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Las claves del primer presupuesto Trump: recortes y subidas de gasto por valor de 63.000 millones

El borrador presupuestario de la Administración Trump incluye numerosos recortes de gasto para reforzar las partidas de Defensa.

El borrador presupuestario de la Administración Trump incluye numerosos recortes de gasto para reforzar las partidas de Defensa.

El gasto público que depende del Gobierno federal de Estados Unidos no va subir, pero tampoco va a bajar si el presidente Donald Trump se sale con la suya y logra la aprobación de Congreso y Senado. Eso sí: el plan presupuestario filtrado a los medios apunta grandes recortes del 'gasto político' que permiten financiar una fuerte subida del gasto en Defensa, de manera que sí habrá una importante reordenación de los distintos capítulos presupuestarios del Ejecutivo norteamericano.

Vayamos primero a los recortes. Se anuncia una caída de 12.600 millones de dólares en el ministerio de Sanidad, a las puertas de una reforma sanitaria que no acaba de concretarse pero que está llamada a enterrar la polémica ley aprobada por el expresidente Barack Obama. Este es el recorte más importante de todos los que ha anunciado el gobierno Trump.

Se espera también un descenso de 10.900 millones en el presupuesto de ayuda al desarrollo y cooperación internacional. Trump ha asumido el discurso de los halcones conservadores y liberales que llevan años criticando los importantes desembolsos que asume el gobierno de Estados Unidos por este concepto. La ONU, el Banco Mundial, el FMI y, sobre todo, los polémicos programas de ayuda al desarrollo están, por tanto, en el punto de mira del nuevo gobierno.

Trump también anuncia un recorte de 9.200 millones en el presupuesto del ministerio de Educación. Al frente del mismo se sitúa Betsy DeVos, una empresaria que lleva años luchando para implantar programas de libertad educativa. Se espera que su departamento de gobierno apruebe una especie de cheque escolar a lo largo de la legislatura, probablemente centrado en familias con un ingreso medio o bajo.

En el ministerio de Vivienda, Trump apuesta por reducir el gasto en 6.200 millones de dólares, pero salvando el presupuesto de ayudas, que va a crecer en 1.900 millones. Más fuerte es el recorte esperado en el ministerio de Agricultura, planteado en el entorno de los 4.700 millones. También en Justicia se anuncian importantes tajos al gasto: 2.900 millones menos en el ministerio y 1.100 millones en el presupuesto de programas.

Otros ministerios en los que Trump va a sacar la tijera son el de Trabajo (2.500 millones menos), Transporte (2.400 millones menos), Interior (1.500 millones menos) o Hacienda (500 millones menos). Pero la palma se la lleva el gasto ligado al ministerio de Energía: su presupuesto general bajará en 1.700 millones, pero a esta caída hay que sumarle otros 2.900 millones que vienen de programas paralelos y 2.600 millones más que están ligados al recorte presupuestario que sufrirá la polémica Oficina de Protección Medioambiental (EPA por sus siglas en inglés).

Trump también quiere reducir en 2.900 millones las transferencias a diversas agencias gubernamentales. Además, va a plantear un descenso de 1.000 millones en la Oficina Federal de Ingeniería (el Corp of Engineers) y un descenso de 200 millones en el presupuesto que manejan los programas de la agencia aeroespacial NASA.

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Frente a estas medidas de recorte, Trump propone subidas de gasto equivalentes a 1.400 millones en los programas de seguridad nuclear, 1.900 millones en las ayudas a la vivienda, 2.800 millones en seguridad nacional o 4.400 millones en la atención prestada a los veteranos de las fuerzas armadas.

Pero esos aumentos de gasto relativamente bajos contrastan con el fuerte crecimiento que va a experimentar el presupuesto del ministerio de Defensa. Lo que plantea Trump, siempre según lo filtrado a los medios, supone un crecimiento de 52.300 millones de dólares en los desembolsos anuales de dicho departamento de gobierno. Una subida que se 'come' los 52.000 millones de ahorro que habría supuesto dejar de lado esta medida y aprobar el resto de medidas filtradas por la Casa Blanca.

De manera que, en suma, Trump mueve las partidas de gasto, pero apenas reduce los desembolsos totales de la Administración federal. Hablamos de recortes presupuestarios que suponen 62.900 millones de dólares, pero también de aumentos del gasto que compensan esa rebaja y dejan intacto el tamaño del presupuesto.

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