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Las primeras empresas en entrar en quiebra en 2014

A cierre de 2013, el número de compañías que pusieron en marcha este procedimiento subió un 10,4%, hasta alcanzar las 8.934 empresas.

A cierre de 2013, el número de compañías que pusieron en marcha este procedimiento subió un 10,4%, hasta alcanzar las 8.934 empresas.

¿Será 2014 el año de la recuperación? El Gobierno no duda en afirmar que sí, aunque para muchas empresas españolas este año está siendo más difícil que el anterior. La crisis ha dejado una larga lista de compañías que no han podido mantener su actividad y se han visto obligadas a solicitar el preconcurso, o el concurso, de acreedores (antigua suspensión de pagos). Nueva Rumasa, Orizonia, Reyal Urbis... son algunas de las quiebras más sonadas de los últimos años.

La última en caer ha sido Zinkia. Fue precisamente ayer cuando la productora de Pocoyó presentó el concurso voluntario de acreedores tras no lograr alcanzar un acuerdo con todos sus acreedores para refinanciar su deuda.

La compañía dijo que ha adoptado esta decisión "en un ejercicio de responsabilidad" y con el único objetivo "de proteger su patrimonio". Zinkia explicó que, aunque había logrado acordar la refinanciación con sus bonistas, entidades financieras y acreedores comerciales más importantes, no había logrado un acuerdo satisfactorio con una entidad privada, titular de un préstamo de 2,5 millones de euros. La deuda de Zinkia está próxima a los 10 millones de euros. Su situación financiera se torció en el primer trimestre del año, cuando registró unas pérdidas de 1 millón de euros, frente a las ganancias de 2,12 millones de euros del mismo periodo del ejercicio anterior.

Los datos más recientes sobre las empresas declaradas en concurso los ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) y tampoco son nada alentadores. A cierre de 2013, el número de compañías que pusieron en marcha este procedimiento subió un 10,4%, hasta alcanzar un total de 8.934 negocios en quiebra.

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria todavía sigue causando estragos, por eso no es de extrañar que las actividades vinculadas a la construcción lideren el ránking de las empresas concursadas en 2013. En total, se acogieron a este procedimiento 2.378 empresas relacionadas con este sector.

Aunque todavía no han salido a luz los datos oficiales del número de empresas que suspendió pagos en lo que va de año, la productora de Pocoyó no ha sido la única en tocar fondo. A continuación, una pequeña lista con los nombres más destacados.

1. Codere: la compañía de juego Codere pidió el 2 de enero de este año el preconcurso de acreedores. El año pasado, el grupo de la familia Sampedro tuvo que solicitar en dos ocasiones un periodo de gracia para abonar el pago de los intereses de su emisión de bonos. Debido al déficit de caja, la empresa se acogió al preconcurso ante la imposibilidad de pagar 127,1 millones de euros a sus prestamistas senior. La empresa justificó esta decisión "a la vista del análisis de la situación financiera y la previsión de tesorería a corto plazo y ante las dificultades para afrontar los próximos vencimientos". El grupo señaló cuatro causas como las responsables de sus "tensiones de tesorería": el pago de 107 millones de euros por la renovación anticipada de las licencias de juego en Buenos Aires, la implantación de la Ley Antitabaco en Argentina, el cierre de ocho salas de juego en México y las subidas de impuestos muchos de los países en los que opera. Como marca la ley, a partir de la solicitud, Codere tiene cuatro meses para llegar a un acuerdo para reestructurar su deuda con las partes implicadas. El año que viene le vencen a Codere cinco emisiones de deuda por valor de 1.000 millones que también está negociando in extremis con sus acreedores.

2. Cegasa: la compañía vasca, cuya actividad consiste en la fabricación de pilas y pequeños electrodomésticos, presentó el preconcurso de acreedores el pasado 31 de enero. Cegasa, que cuenta con plantas en Vitoria, Oñati (Gipúzcoa) y China, tiene una plantilla de 900 empleados, 500 de ellos en el País Vasco. El grupo, que se ha visto "duramente golpeado" por la crisis económica, justificó esta decisión con motivo de "reordenar su actividad" y buscar socios para su continuidad. Tras la presentación del preconcurso, Cegasa aseguró que tiene negociaciones en curso "avanzadas" y que "confía" en que culminen durante los próximos meses con el fin de mantener la actividad, pagar a todos los proveedores y atender por último los compromisos con las entidades financieras. Fundada en 1934, sus ventas cayeron hasta los en 2013. Según el portal Alimarket, en ese último año aglutinaba deudas a largo plazo de 74,6 millones de euros y a corto plazo de 56,36 millones de euros con entidades de crédito principalmente.

3. Husa Hoteles: la situación de la cadena es mucho más crítica que la de las empresas anteriores. El 12 de febrero, Unida Grupo Husa entró en concurso de acreedores con una deuda de 200 millones de euros y un patrimonio de 150 millones. El concurso del grupo, propiedad del empresario Joan Gaspart, fue solicitado por un acreedor al que se le debían más de 100.000 euros. Hostelería Unida explota 60 hoteles, tiene una plantilla de 1.200 trabajadores y el año pasado facturó 110 millones de euros.

4. Bodaclick: no podía haberlo solicitado en una fecha más singular. El 14 de febrero, día de San Valentín, fue el momento elegido por el portal dedicado a la organización de bodas para pedir el concurso voluntario de acreedores. El grupo aseguró que tomaba esta decisión debido a una "situación temporal de iliquidez y ante la necesidad de establecer un calendario de pagos razonable con los acreedores que le posibilite continuar con su actividad ". En el segundo semestre del año pasado, se registró un peor comportamiento de las ventas, combinado con una tensión de tesorería especialmente grave que ha abocado a la solicitud de concurso como mecanismo de gestión de esta situación.

5. Verbatim: tras 25 años fabricando discos ópticos, Verbatim entró en concurso de acreedores hace una semana en un juzgado de Barcelona. Verbatim España SA, filial de Mitsubishi Chemical Corporation, no pudo adaptarse a los nuevos cambios en la era digital, pese a que en los últimos años se ha incorporado al negocio de las luces LED. La compañía, que llevaba en números rojos desde 2012, había iniciado una reestructuración para llevar sus actividades a Francia, pero finalmente no ha podido continuar con su actividad.

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