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José Luis Cordeiro: "El salario mínimo de los venezolanos se ha desplomado de 900 a 12 dólares"

El brillante ingeniero, conocido por sus estudios contra el envejecimiento, defiende que Venezuela asuma el dólar como receta contra la inflación. 

El brillante ingeniero, conocido por sus estudios contra el envejecimiento, defiende que Venezuela asuma el dólar como receta contra la inflación. 
José Luis Cordeiro, en la Fundación Rafael del Pino

Nacido en Venezuela y educado entre Estados Unidos y Europa, José Luis Cordeiro está reconocido como una de las mentes más brillantes del mundo. Obtuvo su grado en Ingeniería Mecánica tras pasar por las aulas del prestigioso Massachusetts Institute of Technology. A continuación, completó ciclos formativos avanzados en Georgetown University e INSEAD.

Pero aquello era solo el comienzo. Mientras completaba su doctorado, trabajó en diversos proyectos de instituciones como la ONU o el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS por sus siglas en inglés). Años después, dio el salto al sector privado y trabajó para algunas de las compañías petroleras más importantes del mundo: BP, Chevron Texaco, ExxonMobil, Repsol, Shell…

Su interés por la economía le llevó a publicar libros como La segunda muerte de Bolívar, que ahora ha reeditado con ánimo de recuperar para el debate público su propuesta de dolarizar la economía venezolana. "Jamás hubiera imaginado que mi país iba a sufrir un deterioro tan grande, pero al menos hemos podido ver que otros países sí han seguido el camino que apunté antes", explica Cordeiro.

Se refiere a Ecuador, que abandonó el sucre y adoptó el dólar en enero del año 2000. "El balance después de diecisiete años ha sido magnífico. El país ha vivido golpes de Estado, ha sufrido fuertes vaivenes en el precio del petróleo, ha experimentado el auge del populismo… pero la estabilidad monetaria ha sido la norma. Tras una historia marcada por la inflación y la volatilidad, Ecuador ha pasado página y tiene una divisa mucho más fuerte", explica.

Venezuela vs Texas

El experimento nunca se llegó a aplicar en Venezuela, aunque Cordeiro sí llegó a entrevistarse con Hugo Chávez. Todo ocurrió en el marco de los cursos para candidatos presidenciales que organizaba CEDICE, una histórica institución de pensamiento que sigue a la vanguardia de la defensa de la libertad en el país latinoamericano. "A Chávez le di una copia del libro. La primera edición ya tenía una portada roja y una foto de Bolívar. Por eso, cuando le pregunté si lo había leído, me contestó que sí y me habló como si el libro fuese un ensayo sobre la historia del Libertador… Obviamente, no lo había leído. Le dije que era un libro de economía y, para salir del enredo, me dijo que esa parte también está bien…", recuerda nuestro entrevistado.

Cordeiro tiene claro que el devenir monetario, económico y político de Venezuela se entiende mejor cuando se compara con Texas e Irak. "Hablamos de tres realidades muy distintas, pero que comparten muchos rasgos comunes. El primero, la extensión, con un tamaño de alrededor de un millón de kilómetros cuadrados. El segundo, la población, que se mueve alrededor de los treinta millones de habitantes. El tercero, la producción petrolera, que en los tres casos es muy elevada y ronda los tres millones de barriles diarios. Pero, evidentemente, hay importantes diferencias entre el modelo de Texas y el de Irak. Y, lamentablemente, Venezuela ha ido alejándose del modelo del territorio estadounidense, con la consecuencia de que su nivel de desarrollo se asemeja cada vez más al del país de Medio Oriente", señala antes de añadir que "Texas prospera porque tiene una moneda estable, unas instituciones políticas robustas y un sector petrolero privatizado, justo todo lo contrario de lo que vemos en Venezuela o de lo que ha venido siendo la norma en Irak".

Pero, como diría Vargas Llosa, ¿cuándo se jodió Venezuela? Para Cordeiro hay un momento clave: "hasta mediados de la década de 1970, nuestra economía iba por un camino más o menos favorable, pero el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez marca un punto de inflexión, no solo porque inicia la deriva monetaria, sino porque inicia también el control estatal del petróleo, el hierro, el acero… Aquello introdujo un intervencionismo económico a ultranza que solo se ha profundizado desde entonces. Y, en lo tocante a la moneda, el cambio a peor se acentúa desde 1983, cuando empieza una ronda de devaluaciones que nunca se ha detenido".

Venezuela: de crecer al 8% a decrecer al 5%

Como explica Cordeiro en La segunda muerte de Bolívar, "los venezolanos se encuentran con que los salarios suben por la escalera mientras los precios suben en ascensor… Aunque el salario mínimo se ha multiplicado por 4.400.000% desde 1980, los precios han crecido por 400.000.000%. El resultado es el que el poder de compra del bolívar se ha derrumbado un 94%. Si un salario mínimo de 1980 compraba 450 arepas, uno de 2016 apenas compra 12 arepas. De hecho, el salario mínimo de 1980 equivalía a 900 dólares, mientras que el actual apenas supone 12 dólares… El hundimiento es tan hondo que la economía ha pasado de crecer al 8% a decrecer al 5%".

En clave monetaria, nuestro entrevistado nos recuerda que "el banco central de nuestro país era parcialmente privado, al igual que ocurre en Suiza. El 50% de la oferta monetaria estaba fijado por las entidades financieras privadas. Pero Carlos Andrés Pérez toma las reservas de divisas y de oro de cinco de los seis bancos que ejercían ese contrapeso al poder del banco central. Desde ahí, todo ha ido a peor con la moneda venezolana. De hecho, los distintos sistemas de cambio han alimentado la corrupción. Por eso, me gusta decir que la dolarización también supondría una democratización, porque reduciría el margen para el saqueo y blindaría al pueblo de la irresponsabilidad y la arbitrariedad de los gobernantes".

Cordeiro ha aplicado con éxito su propuesta en Ecuador, pero también en El Salvador. Además, formó parte de los procesos de cambio monetario que han vivido Kosovo y Montenegro. Ambos países adoptaron el marco alemán en la década de 1990. "El caso de Kosovo fue el más difícil y fascinante. Estaban en guerra y ni siquiera tenían reconocimiento como país soberano. No tenían banco central, no tenían reservas, el Bundesbank se oponía… pero, al igual que Montenegro, el experimento se saldó de manera muy positiva y, de hecho, hoy vemos que ambos países manejan euros".

"En cuanto sea posible, Venezuela tiene que adoptar el dólar, pero no podemos quedarnos solo en eso, también debemos asumir una reforma integral en el petróleo, para devolverle el protagonismo al sector privado y centrarnos en la creación de valor añadido, un reto clave para evitar que Venezuela se quede seca de ingresos petroleros en 2030 o 2040, cuando la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables se haya completado", apunta.

Trump ‘no es tan malo como nos dicen’

Es imposible no preguntarle a Cordeiro por otros asuntos. Por ejemplo, ¿qué opina de Trump? Según nos dice, "ni Trump es tan malo como nos dicen ni Hillary era tan buena como nos decían. En muchas áreas, el gobierno de Trump va a ser muy positivo. Por ejemplo, plantea menos regulaciones, apoya más desarrollos en el campo energético y tecnológico… Evidentemente, hay cosas que no me gustan, pero estamos hablando de Estados Unidos, un país con división de poderes y reglas democráticas, con pesos y contrapesos que limitan y corrigen el poder político. No es lo mismo gobernar en Estados Unidos que en un país sin instituciones como Venezuela".

No quiero dar por terminada la conversación sin preguntar a Cordeiro por uno de sus temas predilectos: la lucha contra el envejecimiento. "Estoy trabajando en un libro titulado La muerte de la muerte. Veo avances cada vez más rápidos. No solo creo que seremos capaces de frenar el envejecimiento sino que ya estamos viendo avances que apuntan hacia el rejuvenecimiento", nos cuenta ilusionado el genio venezolano.

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