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Botlr, el empleado de hotel que pide selfies de propina

El hotel Aloft Cupertino ha contratado a un curioso empleado que atiende las necesidades de todos los clientes.

El hotel Aloft Cupertino ha contratado a un curioso empleado que atiende las necesidades de todos los clientes.

Los clientes de algunos hoteles de California ya pueden encontrar un robot en su puerta que les lleva toallas, pasta de dientes o incluso café recién hechoAloft Cupertino, un hotel de 4 estrellas, es uno de los seis hoteles que ha contratado a un curioso empleado que atiende las necesidades de los clientes. El hotel, como no podía ser de otra manera, está a unos poco pasos de las oficinas de Apple, en pleno Silicon Valley, en California (EEUU).

Botlr es un robot que forma parte de una flota cuyo destino es la industria hospitalaria y de servicios. Estos robots, creados por la empresa californiana Savioke, tienen dos objetivos: realizar tareas sencillas que permitan al resto de la plantilla centrarse en otras tareas más complejas y sacar una sonrisa a los clientes, informa Business Insider.

El robot espera pacientemente en un aparcamiento propio hasta que algún cliente necesita sus servicios. Durante el tiempo de espera, aprovecha para recargar pilas junto a su enchufe. Hasta el momento, ha recorrido 1.400 km y cumplido 30.000 encargos de los clientes.

El robot, a pesar de tener incorporadas cámaras 3D y sensores para evitar obstáculos, ha recibido unas clases previas para conocer con exactitud la ubicación de todos los espacios del hotel. Antes de su primer día de trabajo, un empleado de Savioke guía al robot por todas las estancias del hotel a través de un lipstick de PlayStation3, creando un mapa en su memoria que le permitirá conocer la ubicación de las habitaciones y del ascensor.

Cuando un cliente necesita algo que Botlr puede transportar, un empleado del hotel se encarga de introducir el objeto en la parte superior del robot y teclea el número de habitación. Automáticamente, Botlr se pone en camino.

Llama al ascensor por Wifi y, cuando llega a la puerta de la habitación del cliente, llama por teléfono para avisar de su llegada. Gracias a su sensor frontal, cuando se abre la puerta de la habitación, la tapa superior se abre para que el cliente pueda coger su encargo. Botlr, que se pone a bailar cuando el cliente ya ha recogido el encargo, también quiere propina. Un selfie con él será suficiente.  

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