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Guillermo Dupuy

Montoro cosecha lo que ha sembrado

No nos deberá sorprender este nuevo incumplimiento, en vista de cómo se premió el incumplimiento del año pasado.

No nos deberá sorprender este nuevo incumplimiento, en vista de cómo se premió el incumplimiento del año pasado.

A la vista del previsible incumplimiento de los objetivos de déficit autonómico para este año de Cataluña, Murcia, Andalucía y Comunidad Valenciana, el Ministerio de Hacienda acaba de reclamar a sus respectivos Gobiernos regionales que adopten "actuaciones de no disponibilidad" de partidas del presupuesto que eviten un desfase entre gastos e ingresos como en 2012.

A nadie debería sorprender que de poco haya servido para evitar este nuevo y previsible desfase que el Gobierno de la nación haya puesto nada menos que 102.656 millones de euros en 22 meses como "instrumentos excepcionales" para ayudar a las comunidades autónomas y corporaciones locales, tal y como tardía, boba y amargamente se ha quejado este lunes el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta. Tampoco ha servido de nada –más bien todo lo contrario– reducir el nivel de exigencia en los objetivos de reducción del déficit a las comunidades autónomas que más clamorosamente se saltaron los límites el año pasado, que son precisamente las mismas que vuelven a dar problemas. Y es que si recordamos que, en lugar de ejecutar los "mecanismos de sanción e intervención" que contemplaba la desactivada Ley de Estabilidad Presupuestaria, el Gobierno premió a las comunidades autónomas que no cumplieron en 2012 con limites menos rigurosos de reducción del déficit para 2013, a nadie tiene que sorprender que estas mismas autonomías estén a punto de volver a hacer caso omiso a los límites fijados.

Mientras Rajoy y Montoro sigan haciendo suyo el diagnóstico típicamente socialista de que el problema de nuestro sector público radica no en su exceso de gasto sino en su falta de ingresos, y no sean conscientes de que el desequilibrio de nuestro sector público tiene una naturaleza estructural, que no debe ni puede ser atajado con "instrumentos excepcionales" de mayor ayuda financiera, de nada servirán las quejas de Antonio Beteta.

En vista del inmovilismo del Gobierno y de su acobardada e irresponsable renuencia a cumplir y hacer cumplir su propia Ley de Estabilidad Presupuestaria, lo que resultaría sorprendente es que en 2013 sólo incumplieran las mismas autonomías que lo hicieron el año pasado. Está por ver.

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