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Enfermar en Venezuela es una sentencia de muerte

Venezuela se enfrenta a una grave crisis sanitaria por la falta de medicamentos y material médico, pero el régimen chavista se mantiene impasible.

Venezuela se enfrenta a una grave crisis sanitaria por la falta de medicamentos y material médico, pero el régimen chavista se mantiene impasible.

Los graves problemas de desabastecimiento que sufre Venezuela no sólo afectan a la alimentación y otros bienes de consumo, sino que también se ha extendido a productos y servicios de primera necesidad, como es el caso de medicamentos y la propia atención sanitaria.

La crisis en el ámbito de la Salud que padece el país se ha agudizado con el paso del tiempo, hasta el punto de que ya se está cobrando su factura en vidas humanas. A la escasez de camas en los hospitales públicos, el constante éxodo de profesionales o las denuncias generalizadas por la pésima atención de los servicios, se ha sumado ahora un desabastecimiento generalizado de tratamientos y medicinas básicos.

El desplome del petróleo, producto del que depende más del 90% de sus exportaciones, la política de precios máximos impuestos por el régimen chavista y el estricto control de cambios que aún impera en Venezuela han terminado por imposibilitar el acceso a todo tipo de medicamentos o por disparar los precios hasta niveles desorbitados en el mercado negro, con todo lo que ello supone para la salud y la propia vida de los venezolanos.

Según la patronal farmacéutica del país, entre el 70% y el 80% de los medicamentos sufren problemas de desabastecimiento o, directamente, brillan por su ausencia, de modo que hospitales y clínicas no pueden suministrar la atención requerida a los pacientes. Además, al igual que ha sucedido con el sector de la alimentación, la nacionalización de buena parte de la escasa industria farmacéutica venezolana emprendida por el régimen chavista ha hundido la producción nacional de medicamentos, con lo que tampoco se puede paliar la ausencia de productos procedentes del exterior.

A todo ello se suma la falta de todo tipo de material médico, cuya importación se ha desplomado ante la escasez de divisas. Como consecuencia, casi el 70% de las salas de cirugía en los hospitales públicos permanecen inactivas por la falta de suministros básicos, agravando aún más la dramática situación de las listas de espera.

Según las denuncias lanzadas desde la oposición chavista, existe una ausencia permanente de 20 a 30 fármacos para quimioterapia, nueve regiones del país carecen de tratamientos de radioterapia y hay un 70% de déficit médico en los hospitales públicos.

El Parlamento venezolano declaró que Venezuela sufre una crisis humanitaria que, entre otros factores, se está traduciendo en un sustancial aumento de las tasas de mortalidad materna, por cáncer y mortalidad infantil. En términos generales, se calcula que la tasa de mortalidad se ha multiplicado por tres en los hospitales públicos.

El Parlamento ha pedido ayuda a la Organización Mundial de la salud (OMS), pero la recepción de medicamentos y material sanitario se realiza a través de los cauces oficiales de cooperación, de modo que se necesita luz verde del Gobierno de Nicolás Maduro para poder llevarse a cabo. Sin embargo, los chavistas rechazan esta posibilidad y siguen poniendo numerosos obstáculos a la recepción de ayuda internacional, ya que significaría admitir el problema. Maduro se escuda en que todo forma parte de la manida "guerra económica" emprendida por los "imperialistas".

Tal y como informa la prestigiosa revista Foreign Policy, la situación es de tal gravedad que las redes sociales se han llenado de peticiones de ayuda por parte de particulares en busca de medicamentos que necesitan con urgencia, a menudo de padres angustiados por sus hijos enfermos.

Hay casos concretos, como de un niño de 14 años que murió de epilepsia por falta de medicinas, cuyo suministro para un mes se puede adquirir en cualquier farmacia norteamericana por menos de 10 dólares. Asimismo, en las actuales condiciones, tan sólo uno de cada dos enfermos de hemofilia puede acceder a los medicamentos recetados.

Lo único que ha hecho Maduro para paliar mínimamente esta crisis es poner a disposición de los venezolanos un teléfono gratuito que permite solicitar directamente las medicinas, pero la mayoría de los que llaman sólo obtienen como respuesta un mensaje pregrabado que se repite de forma insistente: "Todos los operadores están ocupados, por favor inténtelo más tarde".

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