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El segundo mayor banco de Francia afirma que "Alemania debería abandonar el euro"

Natixis, filial del gigante BPCE, señala que o bien Alemania sale del euro o bien sufraga los excesos del Sur para evitar la ruptura.

Natixis, filial del gigante BPCE, señala que o bien Alemania sale del euro o bien sufraga los excesos del Sur para evitar la ruptura.

La división interna que vive la zona euro continúa su particular escalada. A las duras críticas lanzadas en las últimas semanas contra Alemania por el Tesoro de EEUU y la propia Comisión Europea, se suma ahora la gran banca francesa. Un reciente informe elaborado por el banco de inversión Natixis, filial del gigante BPCE -el segundo mayor grupo financiero de Francia-, afirma que "Alemania debería abandonar la zona euro" por razones "puramente macroeconómicas", y añade que, en caso de quedarse, debería transferir ingentes cantidades de dinero a los países de la periferia europea -incluida Francia- para solventar la crisis de la moneda única.

Se trata de un advertencia relevante por quién la emite -una de las grandes entidades galas- y, sobre todo, el contexto en el que surge, ya que el Gobierno socialista de François Hollande sigue en caída libre en las encuestas electorales debido a la creciente crisis económica y la aprobación de medidas impopulares para intentar contener el déficit público. Además, el debate sobre la ruptura del euro ha irrumpido con fuerza en la vida política gala tras el espectacular apoyo popular que está recabando el Frente Nacional de Marine Le Pen, partidario de que Francia salga del euro.

El citado estudio surge justo en el momento en el que numerosos economistas, gobiernos e incluso la propia Comisión culpan a Alemania del agravamiento de la crisis europea por su rechazo a aumentar el gasto público, disparar su deuda o elevar su demanda interna para sacar de la crisis a los países del sur. Es decir, por negarse a sufragar el despilfarro cometido por otros. En concreto, Natixis señala cinco razones por las que Alemania necesita salir del euro:

1. Distintos ciclos económicos:

Los analistas de la entidad gala indican que la economía germana va a contracorriente de la zona euro. Alemania permanecía estancada entre 2002 y 2005, mientras la mayoría de países se encontraba en plena expansión económica gracias a la burbuja de crédito. Sin embargo, tras el estallido de la crisis internacional, Alemania crece y su tasa de paro baja, mientras que la zona euro sufre los avatares de la recesión y el desempleo.

Esta asimetría se debe al diferente impacto del crédito en el seno de la Unión, según el estudio. La etapa previa de expansión crediticia se tradujo en crecimiento en el conjunto de la zona euro, pero no así en Alemania, lo cual demuestra, según la entidad, que una política monetaria común no es apropiada para el conjunto de los estados miembros.

2. El lazo económico con Alemania se debilita:

Tras el estallido de la crisis, el potente sector exportador germano se ha reorientado hacia otros mercados internacionales. Las exportaciones alemanas a la zona euro han reducido su peso relativo, debilitando así sus lazos comerciales con el resto de socios comunitarios.

3. Estructuras productivas asimétricas:

Otro argumento macroeconómico que justificaría el abandono del euro consistiría en las diferencias estructurales que presenta la economía alemana, ya que su sector industrial representa casi el 35% de su PIB frente al 20% de media en el resto de la eurozona; asimismo, cuenta con un mercado laboral mucho más flexible que los países del sur; y presenta una tasa de ahorro muy elevada en comparación con sus vecinos.

4. Diferentes tipos de cambio:

Por otro lado, Alemania prefiere mantener un euro fuerte, mientras que el resto de la zona euro necesita una moneda más débil para mejorara su competitividad y, de este modo, incrementar sus exportaciones, según el documento.

5. Incapacidad para imponer la "devaluación interna":

Por último, aunque la receta para salir de la crisis consiste en el ajuste relativo de precios y salarios para mejorar la competitividad (devaluación interna), el informe señala que no todos los países tienen la capacidad suficiente para acometer este proceso con éxito, especialmente Francia, caracterizada por una economía muy rígida y un Estado muy grande. Por ello, la única solución realista para Francia es una intensa devaluación monetaria.

Que Alemania pague la factura del Sur

Así pues, la particular receta de la gran banca gala consiste en que los países periféricos, los más débiles de la zona euro, apliquen la tradicional devaluación monetaria para salir de la crisis. Sin embargo, en lugar de que el sur salga de la moneda única, sería Alemania la que debería retornar al marco, permitiendo al resto devaluar.

Pese a ello, el estudio concluye que, en caso contrario, la unión de la zona euro dependería de tres factores: aceptar la creciente concentración de las industrias y servicios en Alemania; aceptar la migración de trabajadores de otros países a Alemania (lo cual ya está sucediendo); e imponer un mecanismo de transferencias fiscales para corregir los desequilibrios latentes en la zona euro. Es decir, que Alemania transfiera parte de sus recursos al sur en forma de más gasto público y privado, en línea con los argumentos esgrimidos por Washington o Bruselas.

El informe, por tanto, revive el debate surgido en el seno de la Unión desde el estallido de la crisis de deuda: una zona euro a dos velocidades (norte y sur); la completa desintegración del euro (cada país regresa a sus moneda nacionales); o una especie de superestado europeo, con Tesoro único y transferencias fiscales del norte al sur, en donde Alemania se vería obligada a sufragar los excesos cometidos por la periferia.

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