Nueva reflexión del presidente de la de la CEOE, Juan Rosell, sobre las "amas y amos" de casa y sus intenciones por cobrar subsidios. En un artículo en el diario El Mundo publicado este viernes, Rosell intenta respaldarse en la EPA para justificar las polémicas declaraciones del pasado lunes en las que afirmaba que "un millón de amas y amos de casa" se han apuntado en los últimos tiempos a las listas del paro para ver si pueden cobrar algún tipo de subsidio.
Con estas afirmaciones, el presidente de la patronal de empresarios dejaba entrever que las intenciones de las personas que se dedican a las labores del hogar al inscribirse al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) eran únicamente cobrar la prestación por desempleo.
Hay que recodar que registrarse en el antiguo INEM, no conlleva automáticamente el cobro de una prestación. El subsidio por desempleo, el Plan Prepara (los 400 euros) o el subsidio para los que buscan activamente empleo, están sujetos a una serie de requisitos (haber cotizado anteriormente, circunstancias personales y familiares, haber alcanzado una cierta edad...).
Dejando a un lado la eficacia de estas subvenciones para reactivar el mercado laboral español y favorecer la búsqueda de empleo, lo que no es cierto es que las personas que se han dedicado con anterioridad a las tareas domésticas, reciban un trato más favorable que el resto de colectivos en el INEM.
La explicación de Rosell
En su artículo, Rosell ha evitado mencionar palabras como "subsidio" o "prestación" y se ha dedicado a explicar a los lectores cómo funciona la EPA. El presidente de la CEOE ha explicado que en los últimos años las personas dedicadas a las labores del hogar han pasado de ser inactivas (no están ocupadas ni desempleadas) a activas (empleadas o paradas). Se considera población inactiva a los menores de 16 años, a los prejubilados y jubilados, a las amas de casa o a las personas que tienen algún tipo de inactividad.
"Los resultados de la EPA indican que, si se toma como referencia a las personas de 25 y 64 años, la población ha aumentado en casi 570.000 personas entre 2007 y 2013, mientras que la población activa se ha incrementado en algo más de 1,5 millones de personas. Esa notable diferencia se debe a un descenso de la población inactiva de 939.000 personas en el tramo de edad mencionado. Gran parte de la caída de este colectivo se centra en el segmento denominado por el INE de labores del hogar, con casi 900.000 personas. Es decir, el 94,7% del descenso de la población inactiva se concentra en este segmento", relata.
"Un hipotético ejercicio teórico"
Rosell reconoce que este cambio entre población activa e inactiva "obedece, por un lado, a la progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral", pero realiza un "hipotético ejercicio teórico", para explicar por qué esas 900.000 amas de casa que han pasado a ser población activa, lo han hecho dentro del colectivo de desempleados.
"Si el número de personas inactivas dentro de la categoría de labores del hogar hubiese permanecido sin variación, tendríamos que el número de desempleados sería de casi 900.000 personas menos. En consecuencia, la tasa de paro estaría situada en 2013 en el 20,6%, es decir 3,3 puntos menos que lo que realmente se ha producido. Es una realidad estadística, no una opinión".
A Rosell se le olvida explicar que, aunque esas personas formen parte de la población activa como desempleadas, no tienen por qué estar cobrando necesariamente una subvención ya que tienen que cumplir los mismos requisitos que un ingeniero o un teleoperador para acceder a ella.
Rosell concluye su explicación diciendo que "querer obviar que el hecho de que el descenso de inactivos se concentre en el segmento de labores del hogar ha sido un fenómeno que merece destacarse en el diagnóstico del mercado laboral es falsificar la realidad. Nada mejor que analizar y explicar los datos sin tergiversaciones intelectuales ni demagogia".