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Alemania censura el "tono" de Atenas y respalda a la troika

El extravagante plan propuesto por el gobierno griego para maquillar un nuevo impago de la deuda helena ha vuelto a topar con la negativa de Alemania

El extravagante plan propuesto por el gobierno griego para maquillar un nuevo impago de la deuda helena ha vuelto a topar con la negativa de Alemania
La canciller alemana, en una foto de archivo

El extravagante plan propuesto por el gobierno griego para maquillar un nuevo impago de la deuda helena ha vuelto a topar con la negativa de Alemania. De acuerdo con Volker Kauder, el portavoz parlamentario de la CDU de Merkel, "Grecia debe abstenerse de improvisar nuevas propuestas cada día. No vamos a entrar en este juego".

Así de tajante se mostró el líder del partido de gobierno en la cámara legislativa teutona, quien recordó a Syriza que "el acuerdo para el rescate no se firmó con uno u otro gobierno: fue un pacto con Grecia que debe cumplirse". Kauder admitió que el nuevo Ejecutivo comunista griego "tiene derecho a estudiar nuevas propuestas", pero recordó que la Administración que ahora encabeza Alexis Tsipras deberá "asumir las consecuencias" de sus recetas.

La línea roja establecida desde Berlín es clara: "el contribuyente alemán no puede ser responsable de las decisiones que tome un gobierno de la izquierda populista". Kauder apoyó también el papel de la troika como interlocutor con el gobierno griego. "No me gusta nada el tono empleado por Atenas. Así no se hacen las cosas entre socios europeos", recalcó el parlamentario alemán.

El hartazgo de Kauder resultó evidente a lo largo de su reunión con los medios germanos. "Cada día salen nuevas propuestas desde Grecia, mientras al resto de Europa le toca aguantar el aliento... Un gobierno debe tomarse el tiempo para reflexionar y hacer propuestas concretas, antes de lanzar nuevos planes cada día. De lo contrario, seguiremos viendo que el nuevo gobierno griego es incapaz de generar un mínimo de confianza", explicó.

Varufakis se reúne con Draghi y Schäuble

Mientras la tensión entre Berlín y Atenas va a más, el Ejecutivo heleno continúa con su "gira europea", encabezada por Yanis Varufakis. El polémico ministro de Finanzas griego se reunirá este miércoles con Mario Draghi, de quien espera arrancar un compromiso de asistencia que otorgue más tiempo a las negociaciones entre Grecia y sus acreedores.

Un día después de su cita con el presidente del Banco Central Europeo, Varufakis tiene previsto verse con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. Esta segunda cita será el primer "cara a cara" entre los gobiernos de Merkel y Tsipras. De entrada, el dirigente teutón ha mostrado una actitud amable de cara al encuentro, si bien ha admitido que Alemania "no aceptará cambios unilaterales en los acuerdos pactados con Grecia".

Uno de los asuntos más complejos de cara a la reunión de Draghi con Schäuble es la actitud hostil que ha mostrado el nuevo Ejecutivo heleno ante la troika, a la que no considera un interlocutor legítimo. Sobre esta cuestión, el Ministro de Finanzas de Merkel ha admitido que "por mucho que la palabra troika acarree un significado negativo entre algunos griegos, la participación del FMI, el BCE y la Comisión Europea es irrenunciable".

Así, Schäuble comparó la supervisión de la troika a los mecanismos de control parlamentario que enfrenta cualquier gobierno democrático. "Las reglas están para algo. Si yo quiero cambiar la forma en que se gestionan los servicios públicos, necesito que el Parlamento autorice y supervise esas modificaciones", explicó.

Pese a ello, Alemania prevé alargar los tiempos. El gobierno de Merkel espera que las negociaciones con Syriza se alarguen hasta que se agote la actual ronda de financiación del rescate y esta situación puede durar meses. De hecho, Alemania se prepara para "jugar un juego de espera hasta abril o mayo", cuando Grecia se aproxime a una crisis de liquidez, según afirmó a Bloomberg una persona familiarizada con las negociaciones.

¿Qué propone Varufakis?

Como explicó Libre Mercado, la propuesta de Varufakis aspira a burlar las reglas de los acuerdos de "rescate" a base de disfrazar una nueva quita con eufemismos de diverso corte. Así, tal y como apuntó Varufakis en una entrevista con el diario El Mundo, el plan de Grecia pasa por devolver las ayudas recibidas siempre que el PIB crezca más de un 5% y siempre que los pagos no vayan más allá del año 2038:

A nuestros socios europeos les debemos 280.000 millones de euros. Pues bien: emitiremos nuevos bonos por esa cifra, con exactamente el mismo calendario de pagos que ahora mismo habíamos acordado pero ligado al crecimiento del PIB nominal, no al real. El Fondo Monetario Internacional, el BCE, aseguran que nuestro PIB nominal crecerá un 7% al año en los próximos 20 años. Si es así, devolveremos el dinero que nos han dejado. Pero si el PIB nominal crece entre el 5 y el 7%, pagaremos un tercio del dinero que nos hemos comprometido a pagar. Y si está por debajo del 5% no pagaremos nada ese año. En 2038 esos bonos expiran, y lo que hayamos podido pagar lo habremos pagado y lo que no, no.

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