L.D. / EFE.- La Bolsa fijará un precio estático basándose en la última subasta realizada. Durante cada sesión se corresponderá al precio con el que cerró el valor en la jornada precedente. Respecto a este precio estático, y atendiendo a la volatilidad histórica de cada compañía, se establecerá mensualmente un nivel máximo de fluctuación de entre el cuatro y el ocho por ciento. Este nivel no podrá superarse durante la sesión bursátil.
Las únicas excepciones serán los valores del Nuevo Mercado, cuyo rango estático estará en torno al 10 por ciento, y los del Latibex, que contarán con un ocho por ciento. Si el precio de cotización de un valor se sitúa, ya sea por arriba o por abajo, en el límite permitido respecto a su rango estático, se suspenderá su negociación y se dará paso a una subasta de volatilidad de cinco minutos, tras la cual se establecerá un nuevo precio estático de la compañía en cuestión.
A partir de ese momento, el nuevo precio estático servirá de referencia y sobre él se deberán aplicar los rangos de fluctuación establecidos para ese valor.
Respecto a los precios dinámicos, estos hacen referencia a los precios sucesivos que se van cruzando en cada valor con la entrada de nuevas órdenes. Su objetivo es impedir fuertes movimientos entre dos precios consecutivos. Los rangos que se aplicarán también serán diferentes para cada valor, entre el uno y el ocho por ciento, y cuando se intenten superar estos límites se celebrará también una subasta de volatilidad.
A pesar de la complejidad de este sistema, su ventaja es que impide movimientos incontrolados de las cotizaciones y otorga más posibilidades de actuación a los inversores en situaciones excepcionales, según fuentes de la Bolsa.
Las únicas excepciones serán los valores del Nuevo Mercado, cuyo rango estático estará en torno al 10 por ciento, y los del Latibex, que contarán con un ocho por ciento. Si el precio de cotización de un valor se sitúa, ya sea por arriba o por abajo, en el límite permitido respecto a su rango estático, se suspenderá su negociación y se dará paso a una subasta de volatilidad de cinco minutos, tras la cual se establecerá un nuevo precio estático de la compañía en cuestión.
A partir de ese momento, el nuevo precio estático servirá de referencia y sobre él se deberán aplicar los rangos de fluctuación establecidos para ese valor.
Respecto a los precios dinámicos, estos hacen referencia a los precios sucesivos que se van cruzando en cada valor con la entrada de nuevas órdenes. Su objetivo es impedir fuertes movimientos entre dos precios consecutivos. Los rangos que se aplicarán también serán diferentes para cada valor, entre el uno y el ocho por ciento, y cuando se intenten superar estos límites se celebrará también una subasta de volatilidad.
A pesar de la complejidad de este sistema, su ventaja es que impide movimientos incontrolados de las cotizaciones y otorga más posibilidades de actuación a los inversores en situaciones excepcionales, según fuentes de la Bolsa.