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La caída de Martinsa costará a los españoles 1.000 millones

Los inversores ofrecen comprar la deuda de Martinsa con quitas del 96%, reflejando su alta probabilidad de impago.

Los inversores ofrecen comprar la deuda de Martinsa con quitas del 96%, reflejando su alta probabilidad de impago.
Junta de Martinsa Fadesa en el año del concurso, en 2011 | Archivo

Martinsa-Fadesa acordaba la semana pasada en una reunión extraordinaria de su consejo de administración solicitar la apertura de su liquidación, tras no lograr que ninguno de los principales bancos acreedores aceptase adherirse al nuevo convenio propuesto por la inmobiliaria presidida por Fernando Martín.

Pese a superar el mayor concurso de acreedores de la historia de España en marzo de 2011, Martinsa-Fadesa no ha logrado superar el escollo de tener una deuda financiera que todavía hoy día es superior a 3.500 millones de euros. Ya en diciembre del pasado año logró esquivar la liquidación y ganar algo de tiempo con la presentación de un convenio de acreedores.

Según diversas fuentes, tras el anuncio de la liquidación, diversos fondos de deuda distressed (peyorativamente llamados fondos buitres) están ofreciendo comprar deuda de Martinsa-Fadesa aplicando una quita del 96% sobre su valor nominal, lo que da una idea de la elevadísima probabilidad de impago que asignan los inversores a la deuda del grupo inmobiliario.

La enorme deuda del grupo y su incapacidad para generar un flujo de caja que le permita hacer frente a sus compromisos financieros han llevado a Martinsa al abismo absoluto. A finales del pasado año, cerraba el ejercicio con un agujero patrimonial de 4.603 millones de euros.

Tal y como consta en un informe remitido por Martinsa-Fadesa a la CNMV, la inmobiliaria contaba con activos valorados en 2.392 millones de euros para hacer frente a un pasivo total de 6.995 millones de euros, de los que 3.200 millones correspondían a deuda con entidades financieras. El grueso de dicha deuda se contrajo para la adquisición de Fadesa por parte de Martinsa, decisión que supuso el principio del fin.

6.500 acreedores y 5.795 millones de deuda

La lista de acreedores de Martinsa-Fadesa es larga. Entre otros, se encuentran entidades financieras, empresas privadas, fundaciones, bufetes de abogados, aseguradoras, comunidades de vecinos, así como particulares.

Diversos organismos públicos también figuran como acreedores, como es el caso del Ayuntamiento de Murcia, al que adeuda 44,7 millones de euros o en el extremo opuesto el municipio de Canet de Mar, al que adeuda tan sólo dos céntimos. En el caso de Colmenar de Oreja, los 16,1 millones de euros que les adeuda Martinsa será catastrófico para las cuentas del municipio presidido por el Partido Popular. Los cuatro millones de euros de presupuesto de este pequeño municipio pone de manifiesto el agujero que va a provocar con toda probabilidad.

El despacho Cuatrecasas aparece como acreedor con una deuda de 800.000; Gómez-Acebo y Pombo, con 300.000 euros; el bufete Acebo & Rubio Abogados, con 250.000; o Baker & McKenzie (en Barcelona) con 36.851 euros de deuda concursal total.

Las auditoras/consultoras tampoco se libran: a Deloitte se le adeudan 154.479 euros; a Deloitte Consulting, 480.000 euros; a Deloitte Abogados, 7.781 euros. EY también aparece con 74.183 euros de deuda total concursal, mientras que PwC figura con una deuda de 95.926 euros.

De todos los acreedores, el que más puede sorprender es precisamente Fernando Martín, el presidente de Martinsa-Fadesa. Martín aparece con una deuda concursal de 27,4 millones de euros, calificada como préstamos participativos procedente de deuda subordinada. En el listado también aparece Jesús Salazar Bello con 1,78 millones de deuda con Martinsa, que también ha sido calificada como préstamos participativos procedente de deuda subordinada.

La financiación de Caja Madrid

Fernando Martín era presidente de Martinsa y durante un breve periodo en 2006 lo fue también del Real Madrid C.F. Pero su ambición le pedía más. Así las cosas, y con la burbuja inmobiliaria tocando su fin, lanzó en 2006 una OPA por Fadesa, la inmobiliaria de Manuel Jove por 4.045 millones de euros.

La operación se completó en 2007, gracias a la inestimable ayuda de una Caja de Ahorros: Caja Madrid. Según informes periciales del Banco de España, Caja Madrid se convirtió en "en una de las entidades que más riesgo asumió en la fusión de Martinsa con Fadesa". Caja Madrid llegó a acumular un riesgo en Martinsa-Fadesa de 1.032 millones, "de los cuales solo un 28% con garantía real".

Según los peritos del Banco de España, Miguel Blesa incurrió en un posible trato de favor a la inmobiliaria presidida por Fernando Martín. De hecho, resulta muy sospechosa la puerta giratoria que se produjo en dicho periodo con Carlos Vela, un directivo de Caja Madrid clave en la relación de la Caja con Martinsa.

Resulta que Vela, máximo responsable de la concesión del préstamo de más de 1.000 millones de euros a Martinsa recaló como consejero delegado en esta entidad poco tiempo después. Tan sólo un año más tarde del cambio de silla y pocos días antes de la suspensión de pagos de la inmobiliaria, Vela volvió a Caja Madrid de la mano de Blesa.

El Estado podría perder más de 1.000 millones

Una vez más, los contribuyentes españoles comprueban cómo, sin comerlo ni beberlo, van a perder dinero con la liquidación de una empresa. Bankia y la Sareb (banco malo) han podido perder ya más de 1.000 millones de euros con esta liquidación.

La toma de control de Bankia por parte del Estado supuso que los españoles pasaban a ser indirectamente nuevos acreedores parciales de Martinsa. Cuando el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, traspasó los activos tóxicos a la Sareb (el banco malo) con un descuento medio superior al 50%, se produjo la primera pérdida para el Estado, superior a los 500 millones de euros.

La Sareb es el principal acreedor con los cerca de 1.400 millones de euros que adeuda Bankia a entidades financieras. Le siguen CaixaBank con 908 millones y Banco Popular con 580 millones. Según fuentes de la Sareb, "la mejor opción es lo que ha pasado, no había otra alternativa de continuidad viable".

En el banco malo, cuyo primer accionista individual es el estatal FROB con un 45% del capital, consideran todavía prematuro hablar de pérdidas y cuantificarlas. Pero lo cierto es que, con toda probabilidad, los contribuyentes españoles perderán dinero con esta quiebra empresarial.

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