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Los 3 pecados capitales que condenaron a Tsipras

Analizamos los tres errores de bulto que han acabado arrinconando al primer ministro heleno.

Analizamos los tres errores de bulto que han acabado arrinconando al primer ministro heleno.
Analizamos los errores del primer ministro heleno | Cordon Press

La llegada de Alexis Tsipras al gobierno griego es inseparable de la negociación entre el Estado heleno y sus acreedores. El líder de Syriza no dudó en apostar por una dura estrategia de negociación para la que reclutó al ex ministro Yanis Varufakis, de quien se esperaban grandes resultados.

Sin embargo, seis meses después de las Elecciones Generales que llevaron a Tsipras a la jefatura de gobierno, parece evidente que su gobierno no ha conseguido ninguno de los objetivos que se había planteado. ¿Qué errores ha cometido el mandatario heleno? ¿Cómo explicar la debacle de los últimos meses?

A continuación repasamos los tres ‘pecados capitales’ del líder de Syriza que han descarrilado su estrategia negociadora, sumiendo a Grecia en una crisis aún más profunda.

1- El impago al FMI

La fecha del 30 de junio de 2015 estaba marcada en rojo en el calendario de los acreedores. Justo antes de entrar en el séptimo mes del año, Grecia debía devolver 1.500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional. El gobierno de Syriza no le dio mucha importancia a esta fecha límite, consciente de que la morosidad es mucho más llevadera con un organismo público que con acreedores privados.

Sin embargo, la apuesta tenía consecuencias inesperadas para los estrategas de Syriza. Y es que el impago al Fondo Monetario Internacional fue el primer paso hacia el "corralito". ¿Por qué? Muy sencillo: como la deuda helena entró en un escenario de quiebra técnica, el Banco Central Europeo dejó de aceptar bonos del Tesoro griego como aval para acceder a la línea urgente de liquidez (ELA). Esto "secó" por completo al sistema bancario, obligando a establecer los controles de capitales.

Además del caos socioeconómico que ha supuesto la congelación del sistema de pagos, el "corralito" también ha añadido más deuda al Estado heleno. En concreto, se estima que la reestructuración bancaria supondrá un desembolso de 25.000 millones de euros. Nada de esto hubiese ocurrido si Tsipras se hubiese cuidado de cumplir con el FMI.

2- El referéndum

En la madrugada del viernes 26 al sábado 27 de junio, Alexis Tsipras anunció la convocatoria de un referéndum en el que el gobierno heleno preguntó a los ciudadanos si querían aceptar las condiciones propuestas por los acreedores. Aunque Syriza apeló a la "democracia" para defender la legitimidad de esta consulta, los demás países de la Eurozona reaccionaron de manera muy distinta.

El propio primer ministro griego admitió tácitamente el error días después del referéndum, cuando optó por enviar a Bruselas una propuesta de acuerdo que no solamente se basaba en la última oferta de la Comisión Europea, sino que además incrementaba en un 50% el alcance de los ajustes, pasando de 8.000 a 12.000 millones de euros.

No obstante, la desconfianza de los socios europeos hizo que la negociación avanzase hacia posiciones aún más exigentes, como quedó reflejado en las duras condiciones que habilitaron la firma de un acuerdo para el tercer "rescate". De hecho, la alternativa al ramillete de concesiones que tuvo que hacer Tsipras hubiese sido una salida temporal del euro, escenario que países como Alemania no habían contemplado seriamente hasta la convocatoria del referéndum de la discordia.

3- El doble discurso

El primer ministro Alexis Tsipras mantuvo durante meses un durísimo discurso contra los partidos tradicionales de su país. Sin embargo, el abismo al que se asomó Grecia en los días previos a la firma del acuerdo que autorizó el tercer "rescate" ha hecho que el primer ministro pase de cargar con dureza contra Nueva Democracia o el PASOK a apoyarse en los votos de dichas formaciones para evitar la quiebra de su país.

Evidentemente, este cambio de discurso ha hecho que estalle una "rebelión interna" en el seno de Syriza. Los diputados de su partido no entienden que, tras medio año de incendiarias declaraciones contra la oposición política y la Troika, Tsipras haya buscado el entendimiento con ambos frentes. En consecuencia, se baraja ya un adelanto electoral como respuesta a la sangría de votos que está sufriendo Syriza en el parlamento heleno.

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