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Reino Unido dispara los impuestos inmobiliarios a los ricos… y la recaudación se desploma

El mercado inmobiliario de Londres aporta la mitad de la recaudación fiscal. 

El mercado inmobiliario de Londres aporta la mitad de la recaudación fiscal. 
Vivienda en el barrio de Chelsea | Pixabay/CC/JonathanWilkins

George Osborne, el ya extitular de la cartera de Finanzas del gobierno británico, anunció hace dos años su intención de disparar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (stamp duty) para obtener una mayor recaudación por la compra-venta de grandes activos inmobiliarios. La medida fue anunciada en diciembre de 2014 y entró en vigor a lo largo de 2015.

La introducción de la medida afectaba a las transacciones de casas y fincas valoradas en más de un millón de libras esterlinas. A raíz del repunte fiscal aprobado por George Osborne, la compra de una casa valorada en 1,5 millones de libras acarreaba un aumento de 19.000 libras en el pago por el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Para una casa valorada en 2,5 millones, la subida planteada era de 39.000 libras.

El repentino anuncio de esta subida fiscal se tradujo en un repunte inicial de la recaudación. El gobierno, entonces encabezado por David Cameron, sacó pecho en 2015 y declaró que la revisión del stamp duty había generado una subida de los ingresos fiscales equivalente a 320 millones de libras, lo que suponía un 15 por ciento más.

De 1.079 a 636 millones

Pero ese aumento puntual de la recaudación fue ilusorio, ya que muchas de las operaciones de compra-venta que fueron formalizadas tras la subida del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados habían sido pactadas con anterioridad. Una vez se esfumó ese efecto inicial, el Tesoro británico ha constatado una fuerte caída de la recaudación. Así, el total de ingresos obtenido por este tributo ha pasado de 1.079 a 636 millones de libras, comparando los datos oficiales de la primera mitad de 2015 con los del primer semestre de 2016.

Estamos ante una nueva manifestación de la llamada curva de Laffer. Según explicó el economista estadounidense Arthur B. Laffer, los ingresos fiscales suben con las subidas de tipos, hasta que se rebasan ciertos umbrales. En el caso del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, la voracidad fiscal de Osborne ha sido suficiente para congelar el mercado y, en última instancia, golpear al Tesoro con un agujero inesperado en las cifras de recaudación.

La situación fiscal puede ir a peor en las próximas semanas. Pronto se irán cerrando los datos de recaudación de 2016, pero los datos preliminares hablan de un nuevo deterioro en la segunda mitad del pasado año, sobre todo a raíz del enfriamiento del mercado inmobiliario de Londres, que aporta la mitad de la recaudación nacional y que acumula meses de incertidumbre a raíz del Brexit.

En Sociedades, todo lo contrario

Pero la Era Cameron también nos deja un ejemplo de cómo un gobierno puede beneficiarse de un correcto entendimiento de la Curva de Laffer. Y es que, como explicó Libre Mercado, el gobierno británico bajó el Impuesto de Sociedades del 28 al 20 por ciento, pero vio aumentar un 30 por ciento los ingresos obtenidos por dicho gravamen.

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