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La reacción de la extrema izquierda en Twitter a los atentados de Bruselas

Muchos tuiteros opinaron sobre los atentados con el tradicional "sí, pero", "algo habremos hecho para merecerlo" o "no les quedaba otra salida".

Muchos tuiteros opinaron sobre los atentados con el tradicional "sí, pero", "algo habremos hecho para merecerlo" o "no les quedaba otra salida".

Atentado en Bruselas. Las redes sociales se convierten en un hervidero de inteligentes valoraciones de lo que ha ocurrido, lejos de los narcotizantes mensajes que emiten medios de comunicación controlados por los ricos, la banca y Rouco Varela.

En este espacio de libertad se muestran aspectos de la realidad que de otra manera permanecerían ocultos. En las próximas líneas ofrecemos lo que apenas es un menú degustación de todo lo que pudimos ver en Twitter en la trágica jornada del martes. Lo hacemos con el único objetivo de expandir sus horizontes, querido lector, y mejorar su construcción mental. Aprenda de los mejores...

Culpables

Tenemos tanto material que no sabemos ni por dónde empezar. Tras mucho pensarlo, hemos elegido romper el hielo con un clásico: la culpa es de Aznar. Era Barbijaputa, experta en geoestrategia internacional y feminismo mundial, la que nos introducía en esta línea de pensamiento desde bien temprano:

Y tenía razón. Los medios de la "casta" se dedicaron todo el día a ocultar el apellido del expresidente Aznar, a pesar de los evidentes vínculos entre su gobierno y lo ocurrido en la triste jornada del martes. Dicen que los atentados tuvieron que ver con la detención de Salah Abdeslam de hace cinco días, pero los medios mienten. La realidad es que los terroristas estaban pensando en la Presidencia de Aznar, que terminó hace doce años. Parece lógico.

El origen está claro para este otro tuitero, que establece sin problema el hilo conductor:

Destrucción, dolor e incapacidad de poner su avatar vertical se juntan en esta pequeña reveladora expresión tuitera. Inapelable.

Veamos esta otra propuesta:

Es cierto que antes de Aznar el mundo no conocía las guerras ni los atentados. El siglo XX, última centuria de la era preAznar, se distinguió por su intenso pacifismo. Pero desde que asomamos la patita por Irak todo son recortes, dolor y crujir de dientes. Pero no para todos, porque no solamente hay culpables, sino que hay beneficiarios:

Miren, yo qué sé.

Barrer para casa

Estas ocasiones trágicas no deben ser una excepción para vender tu moto al personal tuitero. Al contrario, lo normal es aprovecharlo. Así que, si todos los días culpas al capitalismo porque hace mal tiempo, se te resiste primero de carrera o tu sangre no fluye correctamente hacia determinas zonas de tu cuerpo, un atentado es una ocasión excepcional para repetir tus dogmas:

Este mismo despierto individuo recibía una catarata de críticas por su ácida observación. Por supuesto, antes de rectificar, utilizaba el clásico "vete a leer", comentado aquí hace unas semanas:

Si leyéramos más, con mucho esfuerzo llegaríamos a ser unos expertos en terrorismo capitalista y a distinguir un atentado del libre mercado de uno del islamismo radical, mucho menos frecuente. Además, ¿quiénes fabrican las armas y los explosivos? Empresas. ¿Y quiénes las usan? Personas, es decir, manos privadas. No hay más preguntas señoría.

A este anticapitalismo espontáneo se unía, por ejemplo, un miembro de Podemos Roquetas de Mar:

La destrucción, victoria del capitalismo liderada por capitalistas como Bashar al-Ásad o los terroristas de París y Bruselas. Mejor avancemos.

Un atentado en Bélgica tampoco es una mala oportunidad para criticar los recortes en España. Si piensa usted que es imposible, mire:

El nivel siempre está alto en Twitter y la capacidad para mezclar acontecimientos al azar es infinita. Por supuesto, cualquier atentado con trasfondo religioso es una gran oportunidad para recordar que aquí todos tienen sus vergüenzas que ocultar:

Lo de Bruselas, mal, ¿pero qué hay de la Inquisición, de la que apenas se habla en los medios? Es descomunal la visión en perspectiva que permite a los individuos más preclaros enlazar acontecimientos históricos aparentemente no conectados. El ser humano debe conocer su historia para no repetirla.

¿Quiénes somos nosotros para condenar ahora los atentados de Bruselas si otras personas con las que nada tenemos que ver cortaban pescuezos por estas tierras hace quinientos años? Ya está bien de demagogia barata. Ni hablemos de la conquista de América, que se hizo a mala idea desde el principio. De no haber sido cristianos, más que una conquista habría sido un desfile entre abrazos y palmaditas en la espalda. Pero nos empeñamos en que los indígenas rezaran y eso lo envileció todo.

Otra reflexión sobre estos acontecimientos recientes era la siguiente:

Daría la sensación de que el amigo tuitero no sabe lo que era la Inquisición, pero realmente imaginemos lo que se habría ahorrado la institución católica en potros de tortura y hogueras pudiendo simplemente condenar al reo a un bombardeo a media mañana. Este tipo sabe de lo que habla.

Soluciones

Muchos tuiteros, cargados de buenas intenciones, se lanzaron a proponer soluciones propias de una gala de Miss Venezuela:

Ya llevamos que el establishment se nutre del odio y que el capitalismo triunfa con la destrucción. Pero no nos confundamos, yo estoy a favor de todas las revoluciones espirituales que a mí no me afecten. Es que cada vez que alguien invoca una revolución de estas, acaba desembocando en la imposición a todos de las ideas del que dirige dicha revolución. Y es un engorro.

Otras soluciones llegaban de parte de la socialista (o exsocialista, a saber) Beatriz Talegón. Es una bellísima persona y aquí no duda en demostrarlo una vez más:

Yo también estoy a favor de todo lo bueno, pero no acabo de ver la manera de tender puentes con el Estado Islámico. ¿Debemos invitar a un portavoz del grupo a una mesa de negociación? ¿Tal vez es conveniente permitir que incorporen un tertuliano a La Sexta Noche?

Es un asunto complicado. Eso sí, no sé hasta qué punto podremos mantener una guerra sin el apoyo de Talegón, cuya negativa deja ahora en el aire la legitimidad de todo el conflicto en Oriente Medio.

¿Por qué me quitan mi programa?

Por otro lado, y dejando ya la política atrás, siempre que hay un terrible accidente o se comete un gran atentado, en Twitter aparecen personas quejándose por los cambios en la programación de las televisiones. Especialmente perjudicados se sintieron (una vez más) los seguidores del espacio cultural de Telecinco Mujeres y Hombres y Viceversa:

Fueron miles los que protestaron. Alguno pensará que qué poco interés por lo que está sucediendo en Europa, que qué poca empatía. Pero para poca empatía la de los que se quedaron sin poder ver por decimoséptima vez el mismo capítulo de Los Simpson o con los que han tenido que comer sin saber si el Rulo amamantaba finalmente a la Vane en el programa de Telecinco. Qué manía tienen estos terroristas que no atentan por la noche ni nada. ¿Para qué están los fines de semana? Je Suis la Vane.

Estas quejas de los seguidores del programa provocaron una tormenta de críticas e incluso amenazas. Así que la mayoría de los seguidores de Mujeres y Hombres y Viceversa optaron por borrar sus tuits y llevar su sufrimiento en silencio, como el que tiene hemorroides.

Al mismo tiempo, mientras unos mostraban su sincera preocupación por los cambios en la parrilla de Telecinco, otros tuiteros se dedicaban a imitar sus ridículas protestas, solamente para aparecer en los periódicos digitales.

El amigo Jaco lo ha conseguido en esta ocasión también y es muy bienvenido a esta recopilación de tuits. Este usuario se lo pasó tan bien todo el día que llegó a contarle su hazaña a su señora madre, que hacía esta dura valoración del asunto:

Aquí no vamos a discutir la sabiduría de una madre y menos cuando debemos ir terminando. Twitter es una herramienta magnífica en la que expertos en todas las materias se esfuerzan en días como el de ayer en dibujar la realidad que el poder nos oculta. Aquel lugar es la cueva donde habitan los "sí, pero", los "algo habremos hecho para merecerlo" y los "no les quedaba otra salida". Genialidad y humildad a partes iguales.

Sorteados a los tuiteros más tímidos que borran sus aportaciones, avergonzados por su exceso de talento, hemos podido aún mostrar los restos conservados, las más valiosas ruinas de lo que vivimos el martes en Twitter. Si quiere contar con los puntos de vista más sofisticados del país, ya sabe por dónde debe dejarse caer. Le esperamos.

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