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La Casa de Mis Primos para viajar a NYC

Javier Martín de Frutos: "En EEUU si sabes hacer cosas tendrás una oportunidad"

En poco más de dos años y medio La Casa de Mis Primos ha logrado crear dos empresas en EEUU y España y facturar cerca de 500.000 euros.

En poco más de dos años y medio La Casa de Mis Primos ha logrado crear dos empresas en EEUU y España y facturar cerca de 500.000 euros.
Los 'primos' Javier Martín de Frutos, su mujer, Blanca Regalado, y su hermano Alberto | C.Jordá

Javier Martín de Frutos es un emprendedor un tanto peculiar o, si lo prefieren así, no responde a la imagen que solemos tener del emprendimiento: arquitecto retirado para desarrollar una carrera artística en EEUU, prácticamente por casualidad se encontró con la posibilidad de crear una empresa turística en Nueva York y España: La Casa de Mis Primos, y en poco más de dos años está facturando cerca de 500.000 euros.

Nos reunimos con Javier en la oficina madrileña de La Casa de Mis Primos, tomando un café en una cocina con un cierto aire neoyorquino y ese toque ligeramente informal de muchas compañías americanas.

Tal y como nos cuenta, la historia empieza a finales de 2008, cuando Javier -que había dejado poco antes un trabajo consolidado como arquitecto- consigue una beca en una prestigiosa escuela de Nueva York y se traslada allí con su mujer. Al verano siguiente y para volver a nuestro país de vacaciones piensan en realquilar su apartamento para cubrir el coste y lanzaron un correo a sus amigos y se vieron desbordados por la respuesta: "Nos llegan un montón de mails y se nos alquila el apartamento los dos meses que estuvimos en España".

Aún sorprendidos por la respuesta, en ese momento no se les ocurrió aprovechar económicamente esa demanda descubierta, eso llegó dos años más tarde con un traslado a San Francisco –"logré una beca Fullbright"- coincidiendo con que el hermano de Javier, Alberto, "acabó la carrera y tenía una beca para estudiar en EEUU y le propuse a mi hermano poner en marcha la empresa y que él se hiciese cargo". Así fue: era 2012 y había que montar dos empresas.

Emprender en EEUU y en España

Como el propio Javier nos explica, "lo que empieza como una forma de financiar las vacaciones" se convertía en un negocio y era necesario establecer dos empresas: una en EEUU para gestionar allí no sólo el apartamento propio sino el de otras personas, y una en España que fuese capaz de tratar con los clientes españoles.

Probablemente no es lo más habitual que un proyecto de emprendimiento empiece al mismo tiempo a ambos lados del Atlántico, pero eso permitió a los responsables de La casa de Mis Primos experimentar en su propia piel las diferencias entre España y EEUU a la hora de poner en marcha una idea empresarial.

"La realidad es que en EEUU es mucho más sencillo montar una empresa –nos explica Javier confirmando lo que nos temíamos-, de hecho la puedes montar a través de internet por 150 dólares". Con un asesor tampoco es mucho más caro: "Nos costó 350 dólares y en una semana la teníamos".

Las facilidades no se reducen a las impositivas –"pagas menos impuestos"- sino que abarcan otros ámbitos que también son importantes: "Ni siquiera necesitas un visado de permanencia, nosotros teníamos uno de estudiantes".

Otro aspecto fundamental es el dinero: "El sistema americano está montado, con su cultura de crédito, de forma que no es tan necesario que tengas dinero como que seas buen pagador, en el momento en el que ven que pagas bien tus facturas y a tus proveedores te dan crédito, y eso simplifica un montón seguir con la empresa".

En España el asunto es muy diferente: "Como sabes de entrada hay que poner 3.000 euros en una cuenta, hay que ir a un notario que te cuesta otros 300 o 350 y el proceso te lleva casi dos meses".

Además, por si esto fuera poco, se pagan más impuestos: "Aquí se paga el 21% y allí los dos primeros años estás exento mientras no tengas beneficios".

La dificultad de los visados

La gran barrera para trabajar o emprender en EEUU puede ser lograr los visados, sin embargo, siendo español se puede obtener de forma automática un visado que permite una estancia de 90 días, tras la que hay que dejar el país pero que permite regresar para otros 90 días.

Lo más difícil, paradójicamente, es conseguir un visado como trabajador: "Una empresa tiene que pagar, a lo mejor 10.000 dólares, por hacerte una greencard o un H1", así que es muy difícil "que llegues allí y tener un trabajo".

Sin embargo, sí "te dan facilidades para que montes tu negocio". El proceso pasa por proponer –y defender- la idea de negocio en la embajada de EEUU en España y enseguida te dan un visado B1 por tres meses. "A partir de ahí puedes seguir el proceso: abres el negocio, te dan una línea de crédito, un número de la seguridad social… poco a poco desde ahí vas escalando y te dan más cosas".

Por supuesto, es un proceso serio: "Ellos tienen que ver que conoces tu sector, que tiene potencial en EEUU y que has estudiado el mercado, si no presentas eso no te van a dar el visado". Lo más sorprendente, al menos para los acostumbrados a la burocracia española, es que la embajada responde "en quince días o un mes como mucho".

Un país sin etiquetas

Pero las diferencias van más allá: "La cultura y el entorno americanos son mucho más propicios al emprendimiento, tanto en Nueva York, como en San Francisco o Chicago". Sobre todo en la ciudad californiana se ve mucho "la cultura de la gente que ha llegado de todo el mundo para cumplir su sueño".

Hay otro factor que también es importante es la ausencia de etiquetas y la apertura mental: "En España estudias una profesión y te dedicas a esa profesión, en EEUU estudias algo y luego te formas o te dedicas a cualquier otra cosa. No tienen miedo de ser un día ingeniero informático en una empresa de prestigio y luego si te quedas en el paro hacer de teleoperador y luego volver a una empresa, es una cultura de adaptarse al cambio y ser dinámicos, tanto en el tiempo como en el espacio: cambian rápido de profesión y de lugar".

Y sin problemas para el que llega de fuera: "Aunque sí es que difícil obtener los permisos, es una sociedad de inmigrantes que acepta al inmigrante. Lo importante no es de dónde vengas sino qué sabes hacer, no les importan que hables bien inglés o que tu familia sea buena o no, si sabes hacer algo tendrás una oportunidad, tarde o temprano la consigues", nos dice nuestro interlocutor aclarando, quizá al notar que se ha entusiasmado un poco, que esta hablando "de mi experiencia personal".

Lo que sí se valora en EEUU, según nos cuenta Javier, es "ser capaz de tener una visión global sobre varios aspectos". Utiliza su propia experiencia vital como ejemplo: "Yo vengo de la arquitectura y del arte contemporáneo, que están muy lejos de lo que es mi empresa, pero ese bagaje me ha ayudado a crear la experiencia que ofrecemos, que es muy cercana y personalizada".

Así es La Casa de mis Primos

La idea con la que Javier ha emprendido en EEUU parece muy básica, incluso demasiado común: alquilar apartamentos privados a turistas, pero Javier tiene claro lo importante, el elemento diferenciador: "Además de ser una plataforma on line somos personas que gestionamos a otras personas, hay alguien al otro lado del teléfono, tenemos una oficina, puedes venir a vernos…".

"Nuestro lema –explica Javier- es ‘estamos contigo antes, durante y después’, es decir, a lo largo de todo el viaje. Antes, porque resolvemos las dudas, asesoramos y te ayudamos a planificar, a comprar entradas, o te organizamos un tour".

Todo se gestiona desde España personalizadamente, pero una vez allí también el trato es diferente: "Un chófer te espera en el aeropuerto, todo lo que sea necesario, te lleva al apartamento y una vez allí te espera otra persona que te enseña el apartamento, te explica lo que tienes que saber y te explica también cosas del barrio".

Además, todos los días se reciben mensajes sobre qué ocurre en la ciudad ese día, desde acontecimientos culturales a rebajas en tiendas u ofertas… y también se puede recurrir a los primos para lograr entradas para Broadway o hacer un viaje a Washington. Y, por supuesto, prestan apoyo en caso de que surja cualquier problema.

"Lo que logramos es que uno pueda vivir una experiencia como local, vivir unos días como un neoyorquino, pero a la vez segura, siempre tienes a alguien al lado, por eso somos los primos de Nueva York", nos dice con una sonrisa.

Y así son sus apartamentos

Otro rasgo distintivo de La Casa de Mis Primos son los propios apartamentos, no vale cualquiera: "Buscamos gente que tenga un estilo de vida de alguna forma genuino, artistas, fotógrafos, gente del mundo de la moda… que además se han mudado a Nueva York para hacer realidad su sueño".

Javier nos explica que "toda esa vida, el bagaje que tienen antes y lo que se encuentra en Nueva York se refleja en los apartamentos, que de alguna forma son un retrato de la vida que ellos llevan y lo que queremos es que nuestros viajeros también conozcan eso, porque de alguna forma van a vivir su vida unos días". La cosa no se limita a algo simbólico, muchas de las recomendaciones viajeras que reciben los viajeros están elaboradas por los propietarios: "Si vas al apartamento de Brad, él te dice dónde come, dónde toma el café y en qué tiendas compra".

Un modelo que convence tanto a los propietarios como a los viajeros: "En un caso y en otro la mayor parte de los nuevos clientes llegan por la recomendación, por el boca a boca, por la gente satisfecha con un buen servicio".

Y un modelo que está siendo un gran éxito: las ventas del primer año fueron 120.000 euros, en el segundo ya crecieron a 270.000 y en este 2014 llegarán a 500.000, y eso con una estrategia de crecimiento conservadora que les permita que ser más grandes, sí, pero sin perder ni "el servicio personalizado" ni la calidad que es el sello que los responsables de La Casa de Mis Primos quiere que les distinga.

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