Menú

El delirante análisis de los podemitas sobre la victoria de Trump

La victoria de Trump lo es todo y es nada, según Podemos. La derrota de las élites y su victoria, la derrota del establishment y su victoria...

La victoria de Trump lo es todo y es nada, según Podemos. La derrota de las élites y su victoria, la derrota del establishment y su victoria...

Ha sucedido, Donald Trump será presidente. Y no es de Podemos, así que no puede ser bueno. Tras la victoria republicana, los líderes podemitas no han dudado en criticar al electo presidente de Estados Unidos para diferenciarse claramente del mal. Trump tal vez será populista, pero no es como nosotros, oiga.

Tras la resaca electoral, Albert Rivera (les sonará si son aficionados o coleccionistas de pactos) se levantó con ganas de meterle el dedo en el ojo a Iglesias. Así que en el Programa de Ana Rosa aseguró que "en Podemos estarán contentos porque esto acaba con el Tratado de Libre Comercio. O sea, la libertad pierde hoy, gana el proteccionismo". Y añadió "al final el populismo, sea de extrema izquierda o de extrema derecha, se toca".

Que Podemos es un partido populista es algo que no vamos a discutir, cuando el propio Iglesias lo admitió recientemente. Que tienen cosas en común con Trump en lo económico es algo que explica Eduardo Garzón.

El caso es que el dardo molestó a Pablo. Fue como cuando alguien recibe un pescozón inesperado, que duele y molesta el doble. El líder podemita salió a hablar con los medios a las puertas del Congreso, se retorció, frunció el ceño leninista y contestó a Rivera. Dijo que el líder de Ciudadanos es un ejemplo de "cuñadismo de extremo centro a medio camino entre la ignorancia, mentira y la poca vergüenza" (luego que algunas generaciones no le votan, si ni le entienden). La frase la repitió con literalidad horas después en El Objetivo de La Sexta. Deben de ser chascarrillos que prepara y memoriza en casa.

Bien. Iglesias también aseguró que apoyar a Rajoy es apoyar "a quien aplica las políticas más parecidas a Trump". Todos conocemos el empeño de Rajoy en expulsar inmigrantes (que no dejan de aumentar), en bajar impuestos (que no dejan de aumentar) y en levantar un muro en la frontera con Portugal (que ya ha aislado el Algarve, tal como reclamaban los ciudadanos de Huelva).

Iglesias siguió añadiendo potentes argumentos: "El que ha felicitado a Donald Trump es Mariano Rajoy y el que ha hecho presidente del Gobierno a Mariano Rajoy es Albert Rivera". Es decir, si no hubiera sido por Rivera, Trump no se habría acostado con la felicitación tuitera del presidente del Gobierno de España (lo que habría cambiado todo el contexto político internacional). Es más, si me apuran, Ciudadanos ha llevado a Trump al poder. Es así.

Pablo también se refirió al líder de Ciudadanos como "el señor que ha contribuido al desastre en el Partido Socialista". Madre mía, es brutal el poder de Rivera. Así que Iglesias, el señor que ha dividido a la izquierda, el señor que desde 2013 sueña con la pasokización del PSOE, el que ha quitado prácticamente la mitad de su representación parlamentaria a los socialistas, el señor que estuvo meses suplicando por un cara a cara televisado con Pedro Sánchez (seguro que no para darle un beso en la boca), el señor que votó en contra de ese mismo Sánchez (que ahora podría ser presidente) y el señor que quiso repetir elecciones para conseguir el sorpasso de marras, ese señor considera que Rivera ha contribuido al desastre en el PSOE. Bravo. En pie. Aplaudan. No, de verdad, no es un decir. No se corten, dejen lo que estén haciendo (posiblemente leer esto) y aplaudan. ¡Bravo!

En Podemos habrían preferido que las elecciones norteamericanas las hubiera ganado el candidato demócrata Bernie Sanders. Así lo expresó Iglesias ante los medios reunidos junto al Congreso. El líder podemita aseguró que "hoy todo el mundo recuerda a Bernie Sanders, un socialista de verdad al que comparaban con Podemos en Estados Unidos".

Madre mía de mi vida. Ustedes no lo habrán notado, pero el clamor ha sido total en todo el país. Los bares en España se han llenado de gente hablando de Bernie Sanders, las cenas familiares han sido una emotiva discusión sobre lo fantástico que es Sanders y los españoles se han ido a la cama lamentando que Sanders no fuera el rival de Trump. Todo el mundo recordaba a Sanders por todas partes. Miren, esto es un clásico: cuando Pablo usa la expresión "todo el mundo", significa él mismo. A lo sumo, él mismo y sus amigos, que suelen obedecerle. Hombre, no me fastidien (por no decir otra cosa). Pablo y su pequeño mundo.

No es menor la tontería de que en Estados Unidos comparaban a Sanders con Podemos. ¿Pero qué dice? Es verdad que el ego de Pablo puede verse desde el espacio, un fenómeno que ya estudió la NASA en su día. Pero de ahí a que en Estados Unidos se compare a Podemos con cualquier otra cosa (la que quieran) hay un trecho. En aquel país nadie conoce a Podemos, nadie conoce a Pablo. De verdad. Este hombre debe de creerse un referente mundial y alguien debe decirle que no lo es.

Iglesias aseguraba que Sanders "sí hubiera podido ganar las elecciones a Donald Trump". Es difícil saberlo, pues no fue capaz ni de ganárselas a Clinton, acostumbrada a perder. No puede ser que defendamos la celebración de primarias abiertas, pero cuando el resultado no nos gusta la conclusión sea que la gente ha votado mal. En definitiva, Pablo se está quejando al mismo tiempo de dos procesos electorales: primarias y presidenciales. Este tipo de especulaciones suceden mucho entre los aficionados al fútbol: siempre el que no juega era el tipo que iba a ganar el partido.

Para colmo, Sanders, lejos de decir que estaría enfrente de Trump, aseguraba estos días que estaba preparado para trabajar con él. Además, explicó el resultado electoral asegurando que "la gente está cansada de trabajar largas horas por salarios bajos, de ver trabajos decentemente pagados que se van a China y otros países con impuestos bajos y de los millonarios que no pagan ni un impuesto federal por sus ingresos". La gente está cansada de los millonarios que no pagan impuestos y por eso vota a un millonario que se jacta de no pagar impuestos. Entiendo. En definitiva, siguiendo la lógica de Pablo, si Pablo defiende a Sanders y Sanders apoya a Trump, Pablo apoya a Trump. ¿Eh?

Pablo remató su intervención remarcando su distanciamiento de Trump: "Trump no es más que la expresión de todo lo que se ha hecho mal en Estados Unidos y de todo lo que se ha hecho mal en Europa". Aquí mete a Europa con calzador. Hay que barrer para casa: Trump caca, Pablo bien.

"La crisis de los poderes financieros está dejando notar consecuencias políticas que, por desgracia, en la mayor parte de los casos tienen forma de nuevos tipos de fascismo" dijo Iglesias. Y añadió que "no es verdad que Donald Trump sea un antisistema. Es un multimillonario estadounidense que se ha hecho millonario gracias a eso (¿?). Es más de lo mismo. Trump defiende políticas que en realidad son pura continuidad de lo que ya se ha hecho", sentenció.

Todo esto es complejo. Si es un nuevo fascismo, pero pura continuidad, quiere decir que no puede ser demasiado nuevo y que lo que había antes también era fascismo. Parece que Iglesias quiere decir algo así como que Obama es un fascista, ¿no? No entiendo entonces el interés que tuvo de encontrarse con él cuando visitó España este verano.

Además, es difícil que Trump, que ha tenido que enfrentar toda la maquinaria del establishment y al que, por ejemplo, han apoyado seis periódicos (frente a los doscientos que apoyaron a Clinton), no sea un antisistema. Lo es, al menos a su manera. ¿Cómo hace Pablo para solucionar esta fricción en su discurso? Diciendo que Trump es millonario, así que por lo tanto no puede ser antisistema. Para Pablo, si a un antisistema le toca la lotería, aunque no cambie ni una de sus ideas, inmediatamente deja de ser antisistema, porque ahora es rico. El límite de riqueza permitido debe de ser el de Wyoming o algo así. Es la Lógica pabliana. Disfrútenla.

Más análisis

Pablo Bustinduy, diputado y portavoz de Exteriores de Podemos explicaba así la victoria de Trump:

Tal vez es una alabanza, porque vaya, Trump hace exactamente lo mismo que Podemos: explotar desgracias y articular un discurso de odio hacia el sistema que (supuestamente) las provoca. Aunque yo creo que Trump e Iglesias no son lo mismo: Trump gana elecciones y ama a su país.

Por su parte, Íñigo Errejón aprovechó para apuntarse un tanto de una forma extraña:

Es impresionante lo útil que fue el 15M. Nunca una manifestación de unas cuantas decenas de miles de personas había hecho tanto por un país. A pesar de que aquel movimiento se diluyó por la falta de interés de los españoles, el 15M nos ha evitado decenas de males y de calamidades, incluso en su plena inexistencia. Cuando se pregunten por qué en España no ocurrió un determinado mal, ya sea un volcán, un terremoto o una catástrofe nuclear, no lo duden, la respuesta es el 15M.

En plenas primarias podemitas, la no ganadora Rita Maestre quiso llegar a todas las edades con un análisis adaptado al público infantil:

Es todo confuso porque, mientras unos creen que los más débiles (inmigrantes, negros, latinos, mujeres…) votaron a Trump buscando una especie de solución desesperada, otros dicen que ganó la xenofobia y el machismo. Ganó la xenofobia en un país que hace cuatro años dio la presidencia, por segunda vez, a un ciudadano negro.

También es raro que los millones de mujeres que han votado a Trump y que viven en Estados Unidos no detectaran o no dieran importancia a ese machismo que sí detectó Maestre desde su casa de Madrid. Machismo que, por cierto, la propia Maestre detectó en Podemos recientemente. Por cierto (otra vez), no puedes quejarte de las declaraciones soeces de Trump en privado sobre las mujeres cuando te quedas muda ante las declaraciones soeces sobre las mujeres que el líder de tu partido hizo en privado.

La diputada Irene Montero fue más allá y no dudó en ser firme ante el nuevo fenómeno político norteamericano:

Desafío lanzado. Montero estará enfrente (al otro lado del océano). Donald Trump sale muy tocado después de este tuit que desestabiliza todo su flamante poder. A mí me parece raro estar "enfrente con democracia" ante un tipo que ha ganado limpiamente unas elecciones ante una alternativa (el establishment) a la que también criticas. Pero yo qué sé.

El concejal podemita en el Ayuntamiento de Madrid, Jorge García Castaño, avisaba de que los mercados estaban contentos con Trump:

Lo cierto es que la victoria de Trump fue seguida de un hundimiento de los mercados que se fue corrigiendo parcialmente. La volatilidad ha sido la nota predominante estos días, pero, entre otras cosas, hasta el año que viene no toma posesión del cargo. Parece que la subida de la bolsa es algo malo para este concejal.

Miren, el cacao que tienen es tremendo: sube la bolsa por la victoria de Trump porque es más de lo mismo, pero al mismo tiempo vivimos un colapso de los partidos y políticas tradicionales. Le votan las clases populares desesperadas, pero lo celebran los mercados. Se hunden las élites económicas, pero lo celebran en la bolsa. Se dan todos los escenarios al mismo tiempo.

La suerte de tener a Podemos

El descontento de los podemitas con los electores parece que no solamente es un asunto nacional. Tampoco les gusta el electorado norteamericano, incapaz de detectar el racismo, el machismo y el fascismo cuando lo tienen delante. En España somos realmente afortunados. Aquí tenemos a Podemos, que cuenta solamente con el apoyo de uno de cada cinco españoles, porque la gente mayor no tuitea lo suficiente. Pero todo llegará. Es verdad que el partido morado evita que tengamos pulsiones fascistoides y que acabemos votando a tipos que prometen cosas tan fachas como bajar impuestos. Si usted y yo no estamos cara al sol y brazo en alto es gracias a Podemos.

El análisis podemita de las elecciones norteamericanas resulta cómico. Trump es al mismo tiempo una derrota de las élites y una victoria de las élites, es una elección provocada por las injusticias de los ricos y al mismo tiempo la victoria de un rico, es el triunfo de los mercados y el fracaso de los mercados, el fracaso de los partidos tradicionales y su triunfo, la derrota del establishment y su victoria. Lo es todo y es nada. El caso es que Trump no es Podemos, así que tiene que ser malo.

Es curioso que todo este follón sea el producto de las injusticias y las desigualdades de la política económica norteamericana, según dicen los podemitas. Una política que Pablo Iglesias ha puesto de ejemplo en varias ocasiones.

Por ejemplo, en El Objetivo en noviembre de 2015, cuando Ana Pastor le preguntó cómo iban a hacer para bajar el paro siete puntos en dos años: "No es un milagro, es hacer lo mismo que ha hecho Obama en Estados Unidos". Cuando visitó Wall Street dijo que "el Banco Central Europeo debería parecerse más a la Reserva Federal". Y el pasado mes de junio recordó que "proponemos lo mismo que Obama, políticas expansivas".

Pablo siempre gana, en cualquier situación, la haya predicho o no, la haya criticado o la haya alabado en el pasado. Él está a favor y en contra de todo. Lo importante es fruncir bien el ceño y repetir que todo se va al garete hasta que él no gobierne en España y, a poder ser, en el mundo. Todo lo demás, fascismo.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios