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La emigración explica que el paro baje en 69.000 personas en 2013

El paro sube hasta el 26,03% el pasado año, a pesar del descenso de desempleados. La razón estriba, en buena medida, en el aumento de la emigración.

El paro sube hasta el 26,03% el pasado año, a pesar del descenso de desempleados. La razón estriba, en buena medida, en el aumento de la emigración.

España cerró el año 2013 con menos parados que el año previo, pero también con menos ocupados y una tasa de desempleo superior a la de 2012. Aunque, a primera vista, estos datos puedan parecer contradictorios, tienen una explicación lógica: el número de parados y de empleos disminuye porque la población activa (gente disponible y en condiciones de trabajar) registró el pasado año la mayor caída en mucho tiempo.

El aumento de la emigración, tanto de nacionales como de extranjeros, el efecto desánimo (gente que deja de buscar activamente empleo ante la improbabilidad de encontrarlo) y el propio envejecimiento de la población (más jubilados) son los principales factores que explican el descenso de la población activa y, como consecuencia, la caída del paro y de la ocupación en 2013. Una particular tendencia que, de hecho, se empezó a observar en la primera mitad del pasado año, tal y como avanzó Libre Mercado.

En concreto, el número de parados se situó en un total de 5.896.300 personas al cierre de 2013, lo cual significa 69.000 menos que un año antes, el primer descenso interanual (-1,1%) desde el segundo trimestre de 2007 y su menor nivel desde el tercer trimestre de 2012, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Es el primer año que se registra un descenso del paro en términos absolutos desde el estallido de la crisis, tras seis años consecutivos de crecimiento: el paro subió en 117.000 personas en 2007, en 1.280.300 en 2008, 1.118.600 en 2009, 370.100 en 2010, 577.000 en 2011, y 700.000 personas más en 2012.

Sin embargo, al mismo tiempo, el número de ocupados también descendió, hasta situarse en un total de 16.758.200 personas al cierre del pasado año. En concreto, la economía española destruyó 198.900 puestos de trabajo en 2013 (-1,17%), por sexto año consecutivo, si bien se trata del menor descenso desde 2008.

EPA

La paradoja, menos parados y ocupados

La clave, por tanto, es la siguiente: ¿cómo es posible que haya bajado el paro, pero también el número de ocupados?, ¿cómo es posible que haya menos parados si la crisis ha seguido destruyendo puestos de trabajo? La explicación reside en el fuerte descenso de la población activa.

La EPA define como "activos" a aquellas "personas de 16 o más años que, durante la semana de referencia (la anterior a aquella en que se realiza la entrevista), suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o están disponibles y en condiciones de incorporarse a dicha producción. Se subdividen en ocupados y parados". Dicho de otro modo, activos son las personas que están dispuestas y en condiciones de trabajar.

Las cifras a este respecto son elocuentes. La población activa se situó en un total de 22.654.500 personas a cierre del pasado año, 267.900 menos que en 2012 (-1,17%), la mayor caída de los últimos años.

EPA

Dicho descenso explica que la tasa de paro haya aumentado en 2013. Así, pese a que el número total de desempleados bajó en 69.000 personas, la tasa de paro escaló hasta el 26,03% el pasado año, una décima más que al cierre de 2012. Es decir, el desempleo aumentó en términos relativos. Esta cifra revela que la reducción de parados no se debe a la creación de empleo, ya que el volumen de ocupados también baja, sino a la caída de la población activa. La población activa (-267.900) baja más que la ocupación (-198.900), lo cual explica el menor número de parados (-69.000).

Y los activos, a su vez, se reducen por cuestiones puramente demográficas, como defunciones y envejecimiento poblacional (más jubilados), pero también por el efecto desánimo (gente que deja de buscar activamente trabajo) y, sobre todo, por el reciente fenómeno de la emigración. España está perdiendo activos (personas en edad de trabajar, ocupados o parados), ya que un número creciente de personas (nacionales y extranjeros) optan por salir del país en busca de un futuro mejor.

Por ello, precisamente, la tasa de actividad, que mide la población activa en función de la gente en edad de trabajar, vuelve a caer en 2013, hasta situarse en 59,43%, la más baja desde el primer trimestre de 2008.

La emigración, factor clave

Por otro lado, la salida de trabajadores explicaría, en buena medida, el descenso que registra el paro juvenil. El número de desempleados menores de 25 años bajó en 40.900 personas en 2013, un 4,4% menos que en 2012, situándo la cifra total de jóvenes en situación de desempleo en 889.300 al finalizar el año pasado. La tasa de paro juvenil fue del 55,06% a cierre de año, ligeramente inferior a la del ejercicio anterior (55,12%).

La población activa en esta franja de edad desendió en 72.400 personas, mientras que el número de ocupados menores de 25 bajó en 31.500 personas, arrojando así el citado descenso de parados (-40.900). Muchos jóvenes han optado por abandonar España en busca de trabajo. Lo mismo sucede con los extranjeros. Su población activa se redujo en 168.400 personas en 2013, y el número de ocupados en 109.000, lo cual explica el descenso de 59.500 parados extranjeros en el conjunto del pasado año.

Ambos factores demuestran, por tanto, que el descenso total de parados en 2013 se debe, en gran medida, a la salida de jóvenes y extranjeros del país.

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