El Círculo de Empresarios ha publicado un interesante informe de previsiones globales en el que pone el acento sobre las principales tendencias que van a marcar el rumbo de la economía mundial. El informe pone el foco en el repunte del crecimiento de las economías emergentes, que ya suponen el 58,8 por ciento del PIB global.
Si miramos a Asia, vemos que la economía china ha vivido un fuerte desarrollo en los últimos diecisiete años. Su PIB per cápita expresado en paridad de poder adquisitivo se ha multiplicado por cinco desde 2000. No obstante, los niveles de crecimiento de antaño, con ratios que llegaron a superar el 14 por ciento hace apenas una década, han quedado atrás.
Bajo el nuevo modelo económico chino, el crecimiento del PIB en términos reales se sitúa en el 6,7 por ciento. El peso del sector exterior parecía condenado al repliegue, a tenor de las cifras de 2015 y 2016. Las exportaciones aumentaron un 6,1 por ciento en 2014, pero cayeron un 1,8 por ciento en 2015 y un 7,7 por ciento en 2016. Pero los primeros meses de 2017 han abierto la puerta a la esperanza. Las exportaciones subieron un 7,9 y un 1,3 por ciento en enero y febrero, frente a las caídas del 11,2 y el 25,4 que se dieron en esas mismas fechas de 2016. Está por ver si ese repunte será permanente o no.
En el caso de India, su tasa de pobreza ha caído al 22 por ciento, porcentaje que supone la mitad que hace veinticinco años. Además, en lo que va de siglo XXI hemos visto que el PIB per cápita, expresado en paridad de poder adquisitivo, ha pasado de poco más de 2.000 a cerca de 7.000 dólares. Este año, se espera que el crecimiento de la economía india sea del 7,2 por ciento, por encima de lo proyectado para China.
Otras economías asiáticas que también avanzan a buen ritmo son Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia o Vietnam, cuyas tasas de crecimiento encadenan ya dos años en el entorno del 5 por ciento.