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España es el país de la zona euro que necesita un mayor ajuste en sus cuentas públicas

Nuestras administraciones lideran la clasificación de déficit primario. Hay que cerrar un agujero de 5,5 puntos del PIB para controlar la deuda.

El ajuste de las cuentas públicas españolas está muy lejos de estar terminado. Sí, se ha controlado algo el nivel de déficit y la prima de riesgo está lejos de los niveles que alcanzó en el verano de 2012. Pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que el trabajo esté hecho. Según los datos del European Economic Advisory Group (EEAG) de CESifo, España es el país de la UE con mayor déficit primario (sin contar el pago de intereses) y el segundo, tras Irlanda, que está más alejado del límite en el que comenzará a controlar la deuda pública.

CESifo es uno de los institutos de investigación económica más prestigiosos de Europa y, cada año, publica el Informe EEAG sobre la economía del Viejo Continente. En España, la encargada de realizar la presentación es la Fundación BBVA. Este miércoles, tocaba la edición 2014, centrada en las perspectivas económicas para el próximo año y en la evaluación de las políticas de control del gasto público seguidas en los últimos años.

La conclusión para nuestro país no es especialmente esperanzadora. Sí, comenzamos la crisis en una situación relativamente buena, tanto en términos de déficit primario como en lo que hace referencia a la deuda pública. Pero entre 2007 y 2010 toda esa ventaja se evaporó. Ahora, estamos en el vagón de cola. El Gobierno de Mariano Rajoy habla mucho de austeridad y en los medios se multiplican los titulares sobre recortes. Pues bien, incluso así, lo cierto es que el agujero presupuestario español es el mayor de entre todos los países de la Eurozona.

¿Austeridad?

El capítulo 3 del informe de CESifo está dedicado a la "austeridad", es decir, a cómo los diferentes países se han enfrentado a esta crisis desde las cuentas públicas. De hecho, las primeras gráficas están dedicadas a cuál era la situación de cada estado cuando comenzaron los problemas en 2007. Y ahí, España puede incluso presumir. Tanto su nivel de déficit primario (en realidad era superávit) como en deuda pública estaba mucho mejor que la mayoría de sus vecinos (ver los siguientes dos gráficos).

Déficit primario ajustado al ciclo 2007-09

Deuda pública 2007-09

El problema, como puede verse en el cuadro de 2009, es que el Gobierno español, en aquel entonces con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, interpretó este buen punto de partida como un permiso para acometer las llamadas políticas expansivas o contracíclicas. Vamos, a no preocuparse por los déficit públicos a corto plazo, buscando la recuperación. El Plan E fue quizás el ejemplo más destacado de aquel pensamiento.

Como apuntan los autores, "el balance presupuestario primario ajustado cíclicamente se deterioró en España e Irlanda en más de ocho puntos del PIB". Ni siquiera Grecia, con seis puntos del PIB llegó a tanto. Y claro, las consecuencias se hicieron notar muy rápidamente. La deuda pública, que en 2007 apenas llegaba al 36% del PIB, cerraba 2011 en el doble de ese nivel y seguía subiendo. De hecho, se espera que este mismo año supere la frontera del 100%.

Los defensores de este gasto público aseguraban que serviría para hacer los efectos de la crisis menos intensos en estos países. El problema es que los datos parecen indicar todo lo contrario. Como puede verse en el siguiente gráfico, en general fueron los países que más se apretaron el cinturón en lo que hace referencia a las cuentas públicas los que mejor han sorteado la recesión. De hecho, Chipre, que en 2009-2010 parecía la excepción, terminó quebrando un par de años después.

Relación entre crecimiento y déficit

Al final, todo explotó en 2010. Ni siquiera es una cuestión de ideología. Simplemente, en aquel año, los inversores internacionales decidieron endurecer las condiciones para prestar dinero a determinados países. A algunos, como Grecia, directamente les secaron las fuentes de financiación. Por lo tanto, a sus gobiernos no les quedó más remedio, les gustase o no, que ajustar los gastos.

Además, muchos de ellos (Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y, en cierto sentido, Italia y España) necesitaron el rescate directo o indirecto de sus vecinos europeos. Y estos, junto a la ya famosa troika, impusieron una serie de condiciones a cambio de su ayuda financiera. Ésta es la "austeridad" de la que tanto se habla: los acreedores de los países periféricos les obligaron a tomar medidas de ajuste presupuestario a cambio de no dejarles caer.

¿Qué ha pasado desde 2010? El informe de CESifo muestra cómo los diferentes países han ido cerrando los números rojos de su sector público. Y aquí llega la mala noticia para España. A cierre de 2012, como puede verse en el siguiente gráfico, nuestro país era el que presentaba un déficit primario más elevado: un 5,2% del PIB. Es decir, era el que necesitaba un mayor ajuste para llegar al equilibrio.

Déficit primario ajustado al ciclo

No sólo eso. Los autores también analizan qué superávit primario sería necesario para estabilizar el nivel de deuda pública (sólo para que no siga creciendo). En esta clasificación, España también está en los puestos de cola. De hecho, sólo Irlanda nos supera (tiene que pasar del -3,8% al 3,4% del PIB, más de siete puntos). Nuestro ajuste es de 5,5 puntos: del -4,9 al 0,6% del PIB.

Balances primarios

El debate

Llegados a este punto, habrá quien diga que la austeridad en realidad está perjudicando nuestra economía. De hecho, se repite mensaje incluso aunque España haya cerrado los cuatro ejercicios que van del 2009 al 2012 con déficit públicos que rondan (en ocasiones lo superan) el 10% del PIB. Probablemente sea el debate del momento. Desde el CESifo, su visión es algo diferente. Por un lado, apuntan a que no pueden desligarse los ajustes actuales de las alegrías pasadas. Es decir, aquellos que ahora tienen que recortar son los que no hicieron una labor de prevención antes de 2007 o los que se lanzaron a la carrera del gasto cuando llegaron los primeros síntomas de la recesión.

En segundo lugar, destacan que "la austeridad y la recesión son parte del proceso de ajuste. Ni una ni otra eran completamente evitables" tras los excesos de la anterior década. Es decir, si una economía ha puesto demasiados recursos en sectores insostenibles, es ineludible que sufra un proceso de recesión, mientras los factores productivos salen de aquellos para buscar nuevos usos. De hecho, cuanto antes se complete este proceso, más rápido comenzará la recuperación.

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