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¿Austeridad? La reducción del déficit en 2014 se debió exclusivamente al crecimiento

El déficit público bajó seis décimas el pasado año, pero gracias al crecimiento del PIB, no a la política fiscal del Gobierno.

El déficit público bajó seis décimas el pasado año, pero gracias al crecimiento del PIB, no a la política fiscal del Gobierno.
Efe

España cerró 2014 con un déficit público del 5,7% del PIB, excluyendo el coste del rescate de las cajas, dos décimas por encima del objetivo del Gobierno y justo por debajo del límite que marcó Bruselas (5,8%). Este agujero fiscal equivale a un total de 60.187 millones de euros.

¿Mucho o poco? Lo primero que cabe señalar es que España, hoy por hoy, registra el mayor déficit público de la zona euro, sin contar las ayudas financieras. Y, en segundo lugar, que el tan cacareado ajuste fiscal se ha traducido en una reducción del déficit de apenas 3,2 puntos del PIB en la presente legislatura, al bajar del 8,9% del PIB en 2011 al 5,7% en 2014, inferior, en todo caso, a la corrección efectuada por Grecia, Irlanda, Portugal o Lituania durante ese mismo período, tal y como refleja el siguiente gráfico.

Además, el grueso de esta reducción se concentró en 2012, primer año del Gobierno de mariano Rajoy, cuando el déficit cayó en 2,3 puntos, (del 8,9% al 6,6%), representando así casi el 72% del ajuste acometido desde 2011; en 2013, el déficit tan sólo bajó en tres décimas (del 6,6% al 6,3%); mientras que en 2014 la reducción fue de seis décimas extra (del 6,3% al 5,7% del PIB).

Pero este último dato lleva a engaño, ya que la caída del déficit el pasado ejercicio no se debe a los recortes presupuestarios, sino a la favorable coyuntura económica que empezó a registrar el país tras salir de la recesión.

Según advierte BBVA Research en su último informe sobre la situación económica de España, "la recuperación de la actividad, junto con la moderación de los costes de financiación, favoreció la reducción del déficit público español de aproximadamente 0,6 puntos del PIB durante 2014". Así pues, "la reducción observada del déficit podría atribuirse casi exclusivamente a la mejora cíclica de la actividad, poniendo fin al tono restrictivo de la política fiscal iniciada en 2010", aclara.

Los ingresos públicos, por un lado, recuperaron dinamismo y se situaron en torno al 37,8% del PIB, tres décimas más que en 2013, mientras que el gasto público, por el otro, bajó otras tres décimas, hasta el 43,5% del PIB. Pero la clave es que esta evolución se debió a "factores cíclicos", asociados al crecimiento económico, y no a factores estructurales, derivados de la política fiscal del Gobierno.

Según las estimaciones de dicha entidad, "el ciclo económico habría impulsado la recaudación impositiva de 2014 en torno a 0,8 puntos porcentuales del PIB potencial, de la mano de los impuestos sobre la renta y sobre la producción", gracias, sobre todo, al aumento de las bases imponibles tanto en IRPF (por el descenso del paro) como en IVA (por el aumento del consumo). Asimismo, en términos del PIB potencial, el ciclo económico también "habría favorecido la reducción del gasto en 2014, fundamentalmente, de las prestaciones por desempleo", añade.

Por último, la entidad espera que en 2015 y 2016 "el ciclo económico continúe corrigiendo el deterioro fiscal, tanto por el efecto de los estabilizadores automáticos como por una menor presión de la carga de intereses y de las prestaciones sociales". En concreto, prevé un déficit del 4,4% del PIB este año, por encima del objetivo del 4,2%, y del 3% el próximo, superior también al límite previsto (2,8%).

Pese a ello, persisten "importantes desequilibrios en la economía española que todavía no se han corregido", como la elevada tasa de paro y el alto nivel de deuda, que, según alerta la entidad, "requieren que continúen las reformas estructurales con efectos directos en la capacidad de crecimiento de la economía y en la sostenibilidad a largo plazo de las cuentas públicas".

En este sentido, España, en línea con lo que reclaman las instituciones europeas, "debería seguir avanzando tanto en la reforma laboral como en la del sistema tributario. Igualmente, deberían continuar las políticas de control del gasto público, de tal manera que se incremente la capacidad de generación de superávits primarios de magnitud suficiente que permitan reducir el nivel de deuda pública al ritmo necesario para cumplir los compromisos del Pacto fiscal en Europa", concluye.

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