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España se hunde en el puesto 69 del Índice de Libertad Económica, su peor resultado

Es el peor resultado que ha cosechado España desde que comenzó a elaborarse este índice.

El Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage, presentado en España por Foro Regulación Inteligente y Fundación FAES, ha puesto de manifiesto el deterioro del clima económico en nuestro país. Con una nota de 63,6 puntos, nos quedamos lejos de los 68,5 obtenidos en la pasada edición del ranking.

España aparece en el puesto número 69 de la tabla, en la zona media de una clasificación que incluye 180 países. En términos históricos, es el peor resultado que ha cosechado nuestro país desde la edición de 1998.

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El informe destaca que, desde hace ya varios años, la economía "está disfrutando un notable rebote facilitado por la adopción de diversas reformas estructurales, como las que han contribuido a flexibilizar el mercado de trabajo o a reducir el déficit. También es importante que se aprobase una rebaja impositiva como la de 2015, que ha recortado los tipos de IRPF e Impuesto de Sociedades". Pero, según la Fundación Heritage, "la recuperación será vulnerable mientras no se reduzca el déficit y el stock de deuda pública".

Imperio de la ley y tamaño del Estado

El estudio dedica el primero de sus pilares de estudio a estudiar el grado de seguridad jurídica que ofrecen las instituciones. En la categoría dedicada a la protección de los derechos de propiedad, España obtiene 71,2 puntos y ocupa el puesto número 35 de la lista. En la categoría que evalúa la ausencia de corrupción, nuestro país sigue perdiendo terreno y ya está en el puesto 35 de la lista, con una calificación de 57,2 puntos. Por último, en la categoría sobre eficiencia judicial, quedamos relegados al puesto 63, con una nota de 53,9 puntos. El informe destaca la lentitud de la Justicia como un factor preocupante.

El segundo de los pilares del informe se centra en considerar el peso del Estado. España ocupa el puesto 164 en cuanto a su presión fiscal, el 150 en lo tocante al gasto público y el 154 en la categoría dedicada a la salud de las cuentas públicas. Las notas recibidas son de 62,5, 41,4 y 26,9 puntos, respectivamente. España sale muy penalizada en estos tres campos, especialmente por el desaguisado de las cuentas públicas, que en los tres últimos años han acumulado un déficit medio del 5,8 por ciento del PIB.

Regulación y apertura de mercados

El tercero de los pilares mide el marco regulatorio, laboral y monetario. En lo tocante a la regulación, el informe otorga a España una nota de 66,9 puntos, que apenas nos sirve para alcanzar el puesto 83 de dicho ranking. En la evaluación del mercado de trabajo, nos anotamos 55,3 puntos, una franca mejoría frente a ediciones posteriores, pero que aún va de la mano con elevadas cifras de paro, lo que nos relega al puesto 114. En cuanto a la moneda, el euro se confirma como un baluarte de estabilidad y España aparece en el número 18 de esta clasificación, con una nota de 85,5 puntos.

El cuarto de los pilares está dedicado a la apertura de mercados. España obtiene 87 puntos en apertura comercial, gracias al boom exportador y a los acuerdos suscritos por la UE. En la categoría de facilidades para la inversión obtenemos una nota de 85 puntos, mientras que la de estabilidad financiera ha mejorado hasta los 70 puntos. Las calificaciones anteriores permiten a España auparse al puesto 20, 9 y 17 de estos subíndices.

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