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Los españoles pagan 600 euros más de IRPF que al comienzo de la crisis

Según los datos de Eurostat, el esfuerzo fiscal asumido por los contribuyentes ha aumentado un 17% en plena recesión.

Según los datos de Eurostat, el esfuerzo fiscal asumido por los contribuyentes ha aumentado un 17% en plena recesión.
El IRPF ha subido en 600 euros a lo largo de la crisis | Efe

A menudo escuchamos que España es un país de impuestos relativamente bajos. El argumento que se da para hacer esta afirmación es el de la presión fiscal: según dicho indicador, que compara los ingresos de Hacienda con el PIB, el "mordisco" tributario que sufren los contribuyentes de la vieja piel de toro se sitúa por debajo de la media europea.

Así, según los datos que publica anualmente Eurostat, vemos que la presión fiscal en nuestro país se mueve en niveles cercanos al 38% del PIB, frente al 44% de Alemania, el 46% de Reino Unido, el 48% de Italia o el 52% de Francia.

Sin embargo, el indicador de la presión fiscal se antoja poco recomendable a la hora de evaluar el peso de los impuestos en España, ya que no considera el impacto del paro masivo en la estructura de ingresos del fisco. Y es que no es lo mismo recaudar un 38% del PIB con un paro en niveles europeos que conseguir dicha cifra de ingresos con un desempleo que se ha movido en niveles del 25%.

Esfuerzo fiscal

Así, si en vez de hablar de presión fiscal hablamos de esfuerzo fiscal, descubrimos que España es un país en el que el grueso de la recaudación recae sobre un número mucho más reducido de trabajadores.

En el caso de las familias, el esfuerzo fiscal de las familias españolas es un 29% mayor que en la media de los países desarrollados. Peor aún: el trabajador medio paga muchos más impuestos en España que en Suecia. Y, por si no fuese suficiente, los estudios de la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios apuntan que somos el país con mayor esfuerzo fiscal de toda la Eurozona.

600 euros más de IRPF

Pocos impuestos reflejan esta situación de manera tan clara como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Comparando los años 2008 y 2014, vemos que el esfuerzo que asumen los contribuyentes por este tributo ha crecido un 17%, a pesar de las rebajas salariales que han sufrido los hogares.

Así, en 2008 vemos que la recaudación se situaba en niveles similares a los de 2014 (algo más de 70.000 millones de euros) pero con la particularidad de que en 2008 había 19,8 millones de ocupados y en 2014 había 17,2.

Estas cifras se traducen en que el pago medio por IRPF ha pasado de 3.585 euros por ocupado en 2008 a 4.186 euros por ocupado en 2014. Una subida del 17% que ha supuesto 600 euros más por contribuyente en medio de una profunda crisis económica.

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