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Tsipras se encomienda a la casta griega tras ceder en todo ante la UE

Rebelión entre los diputados de Syriza ante un acuerdo que consideran una "lápida para Grecia".

Rebelión entre los diputados de Syriza ante un acuerdo que consideran una "lápida para Grecia".
El primer ministro griego pedirá que voten sí a las mismas propuestas que rechazaba hace una semana. | Cordon Press

Se acaba la tragedia griega, al menos de momento. Después de los juegos por parte del gobierno heleno, tras muchas idas y venidas entre Alexis Tsipras y Bruselas, y con un referéndum de por medio que ha dejado a Grecia al borde del abismo, el primer ministro heleno ha cedido y tendrá que pedir al Parlamento que apruebe la puesta en marcha de unas medidas mucho más duras que las que pedía a sus ciudadanos que rechazaran hace sólo una semana.

Y lo hará, previsiblemente, solo; sin el apoyo de la mayoría de su partido. El pasado sábado, hasta 17 diputados de su partido se negaron a aprobar las medidas de ajuste propuestas en Bruselas. De hecho, el que fuera cabeza visible de las complicadas negociaciones, el polémico Yanis Varoufakis, ni siquiera acudió a la votación.

Entre los que se abstuvieron en la votación se encuentran barones de Syriza como el ministro de Energía y líder de la facción más izquierdista del partido, Panayiotis Lafazanis. También se negó a votar la presidenta del parlamento griego Zoe Konstantopulu.

Finalmente el programa de recortes que Tsipras pidió a sus ciudadanos que votaran no en el referéndum, se aprobó con 250 votos de los 300 diputados de la cámara. Eso sí, el primer ministro heleno necesitó el apoyo de la casta helena, es decir, de los tres partidos de la oposición que tanto ha criticado: los conservadores de Nueva Democracia, los liberales de To Potami y los socialistas del Pasok.

Ahora se ha dado un paso más. Tras el acuerdo conseguido anoche en Bruselas, el ejecutivo griego tiene hasta el miércoles para que el Parlamento apruebe la subida del IVA, el ajuste de las pensiones, la despolitización de la oficina estadística y la aplicación de recortes automáticos en el gasto público. Medidas que son el punto de partida para que comience a funcionar el engranaje del tercer rescate que pueda ayudar al país a salir del atolladero. Medidas que traspasan las líneas rojas que se había marcado Tsipras hace apenas medio año.

El líder de los liberales, Stavros Theodorakis, ha defendido este lunes el acuerdo logrado con el Eurogrupo que abre la puerta a un tercer rescate, a una "nueva era". To Potami ya pidió el "Sí" en el referéndum, por lo que votará a favor de las medidas aceptadas por el Eurogrupo. El voto de Pasok y Nueva Democracia también será afirmativo aunque esto provoque la desbandada de la mitad de Syriza.

Duras críticas desde Syriza

Apoyos desde los partidos de la casta mientras que la rebelión se instala en Syriza. El polémico ex ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, cabeza de las negociaciones durante los últimos meses, ha acusado a Alemania de planear la salida de Grecia del euro. "Esto no es teoría. ¿Cómo sé que el Grexit es una parte importante del plan de Schaeuble para Europa? Porque me lo dijo", apunta Varoufakis.

Algunos van más allá. "Creo que este paquete no puede entrar así en el Parlamento", ha afirmado su vicepresidente, Alexis Mitrópulos. Por su parte, el portavoz del Ejecutivo heleno, Gavriil Sakelaridis, es más conciliador. Ha dicho que, si los diputados de la coalición gubernamental no apoyan las concesiones, "la única salida son las urnas". Sakelaridis, defendió este lunes las concesiones que ha hecho el Ejecutivo a los acreedores y advirtió a los críticos dentro de las filas de Syriza que el Gobierno "no podrá mantenerse" si no obtiene el respaldo de sus diputados y deberá acudir a las urnas.

Por su parte, el diputado de Syriza Yanis Mijeloyanakis calificó las nuevas propuestas de "lápida para Grecia" y opinó que el plan no pasará por los diversos órganos del partido. Según Mijeloyanakis, el nuevo plan es "peor que el primer rescate" y ampliará la miseria social que Syriza se había comprometido a combatir.

De esta manera, Tsipras tendrá que tender la mano en las próximas 48 horas a sus adversarios políticos, los conservadores de Nueva Democracia, los liberales de To Potami y los socialistas del Pasok. Esos partidos que son considerados casta por los socios españoles de Syriza, Podemos. Es de esperar que Tsipras busque su apoyo, sabedor de que buena parte de su partido votará en contra. Si no logra sacar adelante las reformas en el parlamento, el país estaría condenado definitivamente al temido Grexit.

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