Malas noticias para nuestro país. El nuevo Índice de Libertad Económica del Instituto Cato y la Fundación Fraser, que toma como referencia el año 2012, apunta que España ha perdido más de veinte puestos en la clasificación, hasta caer del número 30 al 52.
Por delante de nuestro país figuran países como Portugal (43), Eslovaquia (45), Uruguay (47), Guatemala (48), Polonia (49) o Filipinas (51). La Vieja Piel de Toro supera por poco a Bélgica, Botswana, Honduras, Israel, Francia o Kuwait.
España sale muy mal parada en lo tocante al alcance del gasto público (puesto 112), la facilidad para hacer negocios (puesto 104), el sector bancario (puesto 88), la calidad de la regulación (puesto 116) o la flexibilidad laboral (puesto 120).
La nota obtenida es mejor en apartados como el de estabilidad monetaria (puesto 3), seguridad jurídica (puesto 34).
Australia y Canadá, modelos a imitar
La nueva edición de este informe anual incluye en los diez primer puestos del ranking a Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Mauritania, Emiratos Árabes Unidos, Canadá, Australia, Jordania y Chile. Entre los números 11 y 20 figuran Finlandia, EEUU, Reino Unido, Irlanda, Catar, Georgia, Armenia, Taiwán, Dinamarca, Malta y Perú. Las quince siguientes posiciones nombran a países como Estonia, Costa Rica, Alemania, Noruega, Suecia, Corea del Sur o Países Bajos.
A lo largo de los años, la nota obtenida por España ha ido evolucionando de forma cambiante. En 1970, nuestro país lograba 6,41 puntos; diez años después, nos anotábamos una calificación de 6,1 puntos. El despegue llegaría entre 1990 (6,57) y 2010 (7,32), con un pico de 7,6 puntos alcanzado al final de la era Aznar. Para 2012, la nota de 7,26 es la segunda más baja desde la primera mitad de los 90.
Otras notas decepcionantes son las que alcanzan Italia (puesto 79), México (puesto 91) o Brasil (puesto 103), India (puesto 110) o China (115). A la cola, en los diez últimos puestos del listado, nos encontramos con Argentina o Venezuela.