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El equipo de Pedro Sánchez defiende subir IRPF, IVA e Impuestos Especiales

El nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, mantendrá un tono continuista a la hora de trazar las líneas centrales de su programa económico.

El nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, mantendrá un tono continuista a la hora de trazar las líneas centrales de su programa económico.

El PSOE tiene nuevo líder, pero esto no significa que el discurso económico de la formación política vaya a experimentar grandes cambios. Así lo apuntan diferentes fuentes consultadas por Libre Mercado, que inciden en señalar que Pedro Sánchez mantendrá un tono continuista a la hora de trazar las líneas centrales de su programa económico.

Es importante señalar que el nuevo dirigente de la formación del puño y la rosa es economista de formación. Sánchez ha ejercido como docente en la Universidad Camilo José Cela, centro privado en el que impartió hasta la fecha asignaturas como Estructura Económica e Historia del Pensamiento Económico. Estamos, por tanto, ante el primer economista que lidera uno de los dos grandes partidos españoles.

La incógnita radica en el tipo de medidas que favorece Sánchez. En su página web ha mencionado que "no hay más que mirar hacia los países escandinavos para corroborar que el Estado del Bienestar dinamiza y no frena el crecimiento". Esta retórica recurrente entre la izquierda del Sur de Europa choca, no obstante, con las tendencias que se observan desde hace veinticinco años en países como Suecia, donde la progresiva liberalización económica ha alimentado reformas basadas en menos gasto, menos impuestos y menos intervención del Estado.

Subidas fiscales en IRPF, IVA y Especiales

Hasta la fecha, el equipo de Sánchez ha filtrado algunas claves de la agenda económica que encabezará el nuevo dirigente socialista. Por ejemplo, se ha insistido en la necesidad de aumentar la progresividad fiscal del IRPF, "para que pague más quien más tiene".

Cierto es que el 20% de los contribuyentes con mayores ingresos genera el 60% de todo lo recaudado por IRPF, pero la nueva Ejecutiva del PSOE ve con buenos ojos una nueva ronda de aumentos tributarios aplicados a las rentas altas, incluso a pesar de que el recargo de 2012 solamente cubrió el 4% del déficit presupuestario registrado por las Administraciones en dicho ejercicio.

Pero los asesores económicos del nuevo Secretario General del PSOE creen que también es conveniente revisar al alza los impuestos indirectos. Concretamente, manejan la idea de subir los tipos reducidos del IVA, así como los gravámenes especiales que se aplican al tabaco y al alcohol. Eso sí, el discurso que se defendería ante el electorado insistiría en señalar que estas subidas de impuestos son "necesarias para mantener el Estado del Bienestar".

Otras medidas que cuentan con el visto bueno de Sánchez incluyen aspectos como "la devaluación del euro, la constitución de una nueva burocracia que luche contra el fraude fiscal y el lanzamiento de nuevos planes de estímulo, esta vez a nivel europeo".

Manuel de la Rocha, el nuevo 'sheriff' económico

En los próximos meses conoceremos en mayor detalle las propuestas económicas del nuevo equipo del PSOE. Sin embargo, ya sabemos quién será el encargado de liderar el trabajo en este campo. Se trata de Manuel de la Rocha Vázquez, hijo de un histórico dirigente de la corriente Izquierda Socialista y vinculado a la fallida campaña de Eduardo Madina.

De la Rocha ha sido "repescado" por Sánchez como Secretario de Economía. ¿Qué podemos esperar del nuevo "sheriff" económico de Ferraz? La mejor respuesta la encontramos en los artículos que el propio De la Rocha ha publicado a lo largo de los años.

Así, en 2012 afirmaba en el diario El País que "el Estado del Bienestar es un gran pacto que permitió a la clase trabajadora aceptar las reglas del mercado", lamentando a continuación el "reciente predominio neoliberal". De la Rocha se mostraba entonces preocupado por las "demandas de reducciones de impuestos" y las "crecientes apelaciones a reducir las burocracias que gestionan los servicios públicos universales".

En esta línea, el Secretario de Economía del PSOE se quejaba de la "consolidación del individualismo" y del "consumismo imperante", algo que atribuía a "tres décadas de machacona ideología neoliberal encapsulada por Margaret Thatcher".

La alternativa, en opinión de Manuel De la Rocha, se encuentra "en los ejemplos escandinavos, que demuestran que una mayoría de ciudadanos pueden aceptar impuestos elevados a cambio de obtener servicios públicos de calidad".

Una vez más, los líderes del nuevo PSOE parecen ignorar los profundos cambios que han vivido los países nórdicas desde finales de los años 80 hasta hoy. Tomando de nuevo Suecia como referencia, vemos que la presión fiscal acumula dos décadas de bajadas y que buena parte de los servicios públicos se ofrecen en un régimen de competencia en el que no hay barreras de entrada para las entidades privadas, lo que permite que el contribuyente elija qué tipo de proveedor quiere (vía cheque escolar, cheque sanitario, etc.). Es lo que algunos han llamado "thatcherismo a la sueca".

Un Plan E continental de 280.000 millones

De la Rocha también se muestra partidario de clamar "contra el dogma de la austeridad" y censura que "Merkel y los suyos se muestren inflexibles ante cualquier mínimo aumento del gasto público". Renglón seguido, el nuevo Secretario de Economía del PSOE reivindica una especie de "Plan E" continental, aplicado en toda la Unión Europea, excluido de la contabilidad nacional a efectos de cálculo del déficit público y valorado en hasta 280.000 millones de euros, aportados por la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones.

Para financiar este programa, De la Rocha habla en varios artículos de recaudar entre 35.000 y 57.000 millones con gravámenes financieros como la Tasa Tobin. Por tanto, el saldo fiscal definitivo resultante de aplicar este programa en los países de la UE arrojaría un aumento del déficit de 223.000 millones de euros, en el mejor de los casos.

En otros artículos, De la Rocha ha defendido medidas como la "implementación de una robusta política industrial", la "liberalización de sectores que permanecen cerrados a la competencia" o la "reinstauración de la negociación colectiva". También ha levantado la bandera del "aumento sustancial del presupuesto de la UE, creando al menos un mecanismo de reequilibrio ante "shocks territoriales asimétricos".

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