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Greek Analyst: "7.000 empresas griegas se han ido a Bulgaria para huir de las subidas de impuestos de Tsipras"

Uno de los analistas más influyentes de Grecia explica a Libre Mercado la tragedia de su economía bajo el Gobierno de la extrema izquierda.

Uno de los analistas más influyentes de Grecia explica a Libre Mercado la tragedia de su economía bajo el Gobierno de la extrema izquierda.

El estallido de la crisis griega catapultó a la fama a Greek Analyst, un analista económico residente en Grecia que no ha revelado su identidad, pero que se ha convertido desde hace años en una fuente de información esencial para conocer la última hora de la crisis helena. Libre Mercado ha hablado con él para evaluar los dos primeros años de Gobierno de Tsipras. A continuación pueden leer la primera parte de la conversación.

- ¿Estaba Grecia recuperándose bajo el gobierno de Antonis Samaras o recibió Alexis Tsipras una situación insostenible?

Sin duda, Grecia estaba en una situación difícil antes de que Tsipras llegase al poder. ¿Estábamos recuperándonos en 2014? Sí, moderadamente. ¿Habría sido suficiente ese cambio a mejor para salvarnos de nuevas rondas de ajustes y sacrificios? Es difícil decirlo. Todo ha sido muy complejo, porque el propio Samaras llega al poder rechazando los términos del "rescate", pero poco a poco, de manera gradual, fue comprometiéndose con el programa de reformas que había firmado Grecia con sus acreedores. La verdad es que, a su manera, a medio gas, sí que fue cumpliendo con estos compromisos.

- Entonces sí que había cierta recuperación…

Creo que es muy posible que, si Grecia hubiese mantenido ese rumbo, la economía habría seguido mejorando y nuestro país podría haber pasado página, sobre todo si hubiésemos logrado volver a financiarnos en los mercados, porque eso habría inducido una espiral positiva que habría mejorado las condiciones de financiación de la banca y el sector privado.

Pero el ascenso de Syriza en las elecciones locales y europeas de 2014 fue minando la agenda reformista de Samaras. Además, aunque el gobierno heleno había conseguido al fin un superávit primario en sus presupuestos, cada vez era más aparente que Alemania no aceptaría un alivio en las condiciones de financiación otorgadas a Grecia.

- Aquí se empezó a enquistar todo…

El retraso en la implementación de las medidas pactadas regresó poco a poco a la agenda de los acreedores. La línea que tomaron Bruselas y Berlín fue cada vez más dura. El FMI también se sumó a ese discurso. Y los "hombres de negro" desplazados por la Troika para supervisar el "rescate" enviaron un mensaje claro: la victoria de Syriza era solo cuestión de tiempo. De hecho, hasta entre algunos tecnócratas había una visión relativamente favorable de Tsipras, sobre todo por su discurso anticorrupción.

Pero el caso es que las cosas sí estaban mejorando con Samaras en el gobierno, como reflejaban las cifras de consumo e inversión, que empezaron a repuntar en el segundo y tercer trimestre de 2014. Las reformas no se aplicaron con toda la convicción y el rigor que esperaban los acreedores, pero Grecia sí se había movido en la buena dirección y la economía real estaba ya en una fase de recuperación frágil, pero real.

- Y en este momento se convocan elecciones, desencadenando el triunfo de Syriza. Lo que siguieron fueron seis meses de locura, con un polémico referéndum, un 'corralito', un impago a los acreedores… ¿Qué balance hace ahora que Tsipras lleva dos años en el gobierno?

La actitud de confrontación, marcada por un discurso agresivo y desafiante, se vio reforzada por los "juegos de póker" del exministro de Finanzas, Yanis Varufakis. Esos juegos fueron catastróficos para Grecia. Generaron una incertidumbre política y financiera que se prolongó durante meses y meses. El 'corralito' fue la única manera de evitar el colapso definitivo de la banca, ya que la creciente preocupación de los ciudadanos se tradujo en una fuga de depósitos cada vez más intensa. Esta "negociación honorable" de Syriza nos ha salido muy cara, ha tenido un coste para Grecia de 86.000 millones de euros. Necesitaremos años para recuperarnos de los juegos de Tsipras, Varufakis y sus aliados.

- ¿Cómo describir estos dos años?

Como dos años perdidos para Grecia. Puede que 2016 arroje finalmente una tasa de crecimiento positivo, algo que no ocurría desde 2007, pero los fundamentales de la economía se han deteriorado mucho y me temo que no vamos a un crecimiento sostenible y robusto. A eso hay que sumarle la lacra del paro, que ha bajado del 26% al 23%, pero sigue siendo muy elevado.

- ¿Y la banca? ¿Se recupera del 'corralito'?

Al contrario, la situación sigue siendo muy delicada. La tasa de morosidad es cuatro veces más alta que en 2010. El propio gobierno admite que el 45% de los créditos concedidos son de dudoso cobro, una tasa insostenible. Hay expertos independientes que creen que las cifras reales de morosidad bancaria son aún peores.

En 2017, aún con controles de capitales en vigor, los griegos han retirado 1.500 millones de los bancos. Miles de compañías han hecho las maletas y han puesto rumbo a Bulgaria, Chipre y otros países. Familias y empresas huyen de la opresión fiscal que ha impuesto Syriza, que abordan los programas de ajuste a base de continuos aumentos de tasas y tributos.

- ¿Tenemos cifras de ese éxodo empresarial?

Sí. Por ejemplo, solo en Bulgaria vemos que en 2015 se dieron de alta 3.262 empresas que originalmente operaban en Grecia. Un año después, en 2016, esta cifra ha subido a casi 4.000. De manera que, en los dos años de Syriza, más de 7.000 sociedades han cambiado Grecia por Bulgaria.

- Otro aspecto que también genera críticas entre los acreedores es el manejo de la situación fiscal.

Así es. Las deudas de los contribuyentes con Hacienda no paran de crecer, en 2016 subieron en 10.000 millones en términos netos. En total, las obligaciones tributarias acumuladas ya ascienden a 96.000 millones… Y hay otros desarrollos preocupantes. Por ejemplo, se ha generalizado el pago de impuestos con tarjeta de crédito. Al hacer esto, las deudas tributarias se transfieren al sistema bancario, lo que añadirá cargas adicionales a las entidades financieras.

- La crisis de los refugiados también ha estado presente en las negociaciones.

En este caso, la decepcionante respuesta de la UE se ha sumado a la mala gestión de Syriza. Todo eso añade más y más problemas a la economía griega. Puede que hoy no seamos conscientes, pero las tensiones con Turquía van a tener implicaciones a lo largo de los próximos años.

Aquí pueden leer la segunda parte de la entrevista.

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