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La declaración que dinamitó el juicio de las 'black': "Nunca tuve dudas, eran retribución"

Un consejero que estuvo en la etapa de Terceiro desmiente buena parte del testimonio del expresidente de Caja Madrid.

El 24 de octubre era un día marcado en rojo en el caso de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia. Aquel día, acudía a declarar Jaime Terceiro, presidente de Caja Madrid entre 1988 y 1996, el hombre que ocupaba el cargo hasta la llegada de Miguel Blesa. Se esperaban con impaciencia sus palabras, porque los acusados aseguran que fue él quien creó el sistema que luego tanto ha dado que hablar.

Terceiro no decepcionó. Su declaración fue sonada. Y lo fue en parte porque rechazó de plano la versión de las defensas. El expresidente de Caja Madrid aseguró que sus tarjetas eran "white" y que fue luego, tras su salida, cuando "se oscurecieron". No sólo eso, también defendió a capa y espada que las tarjetas que él creó eran única y exclusivamente para gastos de representación. Es más calificó de "inconcebible" que alguien pudiera haber pensado que eran una forma de retribución complementaria. Incluso, fue más allá, poniendo detalles como la supuesta ausencia de PIN en las tarjetas como prueba de lo que decía.

Pues bien, con todo y con eso, para la resolución del caso quizás la declaración más importante del día no fuera la del expresidente de Caja Madrid. Porque unos minutos después, llegó a la sala José Luis Acero, consejero de Caja Madrid desde enero de 1988 hasta 2003 a propuesta de IU. Y soltó la bomba: las tarjetas eran remuneración, todo el mundo lo sabía, nunca le pidieron justificantes de los gastos y nada cambió en este sistema cuando Blesa sustituyó a Terceiro en 1996. A partir de ahí, el camino para las defensas estaba mucho más despejado. Sólo había que probar que la versión de Acero estaba más cerca de la realidad que la de Terceiro. Por ejemplo, con los documentos que presentaron la semana pasada, certificados por la Fundación MonteMadrid, la entidad heredera de Caja Madrid.

Aunque casi no ha tenido ningún impacto en la opinión pública y los medios apenas se han hecho eco del mismo, el testimonio de Acero es clave por dos razones. La primera, evidente, porque confirma la versión de los acusados y desmonta la declaración de Terceiro. Pero la segunda es quizás más relevante: lo que más sorprende de la declaración del exconsejero es que no sólo no le beneficia en nada, sino que, si acaso, podría pensarse que le perjudica. Porque lo que vino a decir Acero es que él hizo exactamente lo mismo que los 65 acusados que tenía a su espalda mientras declaraba: coger la tarjeta que le dieron y usarla con plena libertad, porque entendía que era parte de su remuneración. Si no está en el banquillo es porque no se está juzgando a los consejeros que dejaron la entidad antes de 2003: la responsabilidad penal por el mal uso de las tarjetas black en el período comprendido entre 1999 y 2003 se considera que ya ha prescrito.

Esto no quiere decir que todo lo que afirmó Acero sea verdad. Ni tampoco implica que lo que dijo Terceiro fuera falso. Eso debe juzgarlo cada cual, en función de a quién otorgue más credibilidad y del resto de las pruebas del caso. Pero lo que está claro es que las dos versiones son incompatibles.

Las siguientes son las afirmaciones más destacadas de Acero:

- Cómo se crearon las tarjetas: "Uno de los primeros inconvenientes que nos encontramos es que las retribuciones del personal directivo y de los consejeros eran claramente inferiores a las del resto del sistema financiero. Si queríamos mantener el personal directivo, que era muy profesional, había que acometer una reorganización salarial a todos los niveles. Se empieza por los directivos, se hace con el nombramiento del presidente ejecutivo [Terceiro], al que se da la máxima retribución posible. Y a los consejeros, por usar las palabras del propio señor Terceiro, se intenta ‘dignificar' su posición".

- ¿Retribución o gastos de representación?: "En ningún momento tuve ninguna duda de que eran una forma de retribución complementaria ante la escasez del importe de las dietas. […] No eran salario, pero sí parte de la retribución. [...] Mi impresión personal es que no cabía ninguna duda a los que estábamos allí de que aquello era un complemento retributivo. Nadie me dijo nunca nada en contra. Estamos hablando de quince años en el consejo y de muchos consejeros muy cualificados. Nunca jamás nadie dijo nada.".

- Límite y cambios a lo largo del tiempo: "La tarjeta tenía un límite. Creo recordar que eran 100.000 pesetas al mes [en 1988]. Y se fue incrementando con el tiempo, en época del señor Terceiro y en época del señor Blesa. Pero eso no se trataba en el consejo".

- ¿Quién creó las tarjetas?: "La decisión de establecer ese sistema de retribución con límite mensual fue del señor Terceiro. Esa es una decisión que al consejo le viene ya dada".

- En las actas se habla de que las tarjetas eran, "al menos, para cubrir gastos". Terceiro aseguró que eran "exclusivamente" para gastos de representación. Qué dice Acero al respecto: "Era una tarjeta complementaria para retribuir el esfuerzo y la dedicación y que, además, cubriera los gastos. ¿Eso es una tarjeta de gastos de representación? Para mí una tarjeta de gastos es una tarjeta que no tiene límite, que hay justificar cada gasto y que esa justificación tiene que ser aceptada… Esta tarjeta no cumplía ninguna de estas condiciones. En ningún momento puede entenderse algo distinto a que era una forma de retribución".

- Sin justificantes. Terceiro aseguró que sí había que justificar cada movimiento de la tarjeta, porque sólo podían usarse para gastos de representación. Esto es lo que dijo Acero: "En el tiempo en el que yo he sido consejero, de 1988 a 2003, nunca hemos tenido que justificar un solo gasto. A mí jamás se me reclamó ningún justificante y jamás he oído a nadie decir que le reclamaran un justificante. En el tiempo que yo fui consejero, hasta 2003, no se introduce ningún cambio en la utilización en la normativa de las tarjetas. Podría haber cambios en el importe máximo, pero no en las normas".

- Hoteles, restaurantes… ¿Había alguna indicación?: "No teníamos que justificar nada. No ha existido ningún tipo de protocolo que nos dijera cómo utilizar la tarjeta. Lo que es lógico: si consideras que es tu dinero, lo utilizas como buenamente quieres. Yo llevaba una cuenta chapucera de ‘esto me he gastado’ porque no quería pasarme el límite [de 100.000 pesetas al mes]".

- Las inspecciones y el control de las tarjetas: "En quince años que estuve en el consejo, la caja sufrió inspecciones del Banco de España, de Hacienda, auditorías todos los años, auditorías internas… En todas ellas se hacían sugerencias para mejorar el funcionamiento de la caja o también para tomar medidas porque se estuviera incumpliendo alguna norma. Eso se pasaba al consejo y el consejo intentaba resolverlas. Y en quince años, nunca jamás se hizo una referencia a una tarjeta".

- ¿'Black'? A la pregunta de si alguna vez pensó que las tarjetas o el sistema pudieran ser ilegales, Acero contestó lo siguiente: "El consejo de Caja Madrid era francamente complicado. Pensar que durante años y años, diversos consejos se hayan podido poner de acuerdo. Un consejo que tenía sensibilidades de todo tipo, exministros, exalcaldes, exsecretarios de Estado… Y para hacer una infracción tan pequeña. Yo no lo puedo entender. No tiene lógica".

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