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¿Cuál es la tasa de paro de chinos, rumanos, marroquíes y ecuatorianos residentes en Madrid?

Las leyes laborales son las mismas para todos, pero la lacra del desempleo varía mucho en función de la nacionalidad.

Las leyes laborales son las mismas para todos los residentes en España. Da igual que vivamos en una región o en otra: nuestro mercado de trabajo depende del gobierno central y, en consecuencia, se aplica de forma homogénea a lo largo y ancho de nuestro territorio.

Sin embargo, hay importantes diferencias en los niveles de desempleo que se dan en unas zonas y otras. Por un lado están las provincias con menos paro, en las que el desempleo se movía en 2015 entre el 14% y el 18%: son Guipúzcoa (14%), Soria (16%), Navarra (16%), Huesca (16%), Segovia (16%), Valladolid (16%), Lugo (17%), Lérida (17%), Vizcaya (17%), La Rioja (17,58%) y Madrid (17,79%).

Por otro lado están las provincias en las que el paro es más alto. En 2015, este grupo de territorios se movían en niveles comprendidos entre el 31% y el 42%. Es el caso de Almería (31%), Las Palmas (32%), Ceuta (32%), Málaga (32%), Sevilla (32%), Ciudad Real (34%), Granada (34%), Melilla (35%), Jaén (35%) y Cádiz (42%).

Dentro de una misma provincia pueden observarse diferencias notables. Por ejemplo, en Madrid vemos que el desempleo es del 7-8% en Majadahonda, Tres Cantos, Las Rozas, Boadilla o Pozuelo, mientras que en Parla, Arganda del Rey, Aranjuez, Torrejón o Fuenlabrada se mueve entre el 16% y el 19%.

Pero dentro de la región madrileña también hay diferencias notables según la nacionalidad de sus trabajadores. Si analizamos al conjunto de la población, el desempleo en la autonomía gobernada por Cristina Cifuentes alcanza un paro del 16,8%. No obstante, entre los inmigrantes llega al 28,2%.

De acuerdo con el Informe de Población de Origen Extranjero de enero de 2016, el número total de inmigrantes que reside en la Comunidad de Madrid asciende a 1,2 millones de personas. De esa cifra, unos 335.000 están nacionalizados. El 24% son rumanos, el 9% son marroquíes, el 6% son chinos, el 5% son ecuatorianos y el 4% son colombianos. Un 49,3% reside en el Ayuntamiento de Madrid, mientras que el resto se reparte entre las coronas metropolitanas (37,6%) y el resto de municipios (13,1%).

Los chinos, líderes en empleo

¿Cuál es la situación del empleo de dichos colectivos? De acuerdo con la última Encuesta Regional de Inmigración, publicada en 2015 con datos de 2014, los mejores resultados son los que obtienen los chinos. Para dicho colectivo, el nivel de ocupados ronda el 93% y el paro no alcanza siquiera el 5%.

Entre los rumanos, el grupo con mayor presencia en la Comunidad de Madrid, el paro es del 27% y la ocupación alcanza el 72%. Para los marroquíes, la tasa de desempleo alcanza el 43% mientras que el nivel de empleo es del 54%. Si nos fijamos en los ecuatorianos vemos que el paro afecta al 36%, mientras que un 64% sí tiene trabajo. Por último, el 32% de los colombianos no tiene trabajo mientras que un 68% sí.

Los chinos son también líderes en la clasificación que mide el peso del empleo por cuenta propia. En su caso, alcanza una cuota del 40%, frente al 18% de los marroquíes, el 13% de los rumanos, el 11% de los colombianos o el 9% de los ecuatorianos.

Además, los chinos manifiestan un mayor deseo de establecerse en España: el 69% quiere hacer de nuestro país su lugar de residencia a largo plazo, mientras que un 8% quiere regresar a su nación de origen en unos años. El porcentaje de marroquíes que quiere seguir viviendo en España es del 56%, con un 50% entre los colombianos, un 45% entre los ecuatorianos y un 40% entre los rumanos.

"Lucha, esfuerzo y trabajo": la receta china

Libre Mercado habló con la Asociación de Chinos en España para conocer mejor las claves del buen desempeño que han tenido los chinos en el mercado de trabajo.

Según declaró dicha entidad a este diario, la receta del éxito se resume en "lucha y esfuerzo", tres ideas clave que se apoyan en una menor dependencia de la banca (se prestan dinero entre sí), un mayor número de horas trabajadas (aprovechando la flexibilidad que brinda la legislación de la Comunidad), una cultura del ahorro (que conduce a negocios más capitalizados) y un alto nivel de dinamismo (con el continuo lanzamiento de proyectos empresariales orientados a explorar posibles vías de negocio).

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