Cada año, el Foro Económico Mundial publica los resultados de su Encuesta de Opinión Ejecutiva, repartida entre los más altos representantes del tejido empresarial de nuestro país. Las conclusiones en 2016 son claras: los impuestos son el principal problema para hacer negocios en España.
Para ser precisos, los tipos fiscales se colocan a la cabeza de la lista de impedimentos, con un 14,5%. A este porcentaje se le podría sumar el 4,4% referido a la complejidad de las reglas tributarias, lo que resultaría en un 18,9%. En segundo lugar, nos encontramos con las quejas de los empresarios sobre la ineficiencia de la burocracia gubernamental, que se anota un 14%.
Las restricciones y rigideces del sistema laboral también siguen siendo un problema para los empleadores: aparecen en tercer lugar de la tabla, con un 13,2%. A continuación nos topamos con la insuficiente capacidad para innovar, que preocupa al 12,1% de los encuestados por el Foro Económico Mundial. Las dificultades para acceder a la financiación completan el "top 5", con un 11%.
La inestabilidad política y la corrupción aparecen en los siguientes puestos de la lista. Registran, respectivamente, un 9,1% y un 7,4%. Otros problemas mencionados por los empresarios son la falta de preparación de la fuerza laboral (6,1%) o la ética de trabajo (3,7%).
¿Cómo han cambiado las preocupaciones?
Los cinco problemas que copan el "top 5" de las preocupaciones empresariales en la encuesta de 2016 suman un porcentaje acumulado del 64,8%. En 2012, la cabecera de la lista se anotaba conjuntamente un porcentaje del 78,7%. Hay, por tanto, un mejor clima empresarial que hace cuatro años, ya que las amenazas están menos concentradas.
En 2012, la gran preocupación de los empresarios españoles era el acceso a la financiación, que ascendía al 27,8%. A continuación figuraban las regulaciones laborales (16,1%), la ineficiencia de la burocracia (13,5%), la falta de capacidad para innovar (11,9%) y los tipos impositivos (9,4%). Aquella edición anotaba a las reglas tributarias un 5%, por lo que la preocupación total ligada a los impuestos era del 14,4%, frente al 18,9% de 2016. Hay, por tanto, un repunte del 31% en la incidencia negativa de los impuestos.
