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'Fracking', el arma secreta de EEUU para crear empleo y abaratar la luz

Entre 2006 y 2013, Estados Unidos ha pasado de producir el 40% al 65% del petróleo que consume, gracias a la revolución del fracking.

Entre 2006 y 2013, Estados Unidos ha pasado de producir el 40% al 65% del petróleo que consume, gracias a la revolución del fracking.

La importación de petróleo llegó a suponer el 60% del crudo consumido en EEUU a lo largo de 2005. Este porcentaje se situaba cerca del 35% a mediados de los años 80, por lo que hablamos de un aumento notable a lo largo de varias décadas. Es por eso que resulta enormemente significativo que, de acuerdo con los datos oficiales, la ratio del petróleo importado sobre el consumo energético total haya caído por debajo del 40% entre 2006 y 2013.

La gráfica que sigue, elaborada con datos oficiales, refleja esta dramática caída en el consumo de petróleo importado. Entre 2006 y 2013, el crudo producido en Estados Unidos ha pasado de suponer el 40% a acaparar el 65% del mercado.

El boom ha sido tan notable que la producción de crudo en 2013 ha alcanzado niveles desconocidos desde hace veinticinco años, alcanzándose de nuevo la barrera de los 8.000 barriles diarios.

Ampliando el campo de estudio, podemos comprobar que la producción de petróleo y gas ha crecido de forma tan intensa que los máximos históricos alcanzados en 1970 podrían verse replicados en los próximos años.

La cuota de mercado de la energía made in USA ha crecido de forma tan significativa que su peso sobre el consumo total asciende al 90%. Hace una década, este indicador había caído por debajo del 70%, por lo que el aumento ha sido notable.

En términos de emisiones de CO2 per cápita, este boom ha coincidido con un progresivo descenso que ha llevado este indicador hasta niveles de los años 60.

¿Cómo ha sido posible este cambio?

La principal respuesta la tenemos en la fracturación hidráulica o fracking, una novedosa técnica de extracción de gas y petróleo. El procedimiento pasa, en primer lugar, por la excavación de un pozo vertical; a continuación, desde la altura adecuada, se inyecta un material en el terreno, a menudo agua con arena y productos químicos; por último, se procede a recoger el gas o petróleo que será liberado mediante la fractura del sustrato rocoso.

El método del fracking empezó a ser empleado a nivel industrial a finales de la década de 1940. No obstante, la generalización de este proceso en la industria energética ha llegado en los últimos tiempos, tal y como muestran las gráficas anteriores.

El impacto económico

Como todo proceso energético, la huella medioambiental del fracking es mayor o menor dependiendo del interlocutor. Diferentes Ayuntamientos españoles se han manifestado contra la autorización de esta técnica de extracción. Sin embargo, no faltan los argumentos a favor del fracking.

Al margen de esta controversia, lo que sí parece evidente es que esta técnica está teniendo un enorme impacto económico. Por ejemplo, la creación de empleo está siendo espectacular. De acuerdo con la consultora IHS, el fracking ha generado nuevos empleos para más de dos millones de estadounidenses. Los estudios de IHS han determinado que, a lo largo de la presente década, el fracking aportará 125.000 millones de dólares al Fisco estadounidense. No es éste un brindis al Sol. De momento, este boom energético ya ha añadido ingresos tributarios por valor de unos 75.000 millones de dólares.

¿Y qué hay del sector privado? Ya hemos visto que se está creando empleo pero ¿tiene el fracking un impacto en las cuentas de las familias y las empresas? Citando informes del bróker energético Mercator, el Wall Street Journal ha respondido a esta pregunta, señalando que "el precio medio del gas natural se ha reducido a la mitad gracias al fracking. La misma energía que hace algunos años nos costaba 7 dólares hoy puede ser financiada con 3 dólares.

El 60% de esta reducción se está traduciendo en una rebaja de la factura de calefacción y electricidad de los hogares, que se ahorraron 32.500 millones de dólares en 2013". Considerando también el ahorro para las empresas, "la factura se habría abaratado en 110.000 millones de dólares a lo largo del año pasado".

Por otro lado, los cálculos de Mercator señalan que el segmento de la población de ingresos más bajos "sale más beneficiado de este proceso que ningún otro grupo, ya que su gasto en este tipo de facturas es cinco veces mayor al de los hogares de ingresos medios o altos".

¿'Fracking' en España?

A finales de 2011, el registro del Ministerio de Industria citaba 61 autorizaciones para la exploración del fracking en diferentes puntos de la geografía española. Este proceso ha sido respaldado por el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas. Dicha entidad calcula que España posee reservas de gas para cubrir hasta 40 años de demanda.

Otras estimaciones, publicadas por la consultora Gessal y la plataforma empresarial ACEIP, estiman que la extracción potencial de gas por la vía del fracking podría cubrir 70 años de consumo. Estos informes también apuntan que la exploración de posibles yacimientos de petróleo podría cubrir el 20% de las necesidades energéticas de España durante las dos próximas décadas.

De momento, los permisos concedidos para explorar la posibilidad de desarrollar el fracking en España supondrán inversiones privadas de entre 1.500 y 2.000 millones. En cuanto a la creación de empleo directo, los estudios publicados hablan de no menos de 10.000 nuevos puestos de trabajo. A todo esto se unirían otros aspectos de interés como la generación del empleo indirecto o el abaratamiento de la energía. También podría darse un aumento de la recaudación fiscal, lo que podría redundar en menos impuestos para los contribuyentes.

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