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Las eléctricas se defienden: "La subasta fue perfectamente correcta"

El presidente de la patronal asegura que los precios son similares a los de otros países de Europa y apunta: "La energía está condenada a ser cara".

El presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), Eduardo Montes, considera que la subasta eléctrica de este jueves "es perfectamente correcta como ha sido siempre", y no ha sufrido "ningún desmadre" si se aprecia la tendencia en el resto de Europa, donde la energía "está condenada a ser cara". En declaraciones a Europa Press, Montes dijo haber "asistido a doce subastas, siempre iguales, unas más baratas y otras más caras, y nadie ha dicho nunca nada". Este año, recordó, llegó a producirse un fuerte descenso" del 15% en abril, mientras que "ahora es verdad que el precio es más alto".

Además, consideró que la validación en el plazo de 24 horas de la subasta por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) "es el procedimiento normal". "Cada vez que hay una subasta, la CNMC la supervisa y se da un plazo de 24 horas para validarla", lo que es "perfectamente habitual".

Para Montes, este tipo de subastas no precisa "ningún retoque" para mejorarlas, ya que son procesos "marginalistas, como se van a hacer cada vez más en Europa". "Si lo comparas con otros países e incluyes el 7% de nuevos impuestos aquí, el resultado es de los más altos, pero no desmadrado con respecto al resto", señaló. De hecho, indicó que, frente a los cerca de 61 euros por megavatio hora (MWh) en la subasta española, los precios alcanzan 56 euros en Francia, 57 euros en Portugal o 60 euros en Suiza. Alemania, con 41 euros, es más barata.

Montes recordó que en diciembre se produjo "un incremento de demanda por el frío, hubo un par de nucleares en revisión, aumentos en el precio del gas y un aumento espectacular por el céntimo verde", y estos aspectos influyeron en el resultado final. "Además, la reforma energética va a incrementar el mercado, y eso lo sabíamos todos", continuó, antes de recordar que en la legislatura anterior ya se investigaron las subastas y el regulador emitió "un informe totalmente limpio". "Es malo que el precio sea tan alto, también para nosotros", pero "nadie se ocupa de explicar qué está pasando", añadió el presidente de la patronal eléctrica.

¿Qué ha pasado?

Lo cierto es que a lo largo de todo el día se han sucedido los comentarios sobre lo que ha podido pasar para que el precio de la subasta se disparase un 30% respecto al de hace tres meses. Hay numerosas versiones. Quizás ninguna sea suficiente para explicar esa cifra, aunque la suma de todas es la que ha producido el resultado que tanta polvareda ha levantado.

Para empezar, hay un elemento lógico y es el aumento de la demanda en invierno, que se ha unido a una fuerte subida del precio del gas en las últimas semanas. A esto hay que sumarle una caída en la producción de determinadas fuentes de energía eléctrica. Ha habido poco viento en los últimos días y, además, hay un par de centrales nucleares paradas.

También se apunta al caos regulatorio del Gobierno como copartícipe en el resultado de este jueves. La decisión de Hacienda de retirar 3.600 millones a las eléctricas habría generado la comprensible inseguridad jurídica en el sector, lo que habría redundado en una menor oferta por parte de las compañías, que ya sólo estarían dispuestas a acudir a la subasta a precios muy favorables, ante el temor de que una oferta con un margen muy ajustado pudiera volverse en su contra si hay nuevas sorpresas legales.

Por último, y como explica Unesa, a lo largo del año se han producido caídas en las subastas previas, por lo que se partía de un precio de mercado bajo.

El problema es que el consumidor siente mucho mucho más las subidas que las bajadas. Para empezar, ha habido que ir cerrando el déficit eléctrico y eso se ha hecho (en parte) no trasladando al recibo algunas caídas de precio en la subasta. Se aprovecha entonces para cerrar el agujero entre lo que se paga y lo que cuesta el sistema. Claro, luego, cuando el precio de mercado sube, sí se traslada todo ese incremento a la factura.

El problema de origen es que España tiene un precio de la electricidad irreal. Nos hemos comprometido a pagar muchas cosas (renovables, subsidios, redes insulares,...), que imponen un coste artificial en la factura. Durante muchos años, se ocultó a través del llamado "déficit de tarifa". Pero con las cuentas públicas a punto de estallar, ya no hay margen para eso. Y la factura renovable sigue acumulándose, incluso tras las últimas reformas del Gobierno dirigidas a controlar este coste, que se disparó con las primas garantizadas durante décadas por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

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