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¿Por qué Amazon vale tanto en Bolsa?

El año pasado, el nivel de ventas llegó a los 136.000 millones de dólares y se espera llegar a medio billón en 10 años.

El año pasado, el nivel de ventas llegó a los 136.000 millones de dólares y se espera llegar a medio billón en 10 años.
Caja de envío de Amazon | Cordon Press

Amazon es la empresa del momento. Un gigante del comercio online que ha entrado en las casas de medio mundo y que baraja unas cifras astronómicas y difíciles de alcanzar. Según The Economist, este año gastará el doble que HBO, uno de los canales de televisión por cable más importantes de EEUU y Latinonamérica.

Desde 2015, la cotización de las acciones de la compañía se han disparado un 175%, siete veces más rápido que los últimos dos años y doce veces más rápido que el índice S&P 500. Sin embargo, los accionistas creen que esto es solo el principio. El valor de capitalización de mercado de Amazon ronda los 400.000 millones de dólares, convirtiéndola en la quinta compañía más valiosa del mundo. Nunca antes una empresa ha valido tanto durante tanto tiempo creando tan poco dinero, pero todo tiene una explicación.

El 92% de su valor se debe a los beneficios esperados a partir de 2020. Esto es así porque los inversores anticipan un "extraordinario" aumento de los beneficios. Si el año pasado el nivel de ventas llegó a los 136.000 millones de dólares, se espera llegar a medio billón en los próximos 10 años. Una cifra que convertiría a Amazon en la empresa más rentable de EEUU.

Sin embargo, para conseguir esta cifra, Amazon tendrá que crecer más rápido que cualquier empresa de la historia moderna. Un objetivo complicado, dado que sus competidores no están quietos. Microsoft tiene su objetivo puesto en la nube y Walmart tiene unos ingresos que está reforzando con la venta online. Pero lo más destacable es que Amazon tiene muchas oportunidades para lograrlo.

Un enfoque inusual

Amazon tiene un doble enfoque sobre la vida corporativa. La mayoría de los ejecutivos viven con la presión de producir en el corto plazo, pero Jeff Bezos apuesta por el largo plazo y la inversión continua, impulsando el comercio electrónico y Amazon Web Services (AWS), su línea de computación en la nube.

Por un lado , los compradores, vendedores y fabricantes de la línea e-commerce de Amazon aportan dinero en efectivo y la empresa lo invierte en servicios como el envío en dos horas o el streaming de música y vídeos que atraen, a su vez, a más usuarios. De igual forma, los clientes que utilizan AWS atraen a más clientes. Y, por último, está Alexa, el asistente en línea de Amazon, muy útil para los consumidores y que ayuda a los desarrolladores a crear nuevas ideas.

Este modelo es en el que se basa la fe de los inversores de Amazon y, a pesar de haber tenido errores, como el fracaso del teléfono inteligente, el aumento de su flujo de caja se ha duplicado en solo cinco años, llegando a 19.000 millones de dólares. Además, Amazon tiene un modelo de negocio que engloba muchas actividades diferentes. La lista de actuales y posibles competidores incluye empresas logísticas, fabricantes de alimentos, redes sociales y productores de medios físicos, digitales e interactivos.

Todas estas actividades y servicios apoyan, no solo la expansión de Amazon, sino de otras muchas empresas. El mejor ejemplo es AWS, la línea de computación en la nube, que impulsa nuevas actividades de Amazon y de otras empresas. Sin embargo, Amazon alquila almacenes a otros vendedores, está probando nuevas tecnologías en sus tiendas e invirtiendo en la entrega aérea a domicilio. Unas herramientas que podrían dar a Amazon una nueva utilidad: la de proporcionar infraestructuras y mayor potencia informática, de pagos y de logística.

El problema es el Estado

Sin embargo, el problema viene, precisamente, de esas grandes expectativas, que, en caso de culminarse, podría despertar la atención de los reguladores. Por ahora, Amazon no se enfrenta a una política antimonopolio, ya que aún no es el mayor minorista de EEUU. Los ejecutores antimonopolio se fijan en el efecto de una empresa sobre los consumidores y los precios, por lo que, con este enfoque, Amazon sigue siendo igual que en sus orígenes y es la compañía mejor valorada de EEUU, según una encuesta de Harris.

Pero a la vez que crece, también lo hace la preocupación por el poder. Si Amazon llega a los niveles esperados, las ganancias equivaldrían al 25% de los beneficios de las empresas minoristas y de medios de comunicación de la zona occidental. No obstante, los reguladores también están cambiando su forma de pensar. Por ejemplo, en Europa, Google ha sido acusado de usar su influencia en motores de búsqueda para aumentar su poder a negocios adyacentes.

El modelo de negocio de Amazon también podría animar a los reguladores a pensar de forma diferente. Los inversores valoran el crecimiento de Amazon en ganancias, lo que hace más tentadora la fijación de precios bajos. Por otro lado, las empresas dependerán cada vez más de herramientas que proporciona su mayor rival. Si Amazon se convierte en una herramienta para el comercio, tendría más posibilidades de ser regulada como una sola. Esto no quiere decir que los inversores no tengan razón al creer en el potencial de Amazon, pero el éxito podría entrar el conflicto con una fuerza más fuerte: el Estado.

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