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Marruecos, Portugal, Italia y Malta sacan provecho de la 'guerra de la estiba'

Puertos más asequibles y competitivos amenazan con llevarse el negocio que hoy pasa por nuestras infraestructuras. 

Puertos más asequibles y competitivos amenazan con llevarse el negocio que hoy pasa por nuestras infraestructuras. 
Crece la competencia para los puertos españoles | GE

El conflicto de la estiba no podía llegar en peor momento. El sector del transporte por vía marítima está en plena ebullición en el Mediterráneo. Mientras España enfrenta una sanción por parte de Bruselas y sufre el golpe de una huelga encubierta, el resto de nuestros competidores siguen ganando terreno y mejorando el desempeño de sus instalaciones.

El caso más paradigmático es el del puerto de Tánger, que se está convirtiendo en un fuerte competidor para Algeciras. A medio plazo, la rivalidad entre ambas infraestructuras estaba asegurada, ya que en la ciudad marroquí se están construyendo dos nuevas terminales orientadas a aumentar significativamente su capacidad. Pero el conflicto de la estiba está acelerando el proceso y, con apenas una década de trayectoria, el puerto de Tánger ya está empezando a comerle terreno al de Algeciras.

Las cifras de tráfico para 2016 son reveladoras. En Algeciras, el aumento de la actividad se situó en el entorno del 5 por ciento, mientras que en Tánger se registraron aumentos cercanos al 10 por ciento, doblando los niveles del puerto andaluz. Esta tendencia se puede acelerar una vez estén funcionando las nuevas terminales marroquíes, para las que se han consignado partidas de inversión que superan los 500 millones de euros.

También va a más la actividad del puerto de Sines, un punto de interconexión vital para el tráfico entre Europa y América. Esta instalación ofrece un importante descuento en los costes operativos, de manera que hacer negocios en esta infraestructura puede aligerar hasta un 50 por ciento el gasto que asumen las empresas por concepto de transporte y manipulación de mercancías.

Pero Sines no ofrece solamente un modelo low cost. También se prepara para un salto adelante en su interconexión terrestre que llegará a finales de 2020, cuando se complete el corredor ferroviario que conectará el puerto luso con la frontera de Caya, en Badajoz. Esto permitirá "enchufar" a Sines a la red española y multiplicar su capacidad productiva.

Hoy, la operativa portuguesa gestiona 50 millones de toneladas anuales, que suponen más del 50 por ciento del tráfico que pasa por los puertos de nuestro país vecino. Sines gestiona más de un millón y medio de contenedores. El objetivo de las autoridades lusas es lograr tres millones más de contenedores durante el próximo lustro y diez millones más a lo largo de la década que viene.

Otro puerto que gana peso en el Mediterráneo es el de Marsaxlokk, ubicado en Malta y conocido como Malta Freeport Terminal (MFT). La naviera danesa Maersk, uno de los gigantes del sector, ha elegido esta isla como nuevo "hub" para su operativa en el sur de Europa. Desde la privatización de la gestión, esta infraestructura no ha parado de crecer, gracias a inversiones de más de 250 millones de euros que han permitido ampliar y mejorar las terminales y el equipamiento.

El recinto de Marsaxlokk ya ha logrado captar una de las conexiones vitales del puerto de Valencia. Se trata de una ruta de tres servicios semanales que conectaba a la ciudad del Túria con Argelia. Se estima que esto ha supuesto perder el 5 por ciento del tráfico de mercancías que pasaba por Valencia, con un descenso de 250.000 unidades en el total de contenedores procesados y manipulados.

Hay otros puertos del Mediterráneo que también están saliendo beneficiados del revuelo que ha generado el conflicto de la estiba. El más célebre de todos es el de Gioia Tauro, ubicado en la región de Calabria, en Italia. Se trata de una de las infraestructuras portuarias más sofisticadas del sur de Europa, pero también de una de las peor gestionadas.

En Gioia Tauro se llegaron a procesar 3,5 millones de contenedores en 2008, pero el golpe de la crisis fue muy duro y la nula capacidad de adaptación demostrada entre 2012 y 2016 ha hecho que la recesión se prolongue. La sucesión de conflictos sindicales en sus terminales no ayuda, pero el conflicto de la estiba ha animado a algunas empresas a cambiar Valencia por Calabria, con el riesgo de que lo que podría ser una solución temporal termine convirtiéndose en una decisión permanente.

Otros puertos que también están en la contienda son los de Grecia y Egipto. En el país heleno se ha decretado la privatización de la gestión de estas infraestructuras. De especial relevancia será lo que ocurra en los próximos años en el puerto del Pireo, ubicado en Atenas. El caso egipcio es más complejo, pero la inestabilidad política e institucional no ha impedido que Port Said se convierta en una de las operativas más pujantes de la región, sobre todo por sus reducidos costes operativos.

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