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Santiago Cervera Soto

Nuevo modelo de Farmacias en Navarra

Como habían anunciado desde hace unas semanas, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Navarra y la patronal del sector, Farmacias de Navarra, han decidido no aceptar las recetas del Servicio Navarro de Salud como método de pago de los medicamentos. Pretendían, por tanto, cobrar el 100% de los medicamentos a los usuarios y remitirles a las oficinas públicas a que reclamaran el reintegro de esos gastos.

La excusa formal es la inexistencia de un concierto vigente entre la administración y los farmacéuticos, después de que estos denunciaran al texto vigente este año. La razón por lo que lo hicieron, según ellos reconocen ahora, es su desacuerdo con el texto normativo que en estos momentos tramita el Parlamento Foral a propuesta del Gobierno de UPN. En ese texto se plantea, por primera vez en España, la liberalización del sector, de manera que se eliminan las actuales ventajas y privilegios para los farmacéuticos instalados. Precisamente éstos, movidos desde el más rancio corporativismo, son los que han adoptado la medida de tomar como rehenes a los ciudadanos y obligarles ilegalmente a un desembolso. Mientras eso ocurre, la ponencia parlamentaria termina sus trabajos, y ya ha llegado a un acuerdo para propiciar un modelo de liberalización. Este nuevo modelo consiste en romper el esquema clásico de la "planificación de máximos", que limitaba el número de farmacias según el número de habitantes y además las separaba con una distancia mínima de 250 metros.

Esta planificación, por tanto, a la vez que impedía el acceso de nuevos profesionales al desempeño farmacéutico (puesto que no crece la población), generaba unas rentas cautivas de beneficios crecientes para los ya instalados. Recordemos que el gasto farmacéutico crece en nuestro país por encima del 10% acumulativo durante los últimos años, y en igual medida crecen los beneficios de los farmacéuticos (estables en un porcentaje fijo cercano al 30% de la facturación por recetas), y que no se reparten entre más proveedores. Además, se produce la evidente desvinculación del farmacéutico de los objetivos sanitarios de la población, al tener una clientela fija, garantizada y que le dejará sistemáticamente mayores ingresos puesto que crece el precio de lo dispensado. Y para completar el cuadro, el actual sistema todavía permite que no ocupen las farmacias quienes son los mejores profesionales, sino los que han tenido la suerte de heredar la farmacia de papá o acceder a un traspaso de más de 200 millones de pesetas.

¿Qué se plantea en Navarra? Cambiar el modelo de planificación y sustituirlo por uno de "mínimos". La nueva ley va a establecer una red básica de farmacias que deben estar cubiertas para permitir la liberalización posterior, de manera que la administración garantice la provisión de las zonas rurales y la equidad de los ciudadanos. Pero una vez cubierta esa red de mínimos (red ya cubierta en la práctica, puesto que coincide con las farmacias ya existentes), se permite la libre instalación para hacer posible la existencia de tantas farmacias como necesidades evidencien los ciudadanos.

A partir de ahí, los clientes tendrán una mayor capacidad de elección y obtendrán una ventaja competitiva los buenos profesionales, y no los buenos herederos. Este sistema de planificación se complementa con la posibilidad de establecer conciertos selectivos, no canalizados a través del Colegio de Farmacéuticos, sino negociados con los distintos sectores profesionales, permitiendo un trato diferencial según sea la farmacia rural o urbana. De esa manera, la propia administración puede acceder a ventajas competitivas al romper de doble manera el monopolio de distribución. En definitiva, con este nuevo modelo, se garantiza la equidad, la libre iniciativa, se validad las capacidades profesionales sanitarias y se evita la enorme injusticia social del acceso de los farmacéuticos a las farmacias.

Como es obvio, el corporativismo lucha con todas sus fuerzas contra esto. Las medidas adoptadas este miércoles han sido un fracaso. De las 20.000 recetas que se firman diariamente en Navarra, sólo hemos recibido petición de reintegro de gasto por parte de los pacientes de 250 recetas. Conclusión: los propios farmacéuticos se engañan a si mismos y engañan a la ciudadanía. Han existido molestias, pero parece que pese a los anuncios del Colegio, se aceptan las recetas con casi plena normalidad.

Santiago Cervera Soto es consejero de Salud del Gobierno de Navarra

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