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Las madres japonesas abandonan en masa el mercado laboral

Diferentes sectores culpan al gobierno nipón de la decadencia demográfica del país.

Diferentes sectores culpan al gobierno nipón de la decadencia demográfica del país.

Siete de cada diez mujeres japonesas abandonan el mercado laboral después de tener hijos. Esta chocante estadística vuelve a poner de manifiesto las peculiaridades de la economía nipona, marcada también por otros patrones diferenciales, como son sus elevados niveles de ahorro o sus altísimos niveles de endeudamiento público.

En Japón, casi la mitad de los títulos universitarios son concedidos a mujeres. La participación en el mercado laboral de la población femenina oscila entre el 45% y el 55%. No obstante, esta tasa muestra una evolución decreciente conforme avanzamos en el tramo de edad y llegamos a niveles en los que la maternidad empieza a repuntar. No es un fenómeno exclusivo del país nipón, también en EEUU se está produciendo un fenómeno parecido.

Como explica Rachel Cunliffe, "factores sociales y culturales explican este rol menguante de la mujer en el mercado de trabajo. Japón es un país tradicional en el que sigue calando la idea de que el hombre debe trabajar fuera de casa y la mujer se debe consagrar a las tareas del hogar. Combinar correctamente estas dos esferas redunda en una mayor consideración social".

No obstante, Cunliffe admite que existen otros factores que explican la estampida laboral de buena parte de las madres japonesas. En primer lugar, las prolongadas jornadas de trabajo del país japonés, que incluyendo descansos pueden llegar a sumar 60 horas semanales. En tercer lugar, las deducciones fiscales ahorran 5.300 euros anuales en impuestos a aquellas familias en las que uno de los conyuges tiene ingresos inferiores a 5.000 euros por ejercicio.

El argumento impositivo que apunta Cunliffe ha sido reforzado por diversos estudios elaborados por el Instituto Japonés de Políticas Laborales. De acuerdo con dicha organización, el 25% de las mujeres que se encuentra en esta situación lo hace para mantener la deducción fiscal.

Crisis demográfica

En diferentes ocasiones, el gobierno nipón ha admitido que la actual pirámide demográfica no es sostenible a largo plazo. Con una tasa de nacimientos de 1,4 hijos por mujer, el Ejecutivo ha reconocido que es necesario aliviar los costes fiscales que acarrea la natalidad.

En este sentido, Minami Funakoshiin ha explicado en el Wall Street Journal que "el cuidado de los hijos está tan regulado que, hasta hace pocos años, el gobierno ni siquiera permitía que el sector privado ofreciese servicios de asistencia y cuidado infantil. Esa restricción fue eliminada en el año 2000, pero la industria está asfixiada por otras normas que evitan su crecimiento. Por ejemplo, las empresas que ofrecen servicios de guardería solamente pueden gestionar un centro infantil".

La política gubernamental en materia de inmigración también alimenta la crisis demográfica. Muchos países de la OCDE han refrescado su pirámide de población gracias al flujo de habitantes que llegan de otros países. Sin embargo, en Japón apenas un 2% de la población es extranjera, frente al 12% de Reino Unido o el 14% de EEUU.

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