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El presidente de Domino´s: "Los británicos se niegan a hacer pizzas"

Lance Batchelor dice que no puede cubrir los 1.000 empleos que oferta en el Reino Unido porque sus ciudadanos no están dispuestos a aceptarlos.

Lance Batchelor dice que no puede cubrir los 1.000 empleos que oferta en el Reino Unido porque sus ciudadanos no están dispuestos a aceptarlos.

A los británicos no les gusta hacer pizzas o, por lo menos, no para ganarse la vida. El presidente de la famosa cadena Domino's Pizza, Lance Batchelor, ha asegurado que no puede cubrir los 1.000 puestos de trabajo que oferta su compañía en el Reino Unido porque sus ciudadanos no están dispuestos a aceptarlos.

Batchelor dice que los británicos "se niegan a aceptar puestos de cocineros o conductores" y que cada vez es más difícil encontrar personal en la capital y en el Sureste del Reino Unido. "En Londres nuestros restaurantes operan al 50% de su capacidad", asegura.

El presidente de la mayor cadena de pizzerías de Gran Bretaña ha avivado un poco más la polémica al culpar al Gobierno de David Cameron de esta situación. "Hace dos o tres años el Gobierno implantó unas leyes de inmigración mucho más estrictas y cada vez nos es más difícil encontrar gente. Podríamos contratar mañana a 1.000 personas pero nos lo impiden".

La reacción del ministro de Inmigración, Mark Harper, a estas declaraciones no se ha hecho esperar y ha acusado a la compañía de pagar sueldos escasos. "Debería reflexionar sobre los salarios que pagan", ha dicho Harper, tal y como recoge la BBC. El ministro ha asegurado que "no vamos a cambiar la ley de inmigración sólo porque él mantenga sus salarios bajos".

La semana pasada, el presidente de Marks & Spencer, Sir Stuart Rose, también atacaba a la ética de trabajo de muchos británicos. "No podemos culpar a los ciudadanos búlgaros o rumanos por venir a nuestro país a cubrir puestos de trabajos que los británicos no quieren. Menos quejarse y más salir a la calle en busca de empleo".

Cameron endurecerá la ley

El pasado mes de octubre, el primer ministro británico anunció que su Gobierno va a establecer una serie de nuevas medidas para combatir la inmigración ilegal.

La restricción de las posibilidades de los extranjeros para acceder a una vivienda o para abrir una cuenta bancaria, están entre las que más controversia han creado. La Ley de Inmigración que está elaborando Cameron también recorta el número de tipos de órdenes de expulsión que podrán ser recurridas por los inmigrantes, de las 17 actuales a cuatro. Entre otras cuestiones, la nueva norma introduce nuevas medidas para impedir que los extranjeros saquen ventaja de los denominados matrimonios de conveniencia.

"La Ley de Inmigración impedirá que los inmigrantes usen servicios públicos a los que no tienen derecho, reducirá los factores que atraen a las personas para venir a Reino Unido y hará facilitar la expulsión de los que no deberían estar aquí", explicaba Harper en el momento del anuncio.

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