de solvencia por encima de las nuevas exigencias legales, aunque por debajo de los niveles de capital de otras entidades europeas. Y no parece haber peligro de quiebras a corto plazo. Pero las amenazas que rodean el sector financiero siguen siendo importantes y están lejos de estar completamente dominadas.

Este lunes fue un día agitado para las entidades españolas. El Banco de España presentaba su informe mensual de Estabilidad Financiera y se conocía que los datos de morosidad marcan récords, tras alcanzar un 12,67% en septiembre. Apenas unas horas después, se hacían públicas las conclusiones del cuarto análisis sobre el rescate bancario del Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea. Por su parte, Roland Berger, una de las principales consultoras del sector, pronosticaba el cierre de hasta el 20% de las sucursales de ahora a 2015 en su informe El futuro de la banca minorista en Europa. Y mientras tanto, Mario Draghi se reunía en Fráncfort con los presidentes y consejeros delegados de los 16 principales bancos españoles para detallarles el contenido del ejercicio de evaluación (los famosos test de estrés) que llevará a cabo su organismo.

Y las conclusiones de una jornada con tanto movimiento pueden ser buenas o malas, dependiendo de cómo se mire. Para los optimistas, el BCE y la CE confirman que las entidades que siguen vivas han superado todas las pruebas de solvencia. Para los pesimistas, los riesgos siguen siendo enormes, incluso después de casi tres años de supuesta recuperación del sector.

Por cierto, que los chicos de Mario Draghi lanzan una importante advertencia: la llegada de deuda pública a los balances de los bancos y actividades de carry trade (acudir al BCE a pedir a tipos bajos y luego comprar bonos soberanos) están limitando las actividades de crédito hacia la economía real. Es decir, que el despilfarro de nuestros políticos está ejerciendo un efecto de crowding out respecto a los préstamos a particulares.

¿Saneados?

"La posición de solvencia de los bancos españoles sigue siendo cómoda después de la recapitalización de parte del sector financiero y la transferencia de activos a la Sareb". Quizás ésta sea la frase más esperanzadora de todo el informe del BCE. Confirma que "todos los bancos" cumplen con los nuevos requisitos legales (excepto uno, aclara, en referencia al Banco CEISS, que será controlado por Unicaja).

Evidentemente, llegar a esta situación no ha sido gratis. En lo que importa al BCE, ha costado los 41.300 millones que el Estado ha sacado de la bolsa del rescate puesto a su disposición por las autoridades europeas: 37.000 millones para las entidades del llamado Grupo 1 (Bankia, CatalunyaBanc, Novagalicia y Banco de Valencia), unos 2.500 para la Sareb (el banco malo) y 1.900 para las del Grupo 2 (BancoMareNostrum, CEISS, Liberbank y Caja 3). Y a esa cantidad hay que sumar lo que el Estado puso anteriormente en las entidades nacionalizadas.

En total, según el Banco de España, las antiguas cajas quebradas han recibido 61.366 millones, de los que unos 53.500 millones los han puesto los contribuyentes y el resto las entidades sanas a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

Y no sólo eso, el informe recuerda que se ha pedido un esfuerzo enorme en forma de provisiones a todas las entidades que generó "pérdidas significativas" a lo largo del año 2012. En el primer semestre de 2013, los beneficios han vuelto a las entidades, pero eso no quiere decir, ni mucho menos que el peligro ya haya pasado.

Los riesgos

De hecho, tanto el Banco de España como el BCE recuerdan en sus publicaciones que siguen existiendo importantes riesgos alrededor del sector financiero. Sí, ha mejorado algo el entorno macro, la prima de riesgo se ha relajado y los mercados de deuda están relajados. Pero a pesar de todo "la situación económica y presupuestaria sigue siendo un reto" y la necesidad de "continuar con las reformas estructurales" que impulsen el crecimiento, una obligación para el Gobierno.

La primera preocupación sigue siendo el nivel de endeudamiento general de nuestra economía, tanto público como privado. Lo que ocurre es que, mientras familias y empresas se están poniendo las pilas, con un desapalancamiento masivo, las administraciones no parecen darse por aludidas. Este miércoles se ha conocido también que, por primera vez, el nivel de deuda pública española ha superado el billón de euros... y subiendo.

Esto tiene dos efectos. En primer lugar, si los bancos pueden invertir en deuda pública, a una rentabilidad razonable y con máxima seguridad, ¿para qué acudir a los particulares? Por eso, el BCE alerta de la posibilidad de que "el préstamo a la economía real" se resienta, debido a las nuevas exigencias sobre solvencia de la demanda y al "fuerte incremento" en la cantidad de bonos soberanos en manos de las entidades.

No sólo eso, a pesar de la tranquilidad que muestran los políticos, nadie asegura que no vayan a volver las tensiones a los mercados de deuda. Sí, la prima de riesgo ha caído. Y mucho. Pero si los inversores vuelven a dudar de la voluntad de los gobiernos de cumplir con sus cuentas públicas, el círculo vicioso podría volver a empezar en cualquier momento.

El BCE ya ha confirmado que los bonos soberanos no entrarán en la categoría de activos dudosos. Esto se había rumoreado en las últimas horas, aunque nunca con demasiada intensidad, básicamente porque supondría un esfuerzo en provisiones que podría llevarse por delante buena parte del sector. Tras tres años estimulando que las entidades comprasen la deuda pública de sus países (entre otras cosas para evitar riesgos de contagio), parecería una mala broma que ahora Draghi les dijera que lo que han comprado les obliga a reducir sus beneficios o, directamente, a fuertes pérdidas.

Pero los riesgos no sólo tienen que ver con la morosidad. La debilidad de la recuperación no ayuda. Como apuntábamos, la morosidad se ha disparado a máximos desde que el BCE hace este tipo de estadísticas. A eso se le podría sumar la caída en los márgenes por los bajos tipos de interés y el hecho de que algunas entidades están todavía pagando la guerra de los depósitos en la que se embarcaron en las últimas temporadas.

Los márgenes están al límite. Y todo apunta a que las nuevas pruebas y las nuevas reglas que exigirá el organismo regulador europeo provocarán nuevas necesidades de provisión, lo que impactará decisivamente sobre los resultados de las entidades. Hace unos días, The Wall Street Journal se preguntaba cuántos de los créditos que las entidades españolas están refinanciando desde hace años son en realidad morosos. El propio Banco de España reconoce que "los activos dudosos del crédito al sector privado han continuado aumentando, con excepción de los dudosos del sector de construcción y promoción inmobiliaria, si bien este descenso se debe principalmente al traspaso de activos a la Sareb. Como consecuencia del ejercicio de revisión de la clasificación contable de las carteras refinanciadas y reestructuradas que el Banco de España solicitó a las entidades, es de esperar que se produzca una revisión al alza de los activos dudosos, cuyo impacto en resultados se estima asumible por las entidades. La ratio de morosidad del crédito al sector privado residente ha seguido creciendo de manera relativamente generalizada entre hogares y empresas no financieras. Sin embargo, la dinámica a la baja del crédito ha ido ganando importancia relativa como factor explicativo del alza de la ratio de morosidad a lo largo del último año".

Las preguntas

Con todo este panorama, quedan demasiadas dudas en un sector que se preveía tranquilo, una vez saneado.

  • ¿Cómo quedará el sector? ¿Habrá más fusiones? ¿Se quedará corta o será exagerada la apuesta de Roland Berger sobre el 20% de sucursales cerradas para 2015? ¿Cuál es la sobrecapacidad del sector? ¿Habrá más despidos masivos? ¿Llegarán sorpresas desde el exterior?
  • ¿Todavía hay fantasmas en el armario? ¿Se disparará la morosidad privada con la aplicación de los nuevos criterios del BCE? ¿Volverán a encontrarse las entidades con miles de pisos en sus manos? ¿Empujará esta tendencia hacia abajo los precios de los pisos?
  • ¿Cuándo volverá el crédito a la economía real? ¿Cuándo dejará el BCE de alimentar la burbuja de deuda pública? ¿Se recuperará la demanda privada? ¿Cumplirá España con sus objetivos de déficit? ¿Se ha cerrado por completo el peligro de un repunte de la prima de riesgo?
  • ¿Cuánto se recuperará de la inversión pública? ¿Cuánto vale Bankia ahora mismo? ¿Cuánto valdrá dentro de cinco años? ¿Será capaz el Gobierno de colocar Catalunya Banc? ¿Y NGC? ¿Es verdad que hay varios inversores dispuestos y que la solución llegará antes de fin de año?

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