El entonces ministro Manuel Pimentel defendió en todo momento, pese al cese, la trasparencia de la empresa de la familia Aycart y aseguró que, en ningún caso, percibía desviación de fondos del FORCEM, discrepando de los informes fiscalizadores del Tribunal de Cuentas. Lo único que admitió Pimentel fue una “incompatibilidad grave, pero no un desvío”. Tan sólo un día después de ofrecer estas explicaciones, Pimentel dimitía como ministro. Las cuentas de la FORCEM no eran, ni por asomo, trasparentes. El ex ministro adujo que Aycart era un hombre de su entera confianza y que, por ello, asumía el error de su nombramiento en Migración. Desde UGT se alabó la “honradez” del ya ex ministro poniéndolo como ejemplo a seguir por el resto de políticos del PP.
Pero la relación Aycart-Pimentel comienza cuando el ex director gerente de la FORCEM fue nombrado jefe del gabinete de Pimentel cuando éste desempeñaba el cargo de secretario general de Empleo, entre 1996 y 1999. Ambos estuvieron retirados de la vida política entre 1994 y 1996, cuando era ministro de Trabajo y Seguridad Social el socialista José Antonio Griñán, quien negó cualquier implicación entre Aycart y su etapa en el Gobierno.
Juan Carlos Aparicio, sustituto de Pimentel al frente de la cartera de Trabajo, informó de que CPD, la empresa de la esposa del ex director general de Migraciones Juan Aycart, generó los derechos de cobro por sus prestaciones de formación “básicamente en los años 94, 95 y comienzos del 96”. Aparicio señaló que la mencionada empresa se constituyó en 1985, “cuando el titular de Trabajo era Joaquín Almunia; su reconocimiento como centro colaborador oficial del ministerio fue en 1994, y de los 2.000 millones de pesetas, 1.800 se devengaron bajo gobiernos del PSOE”.

LOS CURSOS DE FORMACIÓN
Las irregularidades provocaron la dimisión de Pimentel y el cese de Aycart
Manuel Pimentel, en su etapa de ministro de Trabajo, nombró a Juan Francisco Aycart como secretario general de Migraciones en febrero de 2000. Aycart fue director gerente de la FORCEM entre julio de 1993 y marzo de 1995. Su llegada al Ministerio desató de forma inmediata un escándalo relacionado con la actividad de su mujer, con la que compartía la propiedad de una empresa llamada CPD, dedicada a impartir cursos de formación que recibía subvenciones del INEM, es decir, una escuela adscrita al propio FORCEM que dirigió su marido años antes. El cese de Aycart fue inmediato, dadas las irregularidades en la concesión de tales cursos o, al menos, por pura incompatibilidad.
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