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Brufau desmonta los grandes mitos sobre la reducción de CO2 en el mundo

El presidente de Repsol ha explicado, entre otras cosas, que es "rigurosamente falso" que el coche eléctrico tenga 0% de emisiones de CO2.

El presidente de Repsol ha explicado, entre otras cosas, que es "rigurosamente falso" que el coche eléctrico tenga 0% de emisiones de CO2.
Antonio Brufau, este viernes, durante la Junta General de Accionsitas de Repsol | Repsol

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha hecho este viernes un extraordinario trabajo de análisis sobre el futuro energético en el mundo en relación con los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y las diferentes estrategias que se esbozan para lograr el objetivo de bajar 2 grados el supuesto calentamiento global hasta 2035.

En el marco de la Junta General de Accionistas de la compañía, el presidente Brufau ha pronunciado un sesudo discurso, plagado de cifras y estadísticas fruto de un exhaustivo trabajo de análisis sobre el entorno y las perspectivas del sector energético en el mundo y, más concretamente, el sector de los hidrocarburos en un año especialmente complicado por el desplome de los precios del petróleo. Y lo ha hecho desmontando muchos de los mitos que sobre la eficiencia energética y la reducción de emisiones dominan el debate público hoy en día. Y lo ha hecho con las cifras en la mano.

Brufau ha querido poner los puntos sobre las íes porque "estamos de acuerdo con la reducción de emisiones y comprometidos con las mismas, mejorando nuestros combustibles" e invirtiendo en I+D+i para hacer más eficiente energéticamente sus productos, pero "no estamos de acuerdo con que se distorsione la realidad".

Recordaba Brufau que, recientemente en París, 195 países llegaron a un acuerdo para que el planeta no tuviera un calentamiento superior a dos grados centígrados de temperatura al terminar el siglo XXI, y que para ello los países hicieron sus planes, unos planes que, según los estudios de Repsol, sólo lograrían frenar el calentamiento, no revertirlo. Para lograr el objetivo, explicaba Brufau, habría que ir a un escenario de reducción de las emisiones en un 60% para el año 2050 (nivel de emisiones de 1975), que es el escenario en el que, confiesa, trabaja Repsol. Así, el reto es reducir las emisiones y al mismo tiempo continuar creciendo en el consumo de energía.

Para Brufau, una forma de energía por sí sola no puede cumplir este objetivo, por lo que todas las formas de energía serán necesarias para reducir las emisiones. En este sentido, el presidente de Repsol presumía del enorme trabajo que había hecho Repsol con el estudio de las emisiones a nivel global, algo que, según decía, no se había hecho hasta ahora y lamentaba que "en el mundo se cae en la tentación de incurrir en simplicidades, y no se hace un análisis riguroso como el que hemos hecho aquí".

El origen real de las emisiones

Así, el análisis que ha trasladado Brufau desvela cómo el 68% de las emisiones globales de origen antropogénico (generadas por el hombre) pertenecen a la generación de energía (el resto se reparte entre procesos industriales, agricultura y otros). Y de los procesos de generación energético, el 42% corresponde a la generación eléctrica y el 23% al transporte (el resto se reparte entre industria, área residencial, servicios y otros). Es decir, que entre la generación eléctrica (42%) y el transporte (23%) se aglutina el 65% de las emisiones de energía.

Lo que estos datos muestran, en definitiva, es que la electricidad es responsable del 30% de las emisiones de efecto invernadero y el transporte hoy es responsable del 16% de las emisiones de gases invernadero. "¿Por qué la electricidad emite tanto CO2?" Se preguntaba Brufa. "Básicamente porque en los procesos de generación eléctrica el protagonismo hoy lo tiene mayoritariamente el carbón", aclaraba.

La electricidad, responsable del 30%

Para Brufau, este dato es muy importante y pedía hacer una reflexión: "Si se sustituyera todo el parque de carbón (aunque es imposible, pero hagamos la reflexión) por centrales de ciclo combinado que utilizase el gas natural que emite la mitad que el carbón, la emisión que generaría el sector eléctrico se reduciría una tercera parte". Es decir, que, según Brufau, "uno de los focos importantes a la hora de tomar medidas es ver qué le está pasando al sector eléctrico".

Era en este momento cuando Brufau hablaba del coche eléctrico y hacía otra reflexión:

"Cuando yo veo que el coche eléctrico anuncia 0 emisiones de CO2, es una afirmación falsa, rigurosamente falsa. Porque hay que ver quién produce la electricidad para que este coche vaya. Cuando veo que un gobierno tan serio como el alemán dice que va a subvencionar con 4.000 euros el coche eléctrico y en Alemania el 45% de la electricidad se produce con carbón yo tengo que pensar que la subvención no es al coche eléctrico ni a la reducción de las emisiones del CO2 sino que va al sector del carbón, o al sector del coche, pero está claro que subvencionando el coche eléctrico en Alemania no se consigue ninguna reducción de CO2 en estos momentos."

El ejemplo del petróleo

En la otra pata del análisis (el 16% de las emisiones de CO2 en el mundo responsables del transporte), Brufau comenzaba desmitificando el petróleo como agente contaminante. Recordaba que el 40% del petróleo del mundo no emite CO2 ya que no se destina al consumo directo sino que se manipula para convertirlo en materia prima de otros productos. Entonces, Brufau ponía el ejemplo gráfico de un quirófano, donde si se retiran todos los productos para los que son necesarios los derivados del petróleo, el quirófano directamente, no existiría. Ni siquiera la luz (que funciona gracias a cables recubiertos con material plástico).

Pero ya centrado en la parte dedicada al transporte, es decir, a los carburantes responsables del 16% de las emisiones de CO2 de todo el planeta, Brufau ha vuelto a dar la campanada al desmontar otro de los grandes mitos que rodean a la "panacea, lo mejor de lo mejor" que representa el coche eléctrico.

Según los datos que ha ofrecido, un coche de combustión interna habría mejorado su eficiencia hasta 2020 rebajando su volumen de emisiones un 50%, mientras que el coche eléctrico en Alemania hoy, "emite el mismo CO2 que un coche de combustión interna hoy en cualquier punto de Europa".

Atendiendo a las cifras de Repsol, "la emisión de fabricar el coche, más la emisión de fabricar las baterías, más la emisión del desguace de las baterías, más la energía producida, el 45% con carbón [hace que] un vehículo eléctrico hoy en Alemania, consume lo mismo que un vehículo de combustión interna hoy en cualquier punto de Europa".

Dicho esto, Brufau ha dejado claro que "estamos con todo pero no aceptamos que se distorsione la realidad". Como colofón, recordaba Brufau que pese a actuar en el transporte o en la generación eléctrica, no sería suficiente para lograr los objetivos porque "el 50% de la eficiencia energética depende de nosotros, de las personas y del sector residencial".

Financiación propia

Ya en el tramo final de su discurso, Brufau ha presumido de que "nuestros productos cada vez son mejores, y cada vez emiten menos, y cada vez son más eficientes y dan más por menos. Nosotros lo tenemos claro, como compañía tenemos nuestra responsabilidad y con nuestros recursos propios financiamos nuestros proyectos de reducción de emisiones. En Repsol de 2008 a 2012 hemos reducido 9 millones de toneladas equivalentes de CO2 las emisiones, y esto lo hemos hecho invirtiendo dinero, nuestro dinero, no el dinero de subvenciones de otros. Y a este dinero le hemos sacado rentabilidad y hemos conseguido grandes reducciones".

Carga contra las subvenciones

Brufau no ha tenido pelos en la lengua a la hora de cargar contra el reparto arbitrario o no tan arbitrario de subvenciones al sector eléctrico con la excusa de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, decía Brufau que "hay muchas voces que hablan de que las renovables necesitan subvenciones. Si son subvenciones para crear desarrollo industrial, que no se ha conseguido hasta ahora con honrosas excepciones, si son subvenciones para crear retornos económicos y sociales, bienvenidas sean. Pero si son subvenciones para mejorar las cuentas de resultados de quienes reciben subvenciones, a esto no jugamos".

Y no se ha quedado ahí. El presidente de Repsol ha cifrado en 23.000 millones el dinero en subvenciones que ha recibido el sector de las renovables entre 2008 y 2012 "para emitir menos CO2", mientras que la reducción de esa emisión en ese periodo, en comparación con la generación de gas natural, que es la opción alternativa, habría sido de cien millones de toneladas equivalentes de petróleo. Esto significa que el coste de cada tonelada para el ciudadano español ha sido de 230 euros por tonelada. "Nosotros invertimos la reducción a 7 euros por tonelada", sentenciaba Brufau.

Alegato al libre mercado

Previamente, Brufau se había felicitado de que, "afortunadamente" ahora Repsol opera en el libre mercado, desde que la OPEP ha dejado de determinar el precio del barril. Y lo hace también en mercados competitivos, que no dependen de que "tengamos que pedir al regulador que nos dé subvenciones". Ahora, decía Brufau, lo que manda en el mercado es la oferta y la demanda y eso permite a los agentes y empresas competir en igualdad de condiciones revirtiendo en beneficios para las empresas que mejor lo hagan y para los consumidores finales, que son los más beneficiados en última instancia, por tener acceso a mejores productos y a mejores precios.

En este sentido, Brufau afirmaba que en 2016 se está produciendo una estabilización de la oferta y un crecimiento de la demanda, con el correspondiente reflejo en la recuperación de los precios.

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