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Julio Cirino

Realismo mágico

Si se lee con atención el detallado informe que el influyente Council on Foreign Relations envió al presidente Bush a comienzos de este año, se facilitará enormemente entender lo sucedido en las últimas horas: “...creemos que Brasil es central para el éxito de la política de los EE UU en el hemisferio occidental. Brasil puede ser un serio socio, y urgimos a que se inicie un diálogo sustantivo para examinar dónde EE UU y Brasil pueden trabajar más efectivamente juntos para el beneficio mutuo."

A finales de 1998, Brasil había firmado un acuerdo por un total de 41.500 millones de dólares que expira el próximo 1° de Diciembre, y el presidente Cardoso aseveró que no sería necesaria su renovación; pero a mediados de julio, con la situación argentina deteriorándose, el presidente del Banco Central de Brasil viajó a Washington para reunirse con autoridades del FMI.

El anuncio de los 15.000 millones para Brasil le permite, al menos por el momento, distanciarse de Argentina, su problemático vecino, y tratar de estabilizar su moneda, el real, que el viernes cotizaba 2,505 contra el dólar (habiendo partido de 2,0 cuando comenzó la crisis). El Fondo comunicó además un préstamo de 1.500 millones para Turquía y la aceleración del desembolso de 1.200 millones para Argentina. El comunicado nada confirma respecto de fondos suplementarios sobre los 40.000 millones que Argentina ya negoció a finales del año pasado. Aun así, las autoridades económicas en Buenos Aires hablan de préstamos extras de entre 6 y 8.000 millones de dólares que se utilizarán para frenar la salida de depósitos y el drenaje de divisas que viene socavando el volumen de reservas disponibles.

Mientras los analistas continúan cavilando escenarios y posibilidades, el "efecto contagio", junto con la idea del "cordón sanitario" alrededor de la Argentina, sigue siendo uno de los posibles, si bien nadie lo afirma de manera concluyente. Pero hay que tener presente que Brasil canaliza la mayor parte de su comercio hacia Europa y los EE UU, y sólo una porción menor a los países del MERCOSUR, por lo que el eventual "cordón sanitario" podría llegar a ser efectivo.

La administración de Fernando de la Rúa parece sentir que lo peor ha pasado y que de alguna forma fue exitosa la opción de endilgarle la solución de las penurias argentinas a la "comunidad internacional". Es posible que el adelanto de 1.200 millones, y el "fantasma" de 6.000 más que podrían eventualmente llegar, sirvan como anestésico temporal para calmar a ahorradores e inversores (particularmente si se toma en cuenta que éstos, hace rato ya que abandonaron estas playas), pero los temas que hacen al fondo de la crisis actual siguen sin ser tomados siquiera en consideración.

Por de pronto, en la arena política el gobierno está más ansioso por poder abocarse a la campaña electoral para la renovación parlamentaria en octubre venidero (para lo que hace falta dinero) y además tratar de definir cuál es la frontera entre el oficialismo y la oposición; con un Senado de cuya honestidad se sospecha y que está ahora desnudo frente a la población en toda su traumática esquizofrenia. Días atrás, la oposición (el justicialismo) con mayoría en el cuerpo, destruyó conceptualmente la ley de "Déficit Cero" para luego hacer lo imposible para permitir su aprobación.

El realismo mágico imperó nuevamente a la hora de votar y pese a las voces discordantes en la propia bancada del oficialismo, se optó por ignorar que el déficit cero –en las actuales circunstancias– es recesivo y restringe aún más el circulante, la actividad económica y la recaudación de impuestos.

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