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La posible venta de Joy Eslava desata la polémica en Twitter

El Confidencial ha asegurado que el dueño de la sala la había puesto a la venta para convertirla en una tienda de moda. Desde Joy, lo niegan.

El Confidencial ha asegurado que el dueño de la sala la había puesto a la venta para convertirla en una tienda de moda. Desde Joy, lo niegan.
Una imagen de la fachada | Joy Eslava

Esta mañana saltaba la noticia. La mítica discoteca madrileña Joy Eslava está a la venta. Según El Confidencial, el dueño de la sala, Pedro Trapote, habría encargado un proceso formal de venta para la discoteca de la calle Arenal.

Trapote, que gestiona junto a sus hijos el local, también es dueño de la popular Chocolatería San Ginés, situada al lado de la sala.

La intención del comprador sería transformar la famosa sala de fiestas en una gran tienda de moda o para restauración. Inditex, Mango, Primark o H&M llevan años apostando por este tipo de establecimientos conocidos como flagships.

Fuentes de la empresa han negado a Libre Mercado que estén "en conversaciones" para llevar a cabo la operación y que hayan encargado "algún estudio de venta a alguna consultora". También desmienten que empresas del calibre de Inditex o H&M les hayan comunicado que están interesados en su local. "Escucharíamos cualquier oferta, pero no está en nuestros planes", añaden.

De hecho, desde Joy explican que "estamos preparando el lanzamiento de una marca nueva para potenciar las celebraciones de conciertos en la sala gestionando desde el grupo la producción de las actuaciones. No tendría sentido vender". Desde la cuenta oficial de la discoteca se ha publicado un tuit en el que dicen que siguen operando con normalidad.

Rápidamente, la noticia ha corrido como la pólvora por Twitter, donde muchos usuarios, en una oda a la cultura, han criticado el posible cambio de modelo de negocio de la famosa sala.

Mientras tanto, otros tuiteros les sugerían que la mejor contribución para evitar el cierre de negocios emblemáticos es frecuentar los establecimientos y pagar por las entradas de sus conciertos y fiestas.

Y otros preferían dedicarse al humor...

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