L. D. / Agencias Croissier, que presidió la CNMV desde su creación en 1986 hasta 1996, con gobiernos socialistas, ha destacado que los encargados de la inspección de esta sociedad comprobaron que Antonio Camacho, padre e hijo, ya habían creado Gescartera SGC en 1992, pero que un año después aún no tenía actividad y operaban como sociedad de gestión de carteras a través de Bolsa Consulting, por lo que fueron sancionados.
El ex presidente de la CNMV ha dicho que mientras él estuvo al frente de la institución no hubo nunca "fraude masivo" en sociedades o agencias de valores o de gestión de carteras, aunque sí muchos casos de sociedades intervenidas por la comisión e incluso ha recordado que se llegaron a liquidar 13 sociedades en un año.
En cuanto a la visita que técnicos de la CNMV realizaron a Gescartera en 1995 , Croissier ha indicado que reveló datos que indicaban que la sociedad era entonces era "una pulga" dentro del sector. Según Croissier, a finales del 95 Gescartera tenía 420 clientes, un patrimonio de 1.047 millones de pesetas, 545 de ellos en títulos de Grand Tibidabo -entonces en suspensión de pagos-, 442 millones en otros valores y 60 en dinero y movía para sus clientes 500 millones de pesetas. Uno de los encargados de realizar esta visita fue José María Ruiz de la Serna, entonces técnico de la CNMV y posteriormente “fichado” por Camacho para Gescartera. Croissier ha reconocido también que en la sociedad existían deficiencias "en registros, contabilidad y conocimiento en tiempo real de los saldos", entre otras, pero consideró que éstas no eran graves y que por ello no se tomó ninguna medida en contra.
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El ex presidente de la CNMV ha dicho que mientras él estuvo al frente de la institución no hubo nunca "fraude masivo" en sociedades o agencias de valores o de gestión de carteras, aunque sí muchos casos de sociedades intervenidas por la comisión e incluso ha recordado que se llegaron a liquidar 13 sociedades en un año.
En cuanto a la visita que técnicos de la CNMV realizaron a Gescartera en 1995 , Croissier ha indicado que reveló datos que indicaban que la sociedad era entonces era "una pulga" dentro del sector. Según Croissier, a finales del 95 Gescartera tenía 420 clientes, un patrimonio de 1.047 millones de pesetas, 545 de ellos en títulos de Grand Tibidabo -entonces en suspensión de pagos-, 442 millones en otros valores y 60 en dinero y movía para sus clientes 500 millones de pesetas. Uno de los encargados de realizar esta visita fue José María Ruiz de la Serna, entonces técnico de la CNMV y posteriormente “fichado” por Camacho para Gescartera. Croissier ha reconocido también que en la sociedad existían deficiencias "en registros, contabilidad y conocimiento en tiempo real de los saldos", entre otras, pero consideró que éstas no eran graves y que por ello no se tomó ninguna medida en contra.
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