La regulación del sector del tabaco asfixia a los cultivadores. Así, lo denunció ayer lunes la Asociación Internacional de Productores de Tabaco (ITGA), cuyos miembros representan el 70% de la producción de tabaco del mundo, y la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco de España (FNCT), que aglutina al sector productor español.
En un documento que han bautizado como la Declaración de Madrid, los representantes del primer eslabón de la cadena productiva del tabaco han manifestado su rechazo al envasado genérico (el que no contiene mensajes, ni marcas), al considerarlo una medida "desproporcionada, restrictiva e ineficaz en la lucha contra el tabaquismo".
Preocupados ante la presión que están ejerciendo algunos países para su implantación, los cultivadores consideran que el envasado genérico "pone en peligro a un cultivo legítimo, que garantiza la subsistencia de zonas rurales y el modo de vida de muchas familias en todo el mundo". El cultivo de tabaco es intensivo en mano de obra, pues se trata de un cultivo cuya recolección se realiza de forma manual en la mayoría de los países asegurando así la continuidad de una población rural imposible sin este cultivo.
"No existe evidencia científica que demuestre la efectividad del envasado genérico en la reducción del consumo de tabaco. Los estudios realizados en Australia, el único país del mundo donde hoy existe esta medida, lo confirman. Asistimos a una campaña mundial de confusión de la opinión pública en cuanto a su efectividad", aseguran.
Además, los productores advierten que el envasado genérico "facilita el comercio ilegal de cigarrillos, como se refleja en Australia, donde ha aumentado un 26% y supone ya casi el 15% del consumo".
"Siempre digo que, si yo fuera de la mafia, estaría apostando por estas medidas restrictivas porque será un buenísimo negocio para los mafiosos", ha dicho el jefe ejecutivo de la ITGA, António Abrunhosa, en rueda de prensa.
Esta situación también daña a los agricultores a nivel mundial, pues conlleva una presión a la baja de los precios, que acaba afectando al productor ya que es forzado a vender su producto a precios inferiores. En este sentido, también aumentaría el tabaco barato, una situación que quieren evitar todos los gobiernos del mundo para impedir el acceso de los menores a los cigarrillos.
Además, si se impusiera el tabaco genérico, como las compañías tabaqueras ya no podrían competir entre ellas respecto a la marca, lo tendrían que hacer vía precios. Esto provocaría "una guerra de precios a la baja", según Abrunhosa, y un tabaco más económico, justo el efecto contrario a las intenciones de las autoridades.
Más cerca del genérico
La UE ha rechazado el envasado genérico y los agricultores claman para que lo haga la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pero aunque la Unión Europea haya rechazado el tabaco de marca blanca, sí ha aprobado una Directiva que ha hecho temblar a la industria tabaquera.
En un camino hacia la homogeneización de las cajetillas, desde Europa se obligará a las empresas tabaqueras a aumentar las advertencias sanitarias a más de la mitad del paquete, lo que dejaría un espacio mínimo para la marca de cigarrillos.