El cambio de hábitos en los consumidores, cada vez más preocupados por consumir productos frescos y saludables, está abriendo toda una guerra entre los grandes supermercados que luchan por convencer al consumidor de que sus productos son los más frescos y baratos.
A finales de este año, el presidente de Mercadona, Juan Roig, reconocía que su principal error durante los 30 años que lleva al frente de la compañía ha sido la gestión de los productos frescos en sus lineales.
"Quisimos vender frescos como si fueran secos", aseguró el presidente de Mercadona en octubre durante su intervención en el congreso de la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc. "Pensamos que así necesitaríamos menos personal, tiraríamos menos y el cliente compraría mucho más rápido y un poco más y perdemos todos los clientes", dijo Roig refiriéndose al empaquetado de las frutas, verduras, pescados y la carne.
Tras asumir el fracaso del negocio de frescos, Roig anunció que la compañía va a cambiar de estrategia en los próximos años, en los que contratará a decenas de trabajadores, para apostar por "integrar el sector primario". A su juicio, "hay que llegar a la sostenibilidad a través de la productividad" y "el sector agrícola no está lo suficientemente obsesionado con la productividad".
Por su parte, El Corte Inglés, que ha cambiado últimamente de estrategia en materia de precios, está también reforzando su apuesta por los productos frescos de calidad a buen precio. La compañía que preside Isidoro Álvarez asegura que se ha convertido en "el mayor escaparate de productos frescos del mercado español, con más de 4.000 referencias, lo que supone más del 20% del total de los productos que ofrecen en las tiendas", según publica El Economista.
Además, la enseña está reforzando la presencia de productos locales, que ya representan el 25% del total de los productos frescos que ofrece en sus estanterías. El objetivo, dice la empresa, es que el consumidor encuentre en sus estanterías las frutas y verduras que quiere consumir sin estar sujeto a condiciones estacionales y sin salir del establecimiento.
Revisión continua de precios
En junio de 2012, la compañía que dirige Álvarez anunció que vigilaría de manera permanente los precios de unas 5.000 referencias de sus centros de alimentación y los rebajaría hasta un 20%.
De esta forma, el grupo daba un golpe de timón con una nueva política de precios en una cuarta parte del total de referencias de alimentación y droguería, con una bajada "permanente" en los súper de El Corte Ingles, Hipercor y Supercor, lo que supondría abandonar la "imagen de caros", sin entrar en una 'guerra de precios' con la competencia.