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Los griegos aceleran la retirada de depósitos ante la cercanía del corralito

La falta de acuerdo sobre la renovación del rescate deja en manos del BCE la supervivencia de la banca helena. Ya se habla de control de capitales.

La falta de acuerdo sobre la renovación del rescate deja en manos del BCE la supervivencia de la banca helena. Ya se habla de control de capitales.

Grecia huele a corralito. Las horas pasan y el plazo para que Atenas solicite la extensión del actual programa de rescate se va agotando. El Gobierno de Alexis Tsipras tiene hasta el próximo viernes para tomar una decisión, y, por el momento, nada apunta a que se vaya a lograr un acuerdo con el resto de socios comunitarios.

Así, Tsipras ha subrayado este martes que no tiene prisas por llegar a un acuerdo con la zona euro a costa de abandonar sus promesas electorales de poner fin a la austeridad y ha afirmado que no hará concesiones. "Ha habido una costumbre de que los gobiernos recientemente electos actúen distinto a sus promesas preelectorales. Lo repito, estamos pensando en implementar en efecto nuestras promesas de un cambio", dijo ante el Parlamento.

Tsipras también acusó al ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäeuble, de perder la compostura el lunes, cuando el ministro germano lamentó que los griegos hubieran elegido un Gobierno que actuaba de forma irresponsable.

Schäuble, por su parte, ha advertido este martes de una "situación difícil" si el actual programa de asistencia financiera a Grecia, que expira el próximo 28 de febrero, no se concluye de forma ordenada. "Si este programa no se concluye de manera ordenada, se producirá una situación difícil", ha afirmado en rueda de prensa al término del Ecofin. "Pero no tiene sentido especular sobre lo que ocurrirá", ha agregado.

Muchos griegos, sin embargo, ya se imaginan lo que ocurrirá y, por eso mismo, están acelerando la retirada de sus depósitos. Si Grecia deja de estar bajo el paraguas del rescate internacional, el Banco Central Europeo (BCE) está obligado a limitar su exposición a los bancos y a la deuda pública de Grecia. Por el momento, y ante el riesgo de que Atenas no alcanzara un acuerdo con la troika, el BCE dejó de aceptar como colateral los bonos griegos para prestar liquidez a sus bancos, restringiendo de forma sustancial sus vías de financiación.

Como consecuencia, en la actualidad, la banca helena depende de la línea extraordinaria de liquidez (ELA) que le facilita el BCE a través del Banco central de Grecia. La entidad monetaria ha autorizado unos 65.000 millones de euros a través del ELA para cubrir sus potenciales necesidades de liquidez.

Pero esta cuantía podría resultar insuficiente en caso de que se intensifique la petición de efectivo entre los clientes. Según las últimas estimaciones del banco ABN Amro, los griegos ya habrían retirado cerca de 18.000 millones de euros desde el comienzo de año. Pero todo apunta a que este fenómeno se ha agravado en los últimos días, tras la falta de acuerdo entre Grecia y el resto del Eurogrupo.

Según fuentes financieras, el volumen de retirada podría rondar ya los 500 millones de euros al día, acrecentando los rumores acerca de un posible corralito (control de capitales), al estilo del aplicado en Chipre. Para hacer frente a esta situación, la banca griega habría solicitado un aumento de la financiación de emergencia.

La renovación y cuantía de estas líneas son revisadas por el BCE cada dos semanas, y la próxima reunión al respecto es este miércoles. Todo apunta a que el BCE renovará esa financiación extraordinaria, aunque también podría restringir su cuantía, desatando, igualmente, el temido control de capitales.

En este sentido, el presidente del prestigioso Instituto de Investigación Económica (IFO) alemán, el economista Hans-Werner Sinn, señala en un artículo en el Financial Times que el BCE debe limitar su exposición a la insolvente banca helena restringiendo la citada financiación extraordinaria a un máximo de 42.000 millones de euros.

Con independencia de lo que decida la entidad monetaria en los próximos días, lo único seguro es que si Grecia no renueva el rescate, el corralito bancario es cuestión de tiempo.

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