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Los datos que demuestran que el Plan 2000E fue un despilfarro

Generó un sobrecoste medioambiental de 300 millones de euros y encareció los precios en 650 euros.

Generó un sobrecoste medioambiental de 300 millones de euros y encareció los precios en 650 euros.
Analizamos con cifras y datos el fiasco del Plan 2000E | EP

¿Sirven de algo los planes de sustitución de vehículos? Juan Luis Jiménez, Jordi Perdiguero y Carmen García se han propuesto responder a esta pregunta en el blog "Nada es Gratis", tomando como referencia el Plan 2000E del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.

La primera pregunta que se hacen los autores tiene que ver con el comportamiento de los precios de los coches que se podían acoger a estos subsidios. Sus pesquisas dejan claro que, lejos de producirse el abaratamiento esperado, los vehículos se encarecieron en 650 euros.

La segunda cuestión que analiza el estudio tiene que ver con el impacto medioambiental del programa. Para que el Plan 2000E arrojase beneficios en este sentido, el aumento de la demanda debería haber ascendido al 29%. Sin embargo, las ventas experimentaron un repunte del 9%, tres veces por debajo del umbral que hubiera marcado la diferencia entre el éxito y el fracaso.

En consecuencia, los autores subrayan que "el Plan 2000E no sólo no ha cumplido con sus objetivos, sino que ha sido una política ineficiente respecto a su propósito medioambiental. La iniciativa generó un aumento de precios en los vehículos subsidiados no derivado de un aumento en la demanda (y por supuesto que no hubo restricciones de oferta), y con una valoración medioambiental negativa para la sociedad en torno a los 300 millones de euros".

Otros informes apuntan lo mismo

Las conclusiones a las que llegan Juan Luis Jiménez, Jordi Perdiguero y Carmen García van en la misma línea que las de la investigación que dedicaron al Plan 2000E diversos expertos de las universidades de Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria.

Aquel esfuerzo, publicado por la revista Transport Policy, concluyó que cada tonelada de CO2 que se dejó de emitir como consecuencia del Plan 2000E costó 600 euros a los contribuyentes. Esta cifra contrasta con los 14 euros a los que cotiza la tonelada en el mercado de derechos de emisiones contaminantes: cuarenta veces menos.

Algo parecido puede decirse del Plan PIVE, otro despilfarro financiado con cargo al contribuyente. A los decepcionantes resultado de la iniciativa se suma el fraude masivo que se detectó en numerosos concesionarios.

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