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Las tres grandes mentiras electorales de los partidos con los impuestos

Las principales fuerzas políticas prometen bajar los impuestos o bien limitar las subidas a las rentas, pero ocultan la verdad a la opinión pública.

Las principales fuerzas políticas prometen bajar los impuestos o bien limitar las subidas a las rentas, pero ocultan la verdad a la opinión pública.

Subir impuestos tiene mala prensa, no vende electoralmente, de ahí que todos los partidos, en mayor o menor medida, prometan bajar la fiscalidad o bien limitar la subida tributaria a las grandes empresas y a las rentas altas. Sin embargo, este tipo de promesas son mero papel mojado, y no sólo porque experiencias pasadas ya se hayan encargado de demostrarlo, sino por la letra pequeña de los programas.

A continuación, las tres grandes mentiras de las cuatro grandes fuerzas políticas en materia de impuestos en la presente campaña electoral:

1. "Bajaremos impuestos"

El PP ha abanderado la rebaja de impuestos como uno de sus grandes lemas electorales. Más allá de que su credibilidad en este ámbito brilla por su ausencia tras los continuos e históricos hachazos fiscales aprobados durante la pasada legislatura, la trampa en este caso radica en la condicionalidad.

Así, tal y como admiten los propios referentes populares, Rajoy se compromete a bajar impuestos "siempre y cuando la recaudación lo permita". Es decir, la citada rebaja dependerá, en última instancia, de la coyuntura económica. Si el PIB crece, la creación de empleo se mantiene y la recaudación fiscal aumenta, entonces, y sólo entonces, un hipotético Gobierno del PP podría aprobar ciertas reducciones, aunque difícilmente podría compensar las subidas previas.

Sin embargo, lo que no cuenta el PP es que, aún en ese favorable escenario, el incumplimiento del déficit público dificultará enormemente dichas rebajas, a no ser que éstas se acompañen de nuevos recortes de gasto. Bruselas lo ha dicho por activa y por pasiva. Tanto es así, que la Comisión Europea ya criticó las rebajas anunciadas por Rajoy en el último año.

España cerró 2015 con un agujero presupuestario del 5% del PIB, muy por encima del objetivo del 4,2% comprometido. Y de mantenerse el ritmo actual, el déficit podría situarse nuevamente en el 5% este ejercicio, frente al objetivo revisado del 3,7% fijado por Bruselas. El Banco de España, por ejemplo, estima que el desequilibrio se irá, como mínimo, por encima del 4% en 2016, a pesar de que estima un crecimiento económico del 2,7%.

Dicho de otro modo, las rebajas fiscales que propone el PP sólo serían viables, política y presupuestariamente, en caso de que sean compensadas con nuevos recortes de gasto, algo que, sin embargo, rechaza el PP. Aplicar lo primero y no lo segundo agrandaría el déficit, con el consiguiente incumplimiento de los objetivos, abriendo así un nuevo frente con la autoridades comunitarias.

2. "Sólo subiremos los impuestos a los ricos"

La segunda gran falacia la comparten, en mayor o menor medida, PSOE, Podemos y Ciudadanos. Todos coinciden en que no subirán los impuestos a las rentas medidas o bajas ni a las pymes, y que de aplicar subidas, éstas se limitarán a las grandes fortunas y grandes empresas. Pero, simplemente, no es cierto. Este tipo de promesas ocultan una nueva batería de subidas fiscales al conjunto de los contribuyentes.

El PSOE abre la puerta a nuevas subidas de tipos en el IRPF a las "rentas altas", pero también apuesta por subir la tributación sobre el ahorro, afectando, por tanto, a millones de contribuyentes de la clase media. Igualmente, apuesta por quitar o reducir deducciones en el Impuesto de Sociedades, elevando con ello la carga fiscal a muchas empresas.

Si a ello se suma la subida general de la imposición indirectas (tasas medioambientales), el incremento de la recaudación que persiguen los socialistas recaerá sobre el conjunto de los contribuyentes.

Podemos va mucho más allá. También dice que sólo subirá los tipos de IRPF a las rentas de más de 60.000 euros al año, pero lo que no cuenta es que defiende eliminar buena parte de las deducciones que disfrutan los contribuyentes de clase media y baja, aunque sin concretar, lo cual se traduciría en todo caso en una nueva subida de impuestos. Algo similar sucede con el Impuesto de Sociedades, afectando por tanto a las pymes.

El gran palo podemita, sin embargo, se centra en el ahorro de los españoles, sin distinción.

  • Eliminar los beneficios fiscales de los planes de pensiones se traduciría en una subida del IRPF a cerca de 8 millones de contribuyentes.
  • Asimilar las rentas del ahorro a las del trabajo afectaría, igualmente, a millones de contribuyentes mediante una subida de tipos en el IRPF.
  • Y subir la tributación sobre la riqueza, Sucesiones y Donaciones, así como reducir el mínimo exento en el Impuesto de Patrimonio acabaría disparando la factura fiscal de los propietarios de vivienda, es decir, la inmensa mayoría de españoles (el 80% de las familias son propietarias de uno o más inmuebles).

Ciudadanos, por último, renuncia a bajar el IRPF y a reestructurar el IVA, tal y como prometían, mientras que ahora apuestan por aplicar una fuerte subida en el Impuesto de Sociedades mediante la eliminación de deducciones (afectando también a pymes).

Por otro lado, todos los grandes partidos, incluido el PP, proponen una subida generalizada de impuestos para financiar las pensiones, así como elevar las cotizaciones que actualmente paga la mayoría de autónomos.

3. "Combatiremos el fraude fiscal"

Por último, la lucha contra la economía sumergida se ha convertido en el gran comodín de los políticos para justificar casi todas sus promesas de gasto, pero también es un mito. En primer lugar, porque el nivel de fraude existente en España no es tan alto como pretenden vender los partidos, situándose ligeramente por encima de la media de la UE (18% del PIB).

Y, en segundo término, porque por mucho que se lograse reducir el mercado negro, hasta alcanzar los niveles registrados en los países nórdicos, por ejemplo, la recaudación extra difícilmente superaría los 15.000 ó 20.000 millones al año. Una cifra muy insuficiente ya no solo para financiar las disparatadas promesas de gasto de algunos partidos, sino incluso para eliminar el déficit (más de 50.000 millones en 2015).

Conclusión: más impuestos para todos

En definitiva, puesto que ningún partido está dispuesto a reducir el gasto, más bien al contrario, y España registra el segundo mayor déficit de la zona euro, tan sólo superado por Grecia, la realidad es que todo apunta a nuevas subidas de impuestos en la próxima legislatura.

Un contribuyente medio destina 180 días al año a cumplir sus obligaciones con Hacienda. La factura fiscal seguirá subiendo...

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