El reino saudí estudia sacar a bolsa la petrolera estatal, Saudi Aramco, según ha confirmado este viernes la propia compañía en un comunicado. Aramco es la mayor empresa mundial del sector del crudo y, en caso de producirse dicha operación, competiría con Apple por convertirse en la mayor cotizada del planeta. Según diversas estimaciones, Aramco produce más del 12% del crudo mundial y multiplica por diez las reservas de petróleo en poder Exxon Mobil.
Las autoridades barajan diversas opciones, desde sacar al parqué la matriz, en la que está integrada el negocio principal de venta de petróleo, hasta limitar la venta a sus filiales petroquímicas y de refino. Esta decisión se produce en un contexto muy particular, con el el precio del petróleo en mínimos de hace más de 10 años, ya que el precio del barril de la OPEP cotiza por debajo de los 30 dólares, lo cual ha supuesto una sustancial pérdida de ingresos al régimen saudí.
El déficit público del país ronda el 15% del PIB, mientras que los seguros de impago sobre la deuda saudí (CDS) se han disparado en los últimos meses, conforme el precio del crudo ha ido bajando. En la actualidad, su probabilidad de default es superior al de Portugal o México.
La venta de la petrolera estatal se encuadraría, por tanto, dentro del plan de reformas que prepara el Gobierno árabe para afrontar su particular crisis económica y fiscal. La intención del reinado consiste en abrir más su economía, privatizar varios sectores y liberalizar los mercados para impulsar la actividad y atraer nuevas inversiones.
Estas reformas, junto a la venta de Aramco, constituirían el cambio económico más profundo que registra Arabia Saudí desde el inicio del proceso de nacionalizaciones sectoriales iniciado en 1970, al tiempo que supondrá un importante impacto sobre el mercado del petróleo a nivel mundial.