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La Nueva Ruta de la Seda que impulsa China: 500.000 millones en obras faraónicas

El megaproyecto de infraestructuras que contempla Pekín para mejorar la conectividad entre Asia y Europa es una especie de Plan Marshall chino.

El megaproyecto de infraestructuras que contempla Pekín para mejorar la conectividad entre Asia y Europa es una especie de Plan Marshall chino.

Líderes de 29 países, entre ellos España, Italia, Rusia, Argentina y Chile, han participado este domingo y lunes en un foro en Pekín para la promoción de las Nuevas Rutas de la Seda, el gran proyecto liderado por China para mejorar la conectividad entre Asia y Europa con infraestructuras y otras inversiones. Ideado por el presidente chino Xi Jinping en 2013, durante una visita oficial a Asia Central, el plan busca construir carreteras, vías férreas, puertos, plataformas logísticas y otras infraestructuras en más de 60 países.

Una de sus metas es crear una red que permita, por mar y tierra, crear rutas alternativas para los productos que China exporta y para las materias primas que requiere su industria, para lo cual se planean grandes conexiones por Asia Central, Rusia, el subcontinente indio, el sureste asiático e incluso el este de África. También conocido con el nombre oficial de "Iniciativa de la Franja y la Ruta", el proyecto con el que el presidente Xi busca pasar a la historia es visto como una suerte de Plan Marshall con el que China aumentará su influencia económica -y hay quien cree que también política- especialmente en su órbita asiática.

El proyecto se inspira en la histórica Ruta de la Seda que durante un milenio fue el principal nexo comercial entre el Este y el Oeste a través de los desiertos y montañas de Asia Central y Oriente Próximo. Esa ruta que recorrieron viajeros como Marco Polo, y que cayó en desuso con la caída del Imperio Bizantino y el descubrimiento de América, es la que ahora China busca simbólicamente resucitar, sustituyendo camellos y caravanas por trenes bala y cables de banda ancha.

La iniciativa llega en un momento en el que China, tras 30 años de reforma hacia una economía de mercado y rápido crecimiento, comienza a proyectarse al exterior, impulsada en parte por cierta saturación de su mercado interno (su red de ferrocarriles de alta velocidad, por ejemplo, ya está más que desarrollada). China, gran beneficiada de la globalización, quiere con este plan además reivindicar su apuesta por mercados más abiertos, frente a los temores al aislamiento que el mundo atraviesa desde la llegada al poder de Donald Trump en EEUU y la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Menos perjudicada por la crisis financiera mundial que otras grandes economías, China cuenta hoy día con el enorme capital económico necesario para afrontar este plan, así que se presenta como la principal fuente de los préstamos que lo costeen, aunque se espera que en Pekín se acuerde aceptar la participación de otros países. Las principales herramientas de financiación son dos: el llamado Fondo de la Ruta de la Seda, patrocinado por Pekín con un monto inicial de 40.000 millones de dólares, y el Banco Asiático de Inversión e Infraestructuras (BAII), con unos 60 países miembros, sobre todo de Asia y Europa, que lleva ya un año de actividad. El monto total de las inversiones podría superar los 500.000 millones de dólares.

Las principales obras que plantea China

Éstas son algunas de las principales obras que China quiere acometer como parte de ese plan. La mayoría de ellas ya se encuentran en sus primeras fases de construcción:

- Red de ferrocarriles China-Europa

China opera una veintena de trenes de carga directos a una veintena de ciudades europeas como Madrid, Londres, Varsovia o Rotterdam (Holanda). Ahora su objetivo es una red más coordinada que sea una alternativa más rápida (aunque más costosa) al transporte marítimo de sus productos al Viejo Continente.

- Corredor China-Pakistán

Pekín ayudará económicamente a la vecina Pakistán, un aliado histórico, para el desarrollo de su puerto de Gwadar, en el mar Arábigo. La idea es convertirlo en una versión paquistaní de Shenzhen, el puerto del sur de China que se ha convertido en el "Silicon Valley chino". Para China ofrecería además una salida al mar de sus productos sin pasar por el siempre complicado estrecho de Malaca. El proyecto, de 55.000 millones de dólares, incluye ampliar la famosa Carretera del Karakorum, una de las más altas del mundo, que une China y Pakistán.

- Puerto de Colombo

China considera que las Nuevas Rutas de la Seda no sólo son terrestres sino también marítimas, por lo que el desarrollo de puertos es clave. El de la capital de Sri Lanka es uno de los prioritarios en el plan. Este proyecto se paralizó con el cambio de Gobierno en la isla, de uno más proclive a un acercamiento a China a otro más interesado en estrechar lazos con la vecina India, pero tras nuevas negociaciones ha vuelto a reanudarse.

- Ferrocarril Yakarta-Bandung

Sería el primer tren de alta velocidad de Indonesia, uniendo la capital del archipiélago con la cercana Bandung, uno de los principales centros económicos de Java. Firmas de Japón también aspiraban a este proyecto, pero el Gobierno indonesio finalmente lo adjudicó a compañías chinas.

- Red de trenes panasiática

China proyecta unir por tren su ciudad de Kunming, en el sur del país y cercana al sureste asiático, con Vientiane, la capital de la vecina Laos, y con la red de ferrocarriles de Birmania. Unidos a otros planes de desarrollo del transporte en tren hacia países de la región como Tailandia, Camboya o Vietnam, constituirían una red panasiática que vinculara al gigante chino con sus vecinos del sur.

- Proyectos en África

China comenzó ya la construcción del ferrocarril entre las dos principales ciudades de Kenia, Nairobi y Mombasa, como parte de una futura red de transportes en África Oriental. En ella también se encuadrarían la carretera ya iniciada entre la capital de Etiopía, Adís Abeba, y Adama, o el tren ya inaugurado entre ese país y Yibuti. Nación esta última donde firmas chinas trabajan en el desarrollo de un centro logístico marítimo y donde que algunos analistas han llegado a considerar susceptible de convertirse en el futuro en una base de la Marina china.

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